PSICOPATOLOGIA II



                NOSOGRAFÍA PSICOANALÍTICA

                 

                Neurosis: Mecanismo = represión


a) Neurosis actuales
  • Neurosis de Angustia
  • Neurastenia
  • Hipocondría

b) Neurosis de transferencia o de defensa
  • Neurosis Histérica
  • Neurosis Obsesiva
  • Neurosis de Fóbica

       INTRODUCCIÓN AL TÉRMINO NEUROSIS

 

El término Neurosis debe su introducción a William Cullen, un médico escocés del siglo XVIII. En su obra este término abarca a:
  • La hipocondría
  • La histeria
  • Las palpitaciones cardíacas
  • Los cólicos, etc.

Durante el siglo XIX fueron incluidas además, localizaciones orgánicas precisas y afecciones funcionales que se consideraban como enfermedades del sistema nervioso. A fines de dicho siglo, Pierre Janet distingue 2 grandes neurosis
  • La histeria
  • La psicastenia (es lo que luego se conocerá como Obsesión)

Entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX encontramos a Freud, quien centraba su interés en encontrar cual era el mecanismo que producía estas afecciones, que invadía a los médicos de La Salpệtriẻre (París)
Freud intentó llevar al estatuto científico la noción de la palabra. Así, la palabra adviene como concepto y se denomina representación.
El interés estuvo primero presente en la sintomatología de la histeria y por eso Freud viajó a La Salpệtriẻre.
Hay que tener en cuenta el marco en el que se desarrolla su teoría ya que estaba sellada por los cambios establecidos por la Modernidad y las condiciones sociales de La Segunda Revolución Industrial.
Los ideales modernos promulgaron la separación de la ciencia y al fe, de la razón y la fe, tomando tanto la ciencia como la razón caminos independientes.
La ciencia, la industria y la técnica son los ejes del cambio social, político y económico de la época.
Dice Fischer: “El siglo de las neurosis se enclava en estas condiciones. La neurosis es la patología del siglo XX”
La razón queda idealizada en la modernidad, axioma que Freud plasma en sus teorizaciones sobre la transferencia, cuando refiere a la ratio  un papel singular en al lucha que se libra en torno a la relación transferencial.
Así y todo, vemos a Freud en la vanguardia de las rupturas epistemológicas fundamentales del siglo XX, cuando introduce el término inconsciente, quitando centralidad al Yo en la determinación de las acciones. El Yo deja de ser el centro.
También es importante el lugar que ocupa la madre en relación con sus hijos a principio del siglo XX, cosa que antes el cuidado era delegado a una nodriza. En este campo introduce un cambio radical, adjudicándole sexualidad a la vida infantil.
Por último, la innovación que introduce Freud se encuentra en la categoría de la temporalidad, relacionado con la actualidad del tiempo pretérito.
Así, la neurosis toma un carácter único, separándose de los fenómenos clínicos.

                 

                SEMIOLOGÍA Y CLINICA DE LAS NEUROSIS


Todos los síntomas neuróticos pueden ser traducidos como defensa contra la angustia y son, en relación con el conflicto, un compromiso, en el que el sujeto obtiene, desde su posición neurótica, un cierto provecho narcisista (beneficio secundario de la neurosis). El síntoma neurótico es una transacción entre el deseo y la defensa.
Los rasgos comunes a todas las formas clínicas de Neurosis son:

  1. Conservación del juicio de realidad: mantiene sus vínculos con el mundo externo y el juicio críticos de sus actos.
  2. Conciencia de enfermedad
  3. Sentimientos de angustia, remordimiento, depresión
  4. Vivencia egodistónica de sus síntomas: el enfermo vive sus síntomas como algo ajeno al Yo.
  5. Anomalías  específicas de la actividad sexual (masturbación, impotencia, frigidez, etc.)

Además en toda neurosis…
  1. Puede determinarse una época de comienzo de la enfermedad.
  2. Puede encontrarse una etiología múltiple
  3. Quien la padece concurre voluntariamente al tratamiento o a la consulta.

Dinámicamente la neurosis resulta de una conflictiva que intenta resolver por medio de técnicas defensivas que el Yo usa para enfrentar la angustia. Por lo tanto hay que considerar semiológicamente 4 aspectos solidiarios:
    1. Síntomas
    2. Conflictos
    3. Defensas patógenas
    4. Angustia

El Yo Neurótico
La represión no se ejerce sobre la pulsión misma ya que esta es inconsciente por naturaleza, se ejerce sobre la representación, que es el representante de la pulsión.
En las neurosis las cargas son retiradas de las representaciones verbales, es decir del pre-consciente. En éstas se produce el retorno de lo reprimido, que se expresa en el síntoma que es una formación de compromiso, donde están simultáneamente representados lo reprimido (el deseo) y la defensa. El retorno de lo reprimido es el que crea el síntoma.

a. Síntomas
La formación de síntomas comprende el retorno de lo reprimido a través de formaciones sustitutivas, formaciones de compromiso y formaciones reactivas.

b. Conflictos
Un conflicto consiste en la oposición dentro del sujeto de exigencias contrapuestas a las cuales debe satisfacer. El conflicto neurótico es el producto del choque entre tendencias, que impiden la satisfacción pulsional, generando una señal de alarma en forma de angustia, siendo el mismo choque el factor fundamental en la formación de los síntomas

c. Mecanismos de defensa

    1. REPRESIÓN: es constitutiva del inconsciente. El sujeto intenta rechazar de la consciencia y mantener 
        en el inconsciente a representaciones ligadas a la pulsión. La represión recae sobre los representantes 
        ideativos (ideas, imágenes) de la pulsión.

    2. REGRESIÓN: es un proceso Icc por el cual el Yo reactiva y reactualiza conductas que corresponden 
        evolutivamente a niveles anteriores, que se supone debieron ser superadas por el sujeto. La regresión  
        surge frente a situaciones conflictivas, no siempre es patológica. El concepto de regresión es paralelo
       al de fijación, esta última debería interpretarse como una inscripción, la regresión podría considerarse
       como el poner de nuevo en funcionamiento lo que fue inscripto.

   3. FORMACIÓN REACTIVA: es un mecanismo que lucha contra la representación penosa substituyéndolo  
       por un contra síntoma. Se trata de una actitud que se halla en sentido opuesto a un deseo reprimido 
       que se ha constituido como reacción contra éste. Es una defensa bastante exitosa. Las formaciones
       reactivas se construyen en el período de latencia (repugnancia, pudor y moralidad) como dique contra
       la emergencia de las excitaciones sexuales. Este mecanismo contribuye en parte a la génesis del
       superyo.

   4. DESPLAZAMIENTO: constituye una característica del proceso primario: desplazamiento de la totalidad
       de la energía de una representación a otra.

   5. AISLAMIENTO: los afectos ligados a impulsos sexuales o agresivos son separados, aislados. Se
       suprime la posibilidad de contacto. Disocia los componentes afectivos de una situación donde se  
       rompen conexiones entre pensamientos y actos.

   6. ANULACIÓN: por este mecanismo el sujeto actúa como si pensamientos, palabras o actos pasados no
       hubieran ocurrido.

   7. PROYECCIÓN: el sujeto atribuye a la realidad exterior aspectos, cualidades o motivaciones que se
       prohíbe ver en sí mismo.

   8. INTROYECCIÓN: el sujeto incorpora cualidades del mundo exterior. Se lo relaciona con la
       incorporación oral, también se lo puede relacionar con la identificación.

   9. VUELTA CONTRA SÍ MISMO: se define como la vuelta de la agresión contra el yo, cuando un deseo es
       vivido como destructivo o peligroso. Dos funciones se cumplen al volver la agresión contra sí mismo: 
       una es aliviar el sentimiento de culpa, y la otra es atenuar el desgaste que supone la actitud de
       constante defensa o prevención ante el otro..

 10. TRANSFORMACIÓN EN LO CONTRARIO: es un proceso que afecta a la meta. El fin de una pulsión se
       transforma en lo contrario al pasar de la actividad a la pasividad.

 11. NEGACIÓN: es un proceso en el cual se tiende a negar aspectos de la propia realidad tanto internos
       como externos, que podrían resultar perturbadores para el yo.

 12. RACIONALIZACIÓN: este mecanismo opera cuando el yo debe impedir la emergencia de un impulso
       reprimido elaborando una justificación aparentemente lógica por medio del cual queda modificada la 
       situación real. La racionalización no se dirige contra la satisfacción pulsional, sino que viene más bien a
       disimular el conflicto defensivo.

 13. SUBLIMACIÓN: esta defensa sirve para expresar afectos y tendencias reprimidas, desplazándolas
       hacia objetos aceptables para el individuo y su ámbito cultural.


d. Angustia
    Freud en su primera teorización, la considera como producto de una transformación mecánica y directa
    de libido no descargada, o descargada inadecuadamente.
    En la segunda teoría plantea una modificación basada en considerar a la angustia como ser una señal de  
    alarma que avisa de la inminente aparición de un peligro. Ambas teorías complementan colaborando en  
    el equilibrio del aparato. En el lactante funciona la llamada angustia automática, que sirve para la
    descarga de tensión excesiva que el débil Yo no puede manejar.
    El Yo prefiere reprimir antes que aparezca aquello temido, lo que promueve a un continuo y gran gasto 
    de energía. Así la angustia se convierte en motivo de inicio del proceso defensivo, derivando de este
    hecho el calificativo de señal de alarma, pero cuales son los peligros?...
  • La pérdida de los objetos
  • La pérdida de amor de las figuras significativas
  • El temor a la castración
  • El temor a la crítica y la censura del Superyo

Estos peligros subsisten durante toda la vida.
Si la aparición de la angustia, esta ligada a un peligro que proviene de una pulsión, hablamos de angustia neurótica.
La angustia señal es un signo distintivo de la neurosis. Ella juega un papel fundamental en la formación de los síntomas, por que es la que señala la emergencia de los deseos prohibidos relacionados con la conflictiva edípica. De allí que la angustia remite a la castración, por lo tanto, toda angustia es angustia de castración.
La angustia es la señal que sirve como brújula para orientar la cura psicoanalítica.


Cuadros que reúne las defensas utilizadas por cada patología:

  • Neurosis de Angustia: Regresión, Racionalización, Desplazamiento
  • Neurosis Fóbica: Represión, Desplazamiento, Proyección
  • Histeria: Represión, Conversión, Disociación
  • Neurosis Obsesiva: Represión, Formación Reactiva, Negación, Aislamiento, Anulación, Racionalización
  • Neurosis Depresiva: Introyección, Desplazamiento, Identificación, Negación


            Índices semiológicos





1)
Trastornos sexuales





a) Masturbación: es una actividad autoerótica ligada a sus propias fantasías, siendo patológica cuando reemplaza la actividad heterosexual normal, en forma más o menos compulsiva.

b)Abstinencia sexual: manifiesta los temores inconscientes o imaginarios del sujeto hacia el acto sexual.
  • Por un lado está ligado al miedo pulsional
  • Por otro lado está ligado a un conflicto relacionado con fantasías
  • edípicas.

c)Impotencia: es la falta permanente o transitoria de erección, descartando la organicidad. Está vinculada directamente con la angustia de castración, por lo tanto la situación edípica tiene principal importancia en este síntoma.
En casos más leves lo que actúa como determinante es la permanencia en el sujeto de un vínculo sensual inconsciente hacia su primer objeto de amor, su madre. Puede haber:
  • Impotencia orgástica
  • Evitación del coito
  • Erección inadecuada o parcial
  • Eyaculación precoz
  • Eyaculación retardada
  • Ausencia de eyaculación

d) Frigidez: es la inhibición de una experiencia sexual completa ya que priva a la mujer de la capacidad de pleno goce.
Las  causas pueden ser:
  • En la niñez, cuando la niña establece un vínculo asociativo entre sexualidad y el peligro que implica la satisfacción. Así, lo sexual se convierte en temeroso y se amplifica en la etapa edípica con temor a la pérdida de amor.
  • Por la envidia del pene que produce una sobreidentificación masculina, como puede suceder cuando hay frigidez vaginal y no clitoridiana.

Puede haber:
  • Orgasmo sentido sólo muy rara vez
  • Sensación de placer sin orgasmo
  • Anestesia vaginal sin rechazo al coito
  • Rechazo con asco, angustia y vaginismo
  • Falta de interés

e) Vaginismo: es la expresión de defensas musculares que inhiben la excitación y el acto sexual, tornándolo imposible. A veces las fantasías que lo sustentan giran en torno al  complejo de castración femenino y en otras ocasiones a la envidia del pene. El coito es imposible.





2)
Angustia: es el síntoma fundamental de las neurosis y cumple tanto función de defensa como de descarga.
Es un afecto caracterizado por:
  • Inquietud
  • Incertidumbre
  • Desamparo
No guardan relación con ningún peligro real externo o interno.
Se acompaña de manifestaciones somáticas como temblores, agitación, ahogo, mareos, que expresan una hiperactividad del sistema simpático y conmemora un hecho de la historia ontogenética del paciente, el nacimiento.





a) Estado de ansiedad: no debe confundirse con neurosis de angustia. Este estado puede presentarse en muchos síndromes y cuadros, y en todas las neurosis.
Henry Ey dice que “se trata de un foco de inquietud y desasosiego, sin que los compromisos orgánicos sean intensos, ni que la vivencia subjetiva inunde la personalidad. Se va produciendo de manera progresiva, incompleta y de larga duración”.

b) Crisis de angustia:  es un episodio de breve duración, de síntomas polimorfos, desencadenados por factores externos o internos, que al desaparecer no dejan deterioro. Se trata de la irrupción súbita e intensa de la vivencia de angustia junto con una serie de trastornos somáticos:
  • Respiratorios: afonía, disfonía, acceso de tos, hipo.
  • Cardiovasculares: taquicardia, palpitaciones
  • Digestivos: vómitos, náuseas, diarrea
  • Neuromusculares: contracturas, tics, espasmos
  • Urinarios: poliuria, pérdida de control de esfínteres
  • Sensitivos: hiperestesias, parestesias, zumbidos, prurito


3)
Alteraciones de la Agresividad: el neurótico tiene un humor inestable, intolerante y contradictorio. A veces la agresión es inconsciente, latente. Otras, es manifiesta, pero es siempre vivida con angustia y culpa, y en general intenta desplazarla, invertirla, volverla contra el Yo o reprimirla.
Pero a pesar de sus esfuerzos, no logra evitar desarrollar conductas agresivas. La frustración engendra en el neurótico, agresión como respuesta.




4)
Trastornos del dormir y del sueño: (insomnio, sonambulismo, pesadillas) La base de estos trastornos radica en  una imposibilidad de relajamiento total. El Yo se opone a los impulsos emergentes con más fuerza durante el sueño. El temor al dormir es temor a que los deseos inconscientes puedan surgir y que la represión fracase. Pero a lo que se teme no es a que aflore el deseo rechazado sino al castigo. En estos casos, el  dormir equivale a la castración o muerte.




5)
Trastornos de la psicomotricidad:


a) Enuresis: es poco común en los adultos y se asocia a un síndrome compuesto además por sonambulismo y pavores nocturnos.
Se trataría de una descarga sexual autoerótica, equivalente a la masturbación reprimida remitida a la conflictiva edípica.

b) Tics: implican un fracaso de la función yoica de control de la motilidad. Son movimientos impuestos al Yo que representan una descarga de agresión reprimida, un movimiento que en la historia del sujeto fue signo de un afecto (excitación sexual, rabia, angustia, etc.) Tienen carácter anal.

c) Tartamudez: es un trastorno del ritmo del lenguaje con interrupciones, repeticiones o prolongación de los sonidos producidos por espasmos tónico-clónicos. Revela un conflicto de tendencia antagónica donde de quiere decir algo pero al mismo tiempo no lo quiere decir.


6)

Astenia neurótica: se diferencia de la depresión porque carece del sentimiento patognomónico de ésta que es la pérdida de la estima. Cuando la astenia es el síntoma principal del cuadro, se habla de neurastenia.
Este síntoma tiene 2 vertientes:
  • Somática, el enfermo presenta clínicamente estado de fatiga, agotamiento, pesadez, etc.
  • Psíquica, presenta malhumor, abulia, impotencia, insomnio, etc.




7)
Ideas hipocondríacas: son sensaciones somáticas penosas o dolorosas, donde el sujeto retira la libido de los objetos del mundo exterior y  la concentra sobre un órgano que le preocupa.
Se trata de la intensificación de erogeneidad de una parte del cuerpo.




8)
Depresión: es una sensación de tristeza ligada a acontecimientos y experiencias conflictivas del sujeto. Suele aparecer como consecuencia de una frustración o pérdida.
En el fondo de la depresión  se halla una herida narcisista debido al abandono experimentado por la pérdida de objeto, de su investidura o la desvalorización de ese objeto.




9)
Culpa: fue encontrado en las neurosis obsesivas en forma de autorreproches e ideas obsesivas contra las que el sujeto lucha, porque le parecen cuestionables.
En realidad es un mecanismo inconsciente ligado al complejo de Edipo y lo que Freud denomina “sentimiento de culpa” sería su expresión en forma de remordimiento.



                NEUROSIS ACTUALES


El término Neurosis Actuales aparece en la obra de Freud en el año 1898, para designar a la Neurastenia y a la Neurosis de Angustia.
Los síntomas son ante todo de tipo somáticos, es por ello que la noción de Neurosis Actuales conduce a concepciones modernas sobre afecciones psicosomáticas, en cuya génesis participa también la supresión de la agresividad. Por lo tanto se define como “una disfunción somática de origen sexual”.


Diferencias desde el punto de vista etiológico

Neurosis Actuales:
La causa es actual en tiempo y en acto. Es un conflicto presente que provoca un estancamiento. Es una dificultad real y esta en juego la sexualidad, pero en un nivel no elaborado, no simbolizado.

Psiconeurosis: (o Neurosis de Transferencia)
La causa es pretérita y es ante todo una resonancia simbólica. Aquí también se trata de sexualidad, pero fantasmatizada.

Diferencias desde el punto de vista de la patogenia, del mecanismo general

Neurosis Actuales: hay una fuente de excitación que es somático e incapaz de encontrar su expresión simbólica.

Psiconeurosis: la fuente de excitación, el factor desencadenante, se sitúa en el nivel psíquico, en el nivel de elementos ya simbolizados.

Diferencias desde el punto de vista de la formación de síntomas

Neurosis Actuales: la formación de síntomas es somática, es decir hay una transformación directa de la excitación en angustia o una derivación de ésta sobre ciertos aparatos corporales como en el caso de la hipocondría. Por no ser expresión simbólica, los síntomas no pueden ser analíticamente descompuestos, por lo tanto no son interpretables.

Psiconeurosis: la formación de síntomas es simbólico y refleja el conflicto, que es un compromiso entre el deseo y la  defensa.

Formas Clínicas

1.
Neurosis de Angustia: síndrome que se caracteriza por la acumulación de excitación sexual que se transforma directamente en síntoma, predominantemente angustia, sin mediación psíquica. Esta falta de descarga está condicionada por diversos factores, como el coitus interruptus, abstinencia sexual, etc.

Cuadro Clínico:

a) Excitabilidad general: excitación somática que se hace excesiva al no encontrar un correlato psíquico.

b) Expectativa angustiada: síntoma nuclear. Es el quantum de afecto libremente flotante. Se trata de un estado de ansiedad presto a fijarse, a conectarse con cualquier contenido de representación que le convenga.

c) Ataques de angustia: algunos pueden carecer de contenido representativo inmediato. El sujeto está ansioso sin saber por qué. Otros se ligan a una representación o una idea o incluso una sensación somática.

d) Sin contenido representativo 

e) Ligado a un trastorno sensitivo por ejemplo hormigueo, o a una función corporal: respiración (disnea), cardíaca (taquicardia), vasomotora (congestiones) o glandular (sudoración).

f) Elementos somáticos o equivalentes:
·        Síntomas respiratorios (disnea, suspiros, hipo, bostezo)
·        Cardiovasculares (palpitaciones, taquicardia, arritmia)
·        Digestivos (nauseas, vómitos, diarrea)
·        Urinarios
·        Neuromusculares (temblores faciales, particularmente de los parpados)
·        Sensitivos, sensoriales y cutáneos (hiperestesias, prurito, sudores, zumbidos de oídos, cefaleas)


En la Neurosis de Angustia pueden existir fobias cuyo mecanismo consiste en la fijación arbitraria de la angustia libre a tal o cual representación que pueda presentarse a ello.
Se diferencia de las fobias de las psiconeurosis de defensa (histeria de angustia) en que en éstas la etiología es psíquica e histórica.
El mecanismo de traslación de afecto vale para ambas, pero en las fobias de la Neurosis de Angustia:
a)     El afecto es monótono, siempre el de la angustia
b)     No proviene por desplazamiento desde una representación reprimida
c)     Es incierta su disolución por psicoterapia
d)     No hay acontecimiento olvidado
e)     No hay mecanismo de sustitución


Metapsicología de la angustia
Freud sostiene que la neurosis de angustia no es puramente fisiológica. Se trata de que la excitación somática no encuentra correlato en el nivel psíquico, por esta ausencia se produce la derivación en angustia. Cuando una vía esta cerrada, se toman otras.
¿Qué prueba esta teoría a juicio de Freud?
Curiosamente, esta neurosis por acumulación se traduce en el nivel psíquico en un descenso de libido. Hay
Inadecuación entre la excitación sexual en el nivel somático y la posibilidad de elaborar esta excitación en el nivel psíquico.
Nos encontraríamos con la Primer Teoría de la Angustia,  cuyos aspectos básicos son de corte económico: libido estancada que muda en angustia.
Con la Segunda Teoría de la Angustia, aún cuando limita el alcance de la primera, no llega a abolirla y es conciliable con ella, permitiéndole a Freud conservar la conceptualización de las neurosis actuales.
En la teoría freudiana, no se trata de considerar la ausencia de descarga sexual u orgasmo como directos causales de angustia, sino que lo patógeno es la ausencia o insuficiencia de simbolización de la excitación somática.

2.
Neurastenia: el cuadro clínico gira en torno a una fatiga física de origen nervioso y comprende síntomas en los más diversos registros.
Freud la diferenció de de las neurosis de angustia, tanto por su etiología como por su presentación sintomática.

Desde lo etiológico se trata de un modo inadecuado de descarga de la excitación sexual, por onanismos inmoderados o poluciones espontáneas. Hay una incapacidad de resolver que se deriva en lo somático sin intervención de un mecanismo psíquico.

Desde el punto de vista sintomático describimos su aspecto clínico como monótono, con fatiga física, cefaleas, dispepsia, constipación, sensación de asco, debilitación sexual, etc.
En la actualidad no ha variado en demasía su descripción clínica:

a)     Astenia intelectual: pero sobre todo física. El sujeto esta más fatigado al despertar o cuando no hace nada que por la noche o cuando está en actividad.
b)     Síntomas dolorosos: dolores de cabeza y raquídeos
c)     Trastornos neurovegetativos: digestivos, cardiovasculares y alteraciones del sueño.
d)     Abulia, inquietud y falta de emotividad

Se trata de fundamentalmente de una afección somática o psicosomática.





3.
Hipocondría: estos sujetos tienen dificultades para describir con precisión sus síntomas, lo que definen en términos vagos. Están constantemente alertas a descubrir nuevas manifestaciones y enfermedades. Peregrinan por consultorios y laboratorios de exámenes clínicos.
Suelen someterse a estudios cruentos lo que acrecienta su ansiedad, pero un diagnóstico negativo no los convence.

           


Consideraciones freudianas

La hipocondría se manifiesta en sensaciones somáticas penosas o dolorosas, sin fundamento orgánico.
Sin embargo no falta la erogenización como cualidad general de todos los órganos.
Estas alteraciones de la  erogeneidad de los órganos estarán relacionadas con la alteración de la carga de libido en el Yo, es decir, que producirían la misma influencia en la distribución de la libido yoica que la enfermedad orgánica.
Estas consideraciones llevan a Freud a correlacionar a esta tercer neurosis actual con la Parafrenia en la medida en que parece pertenecer a problemáticas vinculadas con la libido del Yo, contrariamente a las neurosis de angustia y la neurastenia que pertenecen a la libido de objeto y que son puestas en relación con las psiconeurosis de defensa.
Ésta es la ecuación que Freud hizo en “Introducción al Narcisismo” (1914):

HIPOCONDRÍA

NEUROSIS ACTUALES

PARAFRENIA

NEUROSIS DE DEFENSA


La hipocondría comparte con las otras neurosis actuales el ser a menudo fases iniciadoras de los síntomas psiconeuróticos.
Conviene distinguir:



1.       Los temores hipocondríacos neuróticos: miedo al contagio, nosofobias, obsesión por la salud, en tanto ligadores de la angustia flotante o bien sustitutos de mociones pulsionales reprimidas.
2.       La hipocondría psicótica: en tanto testimonio de desintegración del cuerpo y del Yo, generalmente acompañada de alucinaciones motrices, cenestésicas, táctiles. En ella los órganos tienen vida propia.



OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO


                HISTERIA DE ANGUSTIA


La Histeria de Angustia es una entidad clínica caracterizada por la aparición de miedo en relación a determinadas personas, animales, cosas, situaciones o actos, los que se convierten en el objeto de terror que excede las posibilidades de ser modificado a través del razonamiento o de la voluntad.
El síntoma principal de esta neurosis es la fobia, que la diferencia de la neurosis de angustia.

Existen 2 aspectos constitutivos de la fobia:

1.       El objeto fobígeno: debe cumplir la condición de no constituir un peligro real.
2.       La perspectiva del afecto:  cuando no hay relación lógica entre la cualidad amenazante con la cual se ha investido el objeto fobígeno, y el afecto capaz de generar en el sujeto, que lo lleva a perder el control sobre sí mismo.

La fobia es un miedo específico e intenso. Una proyección al exterior de un peligro interno.
Situarlo en un espacio permite nombrarlo, localizarlo y manejarse de mejor manera con la angustia que genera.
El fóbico presenta dificultad para soportar el tratamiento analítico.

Clasificación de las Fobias

1.
Fobia  a estímulos externos
a)     Animales
b)     Espacios
c)     Sociales




2.
Fobias a estímulos internos
a)     Fobia a las enfermedades
b)     Fobias obsesivas





Descripciones Clínicas

1.
Fobias a los espacios:

a) Agorafobia: angustia y temor frente a un espacio determinado. Un enfermo comienza teniendo cólicos en la calle, se le debilitan las piernas, se inquieta y pronto el temor de caminar por la calle lo domina por completo.

b) Claustrofobia: miedo a permanecer en un espacio cerrado. También el sentirse acorralado por las obligaciones puede ser una claustrofobia en el tiempo.






2.
Fobias sociales: son las relaciones individuales o grupales  las que constituyen el objeto de angustia. Estas personas saldrán preferentemente de noche. Si son tomados por sorpresa aparentarán hacer otra cosa  para evitar la situación.




3.
Fobias a animales y objetos



Características Clínicas Generales

1.
Conductas fóbicas: según Henry Ey observamos

a) Conducta evitativa: si los objetos fóbicos se perciben en las cercanías, el enfermo puede tener una crisis de angustia. Al tratar de evitar el objeto fóbico lo logra con la fuga.

b) Conductas de tranquilización:  se trata de no estar sólo, buscando la presencia de una persona, objeto o lugar evocador de protección. Esto sería buscar un objeto contrafóbico.
Un factor general en todas las fobias es la regresión a la infancia. Los fóbicos se comportan como niños cuyas angustias son moderadas por la madre.  




2.
Caracteropatía fóbica: no hay un perfil particular del fóbico, aunque tienen un rasgo de comportamiento que puede constituir el armazón caracterial del neurótico fóbico. Según Henry Ey hay 2 aspectos fundamentales:

a)     El constante estado de alerta
b)     La actitud de huida que puede ser:
·        Pasivas parciales
·        Pasivas totales con rechazo al contacto con otros
·        Activas o contrafóbicas, intentando vencer el espacio que media entre el Sujeto y el Objeto. Se supera el miedo y surge la vivencia de triunfo.

Lo que hace posible las contrafobias es:
·        La transformación de la pasividad a la actividad
·        Se arma en la realidad o en la fantasía de algo que lo protege
·        Sujetos en los cuales hay cierta libidinización al terror










Concepción Psicoanalítica


1.      En “Neurospicosis de defensa” (1894) Freud coloca a las fobias del lado de las obsesiones
2.      En “Obsesiones y Fobias” (1895) ubicas a las fobias del lado de las Neurosis Actuales
3.      En “Análisis de la  Fobia de un niño de cinco años” (1909) sitúa a las fobias del lado de la histeria, y plantea que en la histeria de angustia y en la histeria de conversión existe el mismo mecanismo psíquico, pero en la fobia no hay una inervación corporal sino que la libido se convierte en angustia.
4.      Considera así a la histeria de angustia como una psiconeurosis de la época infantil y que la aparición de estos cuadros indica nuevas organizaciones del aparato psíquico. Su evolución indicará si se constituye en patología.

Trabajos metapsicológicos

Al plantearse el tema de las fobias en animales, específicamente hablando del “Caso de Juanito”, Freud considera que la moción pulsional sometida a la represión es una actitud libidinosa hacia el padre, apareada en angustia hacia él.
Después de esta represión, esta moción pulsional ha desaparecido de la conciencia y el padre no se presenta en ella como objeto de la libido.
Como sustituto se encuentra en posición análoga un animal más o menos apto para ser objeto de angustia.
La formación sustitutiva se ha establecido por vía desplazamiento, y el factor cuantitativo (monto de afecto) no ha desaparecido sino que se muda en angustia, y el resultado es angustia frente a un animal en lugar de un requerimiento de amor al padre.
La represión sólo eliminó y sustituyó la representación, pero el ahorro de displacer no se consiguió. Por eso en un segundo tiempo llega una formación de intento de huida, que es la fobia.
A partir de la constitución del objeto fobígeno, la angustia puede surgir:

a)     Por un incremento de la moción pulsional reprimida
b)     Por la percepción del objeto fobígeno.

Complejo de Edipo y Complejo de Castración

Freud plantea que el conflicto se establece entre el Complejo de Edipo que posee las mociones a ser reprimidas, y el Complejo de Castración a través de la amenaza de castración como motor de la represión.
El afecto-angustia de la fobia no proviene del proceso represivo sino de lo represor mismo. La angustia de la zoofobia es angustia de castración, una angustia frente a un peligro externo y real.





Diagnóstico diferencial

1.
Neurosis de Angustia: es frecuente que aparezcan temores, pero estos tienen carácter pasajero. Son variables y si se sistematiza la angustia puede constituirse la histeria de angustia.




2.
Histeria de conversión: pueden aparecer fobias transitorias, pero se diferencian porque en la histeria de conversión la represión generalmente es exitosa y se suprime el monto de afecto, por lo tanto no aparece angustia.




3.
Neurosis obsesiva: aquí lo temido son ideas o actos. Puede tener temores a contraer enfermedades, a la muerte, etc. y sobre estos temas hace elaboraciones teóricas racionales. El paciente fóbico siempre denota una carga afectiva más elevada y mayor angustia que el fóbico.




4.
Ideas delirantes hipocondríacas: los síntomas corporales involucrados en las fobias tienen un alto carácter expresivo.
El hipocondríaco, a diferencia del fóbico, no se calma con conductas de tranquilización que pudieran provenir de otros.




5.
Esquizofrenia: inicia un curso presentando temores similares a los fóbicos, previos al brote agudo. Se trata de intentos defensivos contra la desestructuración psicótica.
El fóbico mantiene intacta su afectividad mientras que el esquizofrénico se muestra siempre desafectivo en mayor o menor grado.




6.
Melancolía: se puede confundir con las fobias por las manifestaciones de preocupación, depresión, ansiedad.
La diferencia reside en que el fóbico interroga constantemente y necesita saber la causa de lo que ocurre. El melancólico no habla ni interroga, sino que desea aislarse.



                HISTERIA DE CONVERSIÓN


El término Histeria proviene del latín “Histerum” que significa “Útero”.

1.      Hipócrates: había utilizado el término histeria o epilepsia, y lo llamó así por referencia al útero, como causa de la enfermedad.
2.      Platón decía que se daba en mujeres con pocos hijos por lo que recomendaba las relaciones sexuales como terapia.
3.      En la Edad Media, la histeria era tomada como una enfermedad demoníaca, donde eran exorcizadas o quemadas en la hoguera.
4.      En el Renacimiento se retomaban las ideas de Hipócrates. A las pacientes le colocaban olores desagradables en la nariz y agradables en los genitales para que la matriz descendiera hasta la vagina
5.      Sidemhan, en el Siglo XVIII la define como una enfermedad del sistema nervioso, como una dolencia que imitaba a todas las enfermedades.
6.      En el Siglo XIX aparece una descripción y sistematización de las teorías de todas las enfermedades anátomo-clínicas  por médicos biologistas. Lo que no entraba en esta clasificación iba a parar al cuadro de neurosis, especialmente la histeria.
7.      Charcot, a mediados del Siglo XIX en el Hospital de La Salpệtriẻre (París) analizó el Gran Ataque Histérico, distinguiendo en él 4 fases:

a)     Período prodrómico
b)     Período epileptoide
c)     Período de actitudes pasionales
d)     Período verbal o delirante

Charcot reproducía artificialmente los ataques histéricos y se sirvió para ello de la hipnosis. De este modo logró mostrar que la parálisis histérica era consecuencia de representaciones dominantes en un momento especial de disposición psíquica. Insiste en la herencia como factor etiológico.

8.      Pierre Janet, discípulo de Charcot, plantea que es una disociación de la conciencia, también de origen hereditario, donde estas representaciones disociadas no pueden entrar en contacto con el resto de representaciones.



Estudio de la Histeria para Freud

1885
Freud llega a La Salpệtriẻre con el deseo de estudiar con Charcot. Freud denomina visuales a los pacientes histéricos, por sus riquezas gramáticas y expresivas, diferenciándolos de los pacientes mentales (obsesivos) cuya patología se expresa predominantemente a nivel del pensamiento.




1886
Freud, de vuelta en Viena, decide emplear el método hipnótico como técnica de trabajo. Este método no lo terminaba de convencer y opta por abandonarlo, decidiendo utilizar sólo la sugestión (método del apremio)
Luego se contacta con Breuer, médico clínico quien utilizaba un método original sin hipnosis ni apremio, donde los síntomas de desaparecían cuando encontraban su origen, a partir de hablar libremente. (asociación libre)
La hipótesis de Breuer era que la sintomatología que presenta la histeria se debía a la retención de recuerdos.
A esta retención similar a la amnesia post-hipnótica la denominó “estados hipnoides” que serían estados de conciencia en los cuales las representaciones surgidas en un momento, no se pueden asociar con otras, quedando como grupo psíquico apartados del libre comercio asociativo.
Este grupo psíquico divorciado del libre comercio asociativo sería un antecedente de lo que Freud luego denominará inconsciente.




1893
En “Sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos” describe algunos síntomas típicos como:
·        Neuralgias
·        Anestesias
·        Parálisis
·        Convulsiones

Encuentra un suceso causador del síntoma, muchas veces un suceso traumático infantil. El síntoma desaparecía cuando se lograba encontrar el recuerdo de aquel proceso causador.




1894
En “ Las psiconeurosis de defensa” plantea que la característica de la histeria de conversión es la inervación somática, es decir, la transformación de energía psíquica en respuesta orgánica




1895
En “Estudios sobre la histeria” plantea que las histéricas son pacientes propensas a contar sus sueños, fantasías y problemas. En ellas, las fantasías eróticas, la resistencia, la transferencia y la agresividad lo llevan a Freud a un intento de conceptualización de estos fenómenos.




1896
En “Nuevas observaciones sobre Neurospicosis de defensa” plantea que en la histeria los traumas sexuales sobrevienen en la primera infancia y fueron vividos pasivamente. Este trauma es un trauma sexual de seducción, y se va configurando lentamente el Complejo de Edipo como factor etiológico nuclear de la neurosis.

En ese mismo año, en “La etiología de la histeria” plantea que en toda escena traumática se cumplen 2 condiciones:
a)     Adecuación determinante: se refiere a la conexión posible que establece entre diferentes representaciones en el discurso.
b)     Fuerza traumática: está en relación con el shock, inundación de estímulos, sobresaltos, etc.




1908
En “Las fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad” afirma que todos los ataques demuestran ser ensoñaciones involuntariamente emergentes. El contenido de las fantasías inconscientes corresponde a situaciones de satisfacción sexual consciente  creadas por los perversos.
El síntoma histérico es descripto por Freud como:

·        El símbolo mnémico de ciertas impresiones y experiencias traumáticas
·        Es la sustitución creada por conversión para el retorno de lo reprimido
·        Es el resultado de la expresión de una satisfacción de deseo
·        Representa una parte de la vida sexual del paciente
·        Puede tomar la representación de movimientos inconscientes asexuales, pero no puede carecer de significación sexual.
·        Para la solución de los síntomas no basta con su referencia a la fantasía sexual inconsciente, sino que es necesario abordar las 2 fantasías sexuales presentes, una de carácter masculino y otra de carácter femenino




1909
En “Generalidades sobre el ataque histérico” describe el ataque histérico como fantasías traducidas en acto motor.
Las representaciones de las fantasías han sufrido, producto de la censura, deformaciones análogas a las del sueño, regidas por las leyes del proceso primario (condensación y desplazamiento)
El ataque se torna ininteligible porque el enfermo desarrolla el papel de 2 personas, una en el campo masculino y otra en lo femenino



El proceso de la conversión

La conversión es el mecanismo de formación de síntomas prototípico de la histeria.
Se trata de una energía libidinal que se convierte en inervación somática.
Lo sobresaliente en ella es que consigue hacer desaparecer por completo el monto de afecto y el enfermo exhibe entonces “La belle indifférence”  de la histeria.
Otras veces esta sofocación no se logra por completo y una dosis de sensaciones se anuda a los síntomas mismos.

El contenido de la representación de la agencia representante psíquica de la pulsión se ha sustraído de la conciencia. Como formación sustitutiva y al mismo tiempo como síntoma, se encuentra una inervación somática hiperintensa, a veces de naturaleza sensorial y otras de naturaleza motriz, ya sea como excitación o como inhibición.
El lugar hiperinervado se revela como una porción de la agencia representante de la pulsión reprimida, que ha atraído hacia sí, por condensación, la investidura íntegra.
La represión en la histeria puede juzgarse fracasada en la medida en que sólo se ha vuelto posible mediante formaciones sustitutivas. Pero con respecto a la supresión del monto de afecto se logra un éxito completo.
El proceso represivo de la histeria de conversión se termina con la formación de síntomas y no necesita de un segundo tiempo como ocurre en el  caso de la histeria de angustia.


Descripción Clínica

1.
Teatralidad: necesitan siempre escenificar su vida, sus síntomas y su historia




2.
Belle indifférence: se logra sofocar por completo la investidura íntegra del contenido del representante psíquico de la pulsión, no presentando malestares psíquicos manifiestos, como angustia.




3.
Sugestibilidad: son fácilmente influenciables porque pone al otro en un lugar del Ideal de Yo. Pero también pueden bajarlo tan rápido del pedestal así como lo subieron.




4.
Hiperconsumo médico y medicamentoso: como el síntoma aparece en el cuerpo, se automedica y al médico le presta atención mientras está en el lugar de Ideal




5.
Seducción: seduce constantemente y siempre pone al otro en el lugar del Ideal y poseedor del falo. Si el otro cae en la seducción, ella se siente frustrada porque el otro está en falta y la falta del otro la remite a su propia falta.


Las histéricas son:

a)     Quisquillosas
b)     Sensibles
c)     Fácilmente humillables
d)     Desean despertar el deseo de un hombre no sólo para frustrarlo sino para construir su propio deseo
e)     Exhiben dificultades en la vida cotidiana como por ejemplo “nadie me quiere”. Todo es conflicto e insatisfacción.
f)       Tienen sentimientos de minusvalía
g)     Poseen respuestas ambiguas

El discurso de la histeria es un discurso representativo. En realidad el lenguaje es el lenguaje de cualquier sujeto, pero lo lleva al límite y habla este lenguaje con especial argumentación todos los días. Vive las metáforas y la letra oprimida hace cuerpo.

Características de la histeria

1.
Sugestibilidad: se presenta como un individuo plástico y fácilmente influenciable.




2.
Mitomanía: no deja de falsificar su vida. Se ofrece siempre como espectáculo ya que su existencia es una serie de escenas y aventuras imaginarias.




3.
Alteraciones sexuales: no son ninfómanas o excitadas sexuales. Tienen simplemente alteraciones que se relacionan con expresiones emocionales y pasionales y tienen algo de teatral. Así el “Donjuanismo”  enmascara muchas veces la impotencia.
Se puede hablar de 2 trilogías
·        Ingenuas
·        Infantiles
·        Superficiales

·        Exhibicionistas
·        Teatralidad
·        Seducción




4.
Labilidad afectiva: su demanda de amor es inagotable y siempre insatisfecha, siendo una búsqueda continua de ser  reconocida por los otros. Desea lograr admiración y protección.


Manifestaciones Clínicas

1.
Paroxismos

a) Gran Ataque histérico a la Charcot

1. Período prodrómico: es una manifestación que antecede al cuadro. Encontramos el bolo histérico (como una pelota en la garganta), palpitaciones, trastornos viscerales, etc.

2. Período epileptoide: comienza con una fase tónica con contracciones y luego es seguido de una fase clónica con descargas en forma de sacudidas.

3. Período pasional: escenifica escenas de características violentas o agresivas (en el hombre) o eróticas (en la mujer), con obnubilación de la conciencia.

4. Período delirante: pone en palabras lo que sucede.

El ataque puede durar entre 15 minutos hasta varias horas y puede desencadenarse el ataque en varias veces.


b) Formas menores:  con crisis de nervios con agitación, burda imitación de la epilepsia, descarga emocional y sedación posterior.

1. Crisis sincopal: comienza sintiéndose mal, empalidece, se angustia, se desploma, pero hay recuerdo de lo acaecido.

2. Crisis tetaniforme: tiene que ver con una hiperigidez y gran contractura.

3. Síntomas extrapiramidales: acceso de tos, hipo, bostezo, risa, llanto.


c) Estados segundos o crepusculares: episodios de obnubilación de la conciencia, de comienzo breve y terminación brusca, semejante a los estados de transe hipnoides. Se pueden desarrollar personalidades múltiples, con gran producción onírica.

d) Amnesias paroxísticas: son trastornos en la memoria más o menos profundos. Lo más frecuente es la amnesia lacunar donde se olvidan de un acontecimiento penoso

e) Estados catalépticos: el sujeto está inerte, con los ojos abiertos o cerrados, tono muscular variable. El estado no es amnésico ni inconsciente totalmente. Puede durar horas o días, con enlentecimiento de las funciones vegetativas.



2.
Síndromes funcionales duraderos

a) Parálisis

1. Funcionales: parálisis de un movimiento o de un grupo de movimientos con una significación funcional. Por ejemplo astasia-abasia.

2. Localizadas: afectan a un miembro pero no están afectados ni los reflejos ni las sensaciones. Por ejemplo encontramos las afonías pudiendo conversar en vos baja pero no en vos alta

b) Contracturas y espasmos: especie de parálisis activa cuya sistematización es paradójica y variable. Por ejemplo tortícolis.

c) Anestesias: se producen en un esquema funcional imaginario, segmentos recortados por la fantasía a nivel corporal

d) Trastornos sensoriales: pueden afectar a una o varias funciones, como por ejemplo sordera, ceguera.





3.
Manifestaciones viscerales

a) Espasmos: pueden ser espasmos urinarios, vaginismo, digestivos, nauseas, vómitos, constipaciones. Tienen que ver con fantasías orales, anales y genitales.

b) Algias: dolores variables. Lo característico es la dramatización del dolor

c) Trastornos tróficos: por ejemplo anoxia, anorexia, bulimia, constipación extrema, poliuria, etc.

d) Sinestesias : dolores al movimiento, sensaciones de dolor ante un objeto que se mueve.


Estos síntomas por lo general están revestidos por la Belle indifférence de los histéricos.


Complejo de Edipo en la histeria

En la neurosis histérica se reproduce una estructura triangular que prorroga la triangularidad edípica, repitiendo en ella identificaciones denegatorias que no le permiten acceder a una posición femenina.
La inclusión en una triangularidad es para avanzar en una pregunta que la madre de la histérica no responde, pues no otorga respuestas a los emblemas propios de su sexo.
La introducción de “la otra mujer” le permite transitar en algo que su madre no le da: los secretos de la sexualidad (Por ejemplo, Dora los busca en la Sra. K.)
La histérica quiere saber sobre la sexualidad, quiere saber qué es ser mujer, pero sin poner el cuerpo. Quiere que el cuerpo lo ponga “la otra”.
Ella queda resguardada en una posición narcisista de amor a sí misma, siendo el falo, para despertar el deseo del otro.
Se ofrece pero no se entrega, pues la entrega es vivida como sometimiento.
Para Freud era típico de la fantasía histérica la bisexualidad, en donde se sitúa como una mujer y como un hombre al mismo tiempo.
Se identifica con un hombre para plantear su pregunta sobre la feminidad.
A la histérica le es útil tener un padre impotente para idealizarlo y así ser ella quien lo sostiene garantizándose un lugar en su deseo, pues ella encuentra cerrado su espacio en el deseo de la madre. Es por eso que profesa un gran amor, y de ahí lo que Freud decía, su necesidad de ser amada más que de amar


                EPILEPSIA


Definiciones

  1. Para la fisiología: es la descarga hipersincrónica de una población neuronal o de su totalidad.

  1. Para la neurología: esa hipersincronía da como resultado manifestaciones convulsivas (Grand Mal)

  1. Para la psiquiatría: hay desestructuración de la conciencia en relación a las crisis y algunas modificaciones de la personalidad.

  1.  


Por lo tanto, la epilepsia es llamada "la enfermedad de los paroxismos" debido a las crisis y las ausencias porque sus manifestaciones esenciales son la caída brusca del tono muscular y la desestructuración de la conciencia.


1.
Formas Ictocomiciales o Generalizadas

a) Grand Mal

1. Fase Inicial: está ubicado en la parte inferior del tronco cerebral. Al comienzo es brutal, sin aviso y el sujeto cae de frente, produciendo por lo general heridas graves y un grito breve.

2. Fase Tónica:  durante 10 a 20 segundos el cuerpo se encuentra contraído en un único espasmo, frecuentemente asimétrico que se va generalizando al otro lado del cuerpo. En este momento puede producirse la mordedura de la lengua y labios y apnea que lleva a una cianosis aguda. Los miembros superiores están pegados al cuerpo, con codos, muñecas y dedos flexionados. Los miembros inferiores están en extensión y los pies en varus (en V), donde los dedos de los pies también están flexionados. La cara está pálida al principio y luego va tomando un color cianótico. Las pupilas están dilatadas y no hay reflejo ocular.

3. Fase Clónica: Poco a poco se va relajando la musculatura en una serie de contracciones rítmicas que da como resultado a las convulsiones. Estas lo llevan al agotamiento progresivo y durante un minuto aumentan en intensidad y disminuyen en frecuencia.
Entre una convulsión y otra se produce una relajación muscular. El sujeto está fláccido con una reanudación de la respiración ruidosa denominada "estertor epiléptico". Presenta relajación esfinteriana. La conciencia se recupera lentamente y al estado de coma le sigue un estado de sueño.

La crisis dura un minuto, pero incluido el estado de coma y el sueño dura entre 5 y 15  minutos. No hay recuerdo de la crisis y sólo se la reconoce por los síntomas subsiguientes, como cefaleas y sueño.


b) Petit Mal: está ubicado en el centroencéfalo y se caracteriza por la tríada de Lennox.

1. Ausencias: breve eclipse de conciencia con abolición de la memoria.  Dura 5 a 15 segundos hasta 1 minuto. La mirada está fija y vaga, la cara pálida y si el sujeto estaba hablando u ocupado se detiene y luego continúa como si nada hubiese pasado. El tono muscular está apenas disminuido por eso no llega a caerse, y no cursa con convulsiones. La respiración apenas disminuye.

2. Crisis amiónicas: el sujeto se desploma de golpe por la suspensión del tono muscular pero se incorpora rápidamente. Hay un debilitamiento de la conciencia y recuerdo de lo sucedido.
También el desplome puede ser parcial. No termina de caerse que ya se reincorpora, o puede ser que se le caiga la cabeza sobre el pecho.

3. Mioclonías bilaterales: son sacudidas musculares, a veces masivas, de duración breve. Pueden ser bilaterales sincrónicas donde las 2 partes del cuerpo hacen lo mismo, o a veces asimétricas donde hay sacudidas de un solo de los brazos, y muy rara vez de los miembros inferiores o de la cabeza.




2.
                                    Epilepsias parciales o localizadas


El lugar es reconocido por las manifestaciones clínicas y tienen interés neurológico por que pueden ser intervenidas quirúrgicamente. No alteran los procesos de integración psíquica, es decir que no afectan la memoria, el lenguaje y el pensamiento.
Se define por los signos clínicos que son parestesia, ilusiones, escotomas, por los signos eléctricos que aparecen en el EEG y por una integridad de la conciencia por lo menos aparente.
Las parestesias (hormigueos) suelen ir acompañadas de ilusiones de transformación corporal. Este señalamiento es importante porque cuando se da esta manifestación se sabe que la lesión es en la zona post-rolándica (3.1.2.5.7.)
En cambio si las manifestaciones clínicas son ilusiones o escotomas, la lesión
es en el lóbulo occipital (17.18.19)
Si el sujeto escucha ruidos, campaneos, la lesión es en el lóbulo temporal (21.21.42)







3.

                        Formas Graduocomiciales

En un principio son parciales y luego se van generalizando. Tienen un primer tiempo que es el de las auras (expresión de los sentidos)Luego sobrevienen las crisis graduocomiciales, pero a veces en lugar de ellas sobrevienen los equivalentes psicomotores. Son las denominadas el prototipo de las epilepsias psicopatológicas.
Manifestaciones clínicas: comprenden desde actos automáticos hasta variaciones de conciencia.

a) Auras:

·   Vegetativas: dolores epigástricos acompañados en general por trastornos de sueño, salivación y movimientos masticatorios. También se presentan accesos de calor y de frío, palpitaciones y pseudoasmas.

·   Olfato-gustativas: van acompañadas de vivencias paramnésicas (falsificación de los recuerdos), de fenómenos de lo ya visto, con vivencia de angustia y extrañeza.

·   Psíquicas: se trata de vivencias de angustia y extrañeza, despersonalización y rememoración.

Después de cada crisis aparece una imagen muy intensa del aura que tuvieron.

b) Crisis graduocomiciales: Los signos clínicos son trastornos motores atípicos. Por ejemplo el sujeto gira la cabeza hacia la derecha y empieza a temblar el brazo y la pierna izquierda. Luego gira el tronco, la cabeza y los ojos hacia la izquierda y comienza a temblar el brazo y la pierna derecha. Hay variedad de movimientos y en general las crisis son incompletas. Se detienen en una determinada fase y su repetición lleva al estado de mal (se llama así a la repetición en el mismo momento de crisis tan variadas como variadas las hay. Puede ser por falta de medicación o porque no se sabía que era epiléptico)

c) Automatismos o equivalentes psicomotores: Se caracterizan por desestructuración de la conciencia y por experiencias de despersonalización. Estas experiencias incluyen síntomas afectivos, sensoriales, motores que pueden ser combinados o aislados. Los signos son trastornos de conducta y eclipse (se suspende la conciencia)Puede ir de un simple mascullamiento hasta ejecutar un acto automático y no poder parar.
Algunos actos delictivos como homicidios, fugas, piromanías, etc.  






Diagnóstico diferencial con el ataque histérico

1.
El ataque histérico es de larga duración

2.
La caída no es brutal

3.
No hay heridas graves

4.
Puede haber mordeduras de los labios, no de la lengua, compatible a juegos eróticos

5.
Hay reflejo ocular

6.
Hay recuerdo de lo sucedido

7.
Suelen haber quejidos o gritos que escenifican una escena de lucha en hombres, o erótica en las mujeres.

8.
Puede haber incontinencia de orina porque repite la forma infantil de polución

9.
Puede haber salivación imitando el miembro en erección eyaculando

10.
La terminación es una fase depresiva sin coma ni sueño

11.
Hay dificultades para continuar con lo que venía haciendo


Personalidad del epiléptico

v  Lentos - Bradipsiquia
v  Perseverantes
v  Viscosos - Adhesividad afectiva
v  Irritables - Agresivos
v  Inhibidos
v  No es condición de todas las epilepsias hay deterioro intelectual
v  Hipocondríacos



                NEUROSIS OBSESIVA


Se caracteriza por la aparición de ideas, sentimientos o actos que invaden al sujeto, los cuales son vividos como ajenos (egodistónicos), extraños y hasta patológicos.
Aunque el sujeto se esfuerza por desalojarlos, se le imponen paralizando al Yo, el que no puede neutralizarlos.
El conflicto psíquico se expresa por los síntomas, llamados compulsivos, como las ideas obsesivas, la compulsión a realizar actos indeseables, ceremoniales, etc., y la lucha y defensa permanente contra estas mismas ideas y tendencias.
El conflicto que domina en la Neurosis Obsesiva es entre el Ello y Superyó, aliados contra el Yo. Esta sintomatología se despliega en el pensamiento y en el acto.

1.
Campo del Pensamiento: conducen a la inhibición de la acción y del pensamiento.

a) Rumia mental: se traduce en interminables interrogaciones sobre diferentes acontecimientos, como por ejemplo, la muerte, la existencia de otros mundos, etc.

b) Duda: también llamada “locura de la duda”, sellada por la incertidumbre y la ambivalencia. Deja todo sin solución.

c) Escrúpulos: constituyen una variedad de ideas y se expresan en una búsqueda de moralidad y reparación. También puede tratarse de palabras o cifras que debe repetirse un número de veces determinado sin omisiones y errores.

d) Omnipotencia de ideas: son ideas con gran sobrevaloración, con las cuales creen influir en el mundo externo. Las palabras adquieren características mágicas con la creencia de que éstas pueden matar o hacer daño.

e) Obsesiones: son ideas tenaces que aparecen en el campo de la conciencia en forma insistente, repetida, injustificada e irracional para el sujeto que las padece. Éste se esfuerza por desalojarlas sin conseguirlo.
También pueden ser ideas impulsivas como por ejemplo estar frente a una ventana y querer arrojarse al vacío, sin embargo el paso al acto es excepcional.
Entre las obsesiones tenemos:

1. Delirio o tabú del contacto: es un temor injustificado e irracional al contagio, a lo sucio. Tocar y establecer algún tipo de contacto físico o mental son el fin más próximo de la carga de objeto, tanto amorosa como agresiva. Por la regresión a la etapa sádico-anal, lo erótico se convierte en agresión

2. Obsesiones religiosas: son ideas de pecado, sacrilegio, y el correspondiente castigo por ellas.

3. Aritmomanía: es la compulsión a realizar cálculos, retener dígitos, generalmente con una excusa que aparece en la conciencia como lógica.

4. Onomatomanía: es la compulsión a pronunciar en forma permanente y sin razón, palabras obscenas centrándose en lo divino, lo religioso, muerte, etc.



2.
Campo de la actividad: en general se encuentra inhibida por la duda y la rumia, surgiendo las compulsiones como intento de acción.
Si son evitados, despiertan en el sujeto autorreproches, angustia y/o culpa.

a) Compulsiones: son mandatos extraños y enérgicos que inducen a la movilidad. Sus contenidos son variables como hacer juramentos o decir palabras obscenas, dañar a un ser querido, automatismos de tocar objetos, persignarse, etc.

b) Actos obsesivos: los rituales y ceremoniales son actos minuciosos puestos en práctica siempre de la misma manera. Suelen recaer sobre actividades de la vida cotidiana, como el vestirse, lavarse las manos, acostarse, etc. complicando y retrasando al sujeto. Si se suspenden son invadidos por angustia y no puede postergarlos.



            Formación de síntomas en la Neurosis Obsesiva


Se concibe como un intento de aportar una solución al conflicto edípico, que por regresión a la fase sádico anal va a determinar el curso del proceso.
Las tendencias libidinales surgen en forma de tendencias agresivas y destructoras, por lo que se refuerza la carga libidinal y la represión de dichas tendencias hostiles.
Se establecen como rasgos de carácter los escrúpulos, el pudor, la desconfianza de sí mismos. Es éste un período de salud aparente, pero si fracasa surgen los autorreproches y la angustia moral  y social.
Así se inicia un período de enfermedad, dando lugar a los mecanismos de defensa como vía de formación sintomática y los propios síntomas como defensas secundarias.
Cuando lo que se alcanza en la vida psíquica consciente es el reproche, le suceden la vergüenza, el miedo hipocondríaco, la nosofobia, etc.
Si en esta lucha defensiva se reprimen de nuevo los síntomas del retorno impuesto al Yo, se creará una tercer forma de neurosis obsesiva, que serían los actos obsesivos (rituales, ceremoniales)
Los casos graves culminan con la fijación de los ceremoniales y la emergencia de la locura de la duda o en una existencia extravagante del enfermo condicionada por las fobias.
En la neurosis obsesiva, la lucha contra lo reprimido es constante, participando tanto el Yo como el Superyó en la formación de síntomas.
La regresión es el primer tiempo que utiliza el Yo en su lucha defensiva contra las exigencias libidinales.
En la relación con el Superyó aparece la angustia moral y social dando lugar a la represión.
Entonces, el proceso defensivo se caracteriza por:
  1. Represión
  2. Regresión
  3. Formación reactiva
  4. Anulación de lo acontecido
  5. Aislamiento


La formación reactiva se desarrolla en un sentido opuesto a un deseo reprimido y se constituye como reacción contra éste, por ejemplo frente al exhibicionismo deviene pudor.
En la anulación de lo acontecido el sujeto actúa como si sus pensamientos, palabras o actos no hubieran ocurrido, utilizando un pensamiento de tipo mágico.
El aislamiento hace que después de un suceso desagradable, se interpole una pausa en la que nada debe suceder. Se intenta aislar pensamientos o comportamientos.
Está referido tanto a la esfera motora como a las representaciones.
Guardando las distancias, sería como la “amnesia histérica”.

            Rasgos de carácter


La formación del carácter se encuentra determinado por el erotismo anal, por la regresión a los puntos de fijación libidinal en la fase sádico-anal.
Freud descubre la tríada:



1.
Ordenados: comprende tanto la pulcritud personal como los deberes cotidianos.




2.
Económicos: cualidad que puede aparecer intensificada hasta la avaricia. Dependerá del binomio retención-expulsión en la etapa anal




3.
Tenaces: son obstinados y tercos.


Esta tríada es resultado de la sublimación del erotismo anal. Aparece la pulcritud, el orden, etc. como reacción frente a lo sucio, perturbador. Así podemos ver como se darás la formación reactiva:

Suciedad Vs. Manía por la limpieza

Rechazo Vs. Educación

Crueldad frente a los débiles Vs. Bondad frente a los débiles

Obediencia y sumisión Vs. Puntualidad


Rasgos característicos con la retención anal:

  1. Obstinación
  2. Coleccionismo
  3. Angustia ante la separación

                SITUACIONES LIMITES



Situación límite: serie de fenómenos que ocurren en personas que en estado de salud se  encuentran súbitamente en peligro de muerte, no por enfermedad sino por causas externas. Son cambios en la defensa psíquica que se producen no sólo en los implicados directos sino en todos los integrantes de una sociedad en las que hay víctimas de la represión. Esto nos lleva a pensar en un cambio en la categorización de los fenómenos psíquicos.
Estas son situaciones donde se precipitan muerte, dolor, amor, odio, terror, angustia.

1. Catástrofes individuales:
·                  Torturas
·                  Exilios
·                  Servicio militar
·                  Enfrentar la muerte

2. Catástrofes sociales
·                  Desaparición de personas
·                  Violencia política
·                  Guerra Amenaza nuclear

3. Catástrofes naturales
·                  Terremotos
·                  Inundaciones
·                  Erupción de volcanes


TORTURAS

Moviliza el horror de lo no explicable. (Ejemplo Represión militar de 1974, y movimiento nazi de Hittler)
La irrupción brusca de la violencia irracional nos puso frente a otras categorías no tipificadas, pero no porque no fueran conocidas sino porque generaban asombro y terror. Carrillo habló de pacientes peligrosos y los llamó nosográficamente con el nombre de "kindinofrenia".
Primero hubo que abandonar los fantasmas propios, la incertidumbre, el terror y la perplejidad que producían los relatos de los pacientes para luego poder pensar en ellos.
La primera reacción transferencial por parte del terapeuta fue rechazar el discurso del paciente por insoportable. Luego condenó y fantaseo con castigos a los represores poniéndose en fiscales y acusadores de todos aquellos que cometieron las acciones aberrantes.
En estos pacientes se veían:
·                   Conflictos
·                   Padecimientos
·                   Sufriendo
·                   Muerte con dolor físico
·                   Odio con desapariciones
·                   Hambre con abandono
·                   Angustia e impotencia

Todo esto se resume en una sola palabra: "tortura"
En ella se establece una íntima relación, casi diádica de interdependencia, entre los 2 miembros de la pareja torturante:
·                   Dolor Vs. Placer
·                   Búsqueda de un placer ignorado
·                   Erotismo
·                   Visión mesiánica (del Mesías)

Estos factores son complementarios, ya que la ausencia de uno de ellos haría imposible su realización.
El torturador está movido por 2 factores:

1. Factores sociales: movilizado por fantasías apocalípticas y el estado represor.

2. Factores individuales: pulsión de muerte, agresividad, sadismo.

En el torturador los factores complementarios se ajustan con su historicidad, y sería:

1º Serie: Pareja de padres desvalorizadores. Intensa pulsión tanática.
2º Serie: Fijación sádico-anal. Superyo rígido y perverso. Fantasías mesiánicas
3º Serie: Factor desencadenante que sería el estado represor.


AMENAZA NUCLEAR

La amenaza nuclear tiene un correlato simbólico con la amenaza de castración  (Tótem y Tabú)
La amenaza de castración es la articulación de un mito social ya que tiene como objetivo la aceptación de una ley más allá de él y del padre, una ley que prohíbe el incesto abriendo camino a la cultura.
La amenaza Nuclear refuerza una salida colectiva, una ley más allá de los estados, más allá de los líderes, y está inscripta en cada uno de nosotros.
La amenaza de castración permite una salida individual.

ACCIDENTES FERROVIARIOS DE CONDUCTORES DE TRENES

Prevención Primaria: Salud mental de los conductores de trenes.
El conductor de trenes está sometido al potencial o real accidente lo que agrega a su tarea una sobrecarga emocional como Stress.
Las situaciones de riesgo son:
·                   Accidentes
·                   Casi accidentes

Los efectos buscados son la disminución de la culpa, el aumento de la tolerancia, la elaboración de la angustia, etc.
La muerte del accidentado promueve la muerte del conductor por paro cardiorespiratorio




EFECTOS PSICOLOGICOS DE LA SITUACION DESASTRE

Los desastres naturales originan consecuencias psicológicas profundas. El grado de destrucción, el número de muertos y la intensidad y duración del desastre guardan relación con la intensidad del impacto psicológico.
La reacción inicial frente al desastre el un estado temporal de shock. Las personas actúan con aturdimiento, confusión y desorientación, y estos estados pueden persistir durante minutos u horas.
Al preguntarle a las víctimas, muchas manifestaron que estuvieron sumergidas en la situación y en la necesidad de sobrevivir y que recordaban poco de lo que habían pensado durante ese período.
Desde el punto de vista psicológicos parecen tener efectos narcotizantes que temporalmente impiden a las personas comprender la gravedad de la situación.
Los mitos juegan un papel importante en la conducta del individuo mientras persiste la crisis. Uno de ello es el de la vulnerabilidad personal que lleva al individuo a creer que en tanto las fuerzas destructivas permanezcan activas, no habrá de sucederle nada. Cuando ese mito pierde vigencia lo reemplaza por otro que consiste en situar las fuerzas destructivas alrededor de sí mismo. Ambos mitos distorsionan la percepción de la realidad e inhiben la adaptación del individuo introduciéndolo a conductas inapropiadas.

Respuestas emocionales:
·                   Temor
·                   Aturdimiento
·                   Alucinaciones
·                   Huida instintivas a fin de salvarse a sí mismo
·                   Psicología de masa: sentimiento de seguridad en familia
·                   Pánico

El pánico sólo ocurre cuando una persona o grupo se siente atemorizada y en situaciones en que el escape es posible en ese momento y no después. Una respuesta más frecuente frente al peligro es la huida.

Se requiere tiempo para lograr la asimilación. A cesar el peligro, las personas pueden quedar afectadas por el recuerdo o el temor intenso de que pueda repetirse la experiencia sufrida. La primera expresión de sentimientos ocurre durante el período posterior al desastre.
Cuando hay represión de la reacción del individuo éste puede presentar hipoactividad, deambulando sin rumbo fijo.

Período postraumático: es el período en que se rememora la experiencia. Puede durar toda la vida de la victima. Entre las reacciones comprendido en el período postraumático figura la ansiedad temporal, pero las más graves y prolongadas son los "Síndromes traumáticos" o "neurosis postraumáticas".
Las víctimas pueden experimentar insomnios, nerviosismos, problemas digestivos, etc.
El hecho de sobrevivir lleva aparejado un sentimiento de culpabilidad, que puede producirse como respuesta a la idea de que la supervivencia de la víctima exigió la muerte de otros seres humanos.

Categorías diagnósticas: síndrome orgánico cerebral, neurosis, psicosis simple, paranoide. El aumento de casos de epilepsia puede ser por las cosas que caen y golpean las cabezas de las víctimas que desencadenan convulsiones epilépticas.

Tratamiento: los casos de esquizofrenia simple y paranoide fueron los que más aumentaron.
En el caso de las neurosis fueron numerosos y no ocurre lo mismo con los desordenes de la personalidad. El tipo de neurosis más comunes son neurosis de ansiedad e histérica de tipo conversivo.

PSICOANALISIS
CRONOLOGÍA

1893
EL CASO ISABEL VON R.

1905
TRES ENSAYOS SOBRE UNA TEORIA SEXUAL

1908
TEORIAS SEXUALES INFANTILES

1912-13
TÓTEM Y TABU

1914
INTRODUCCIÓN AL NARCISISMO

1915
LA REPRESIÓN

1917
CONFERENCIA 16º

1917
CONFERENCIA 17º

1917
CONFERENCIA 18º

1917
CONFERENCIA 23º

1917
CONFERENCIA 32º

1923
ORGANIZACIÓN GENITAL INFANTIL

1923
EL YO Y EL ELLO

1926
INHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA

1927
DOSTOIVSKI Y EL PARRICIDIO


CONFERENCIA 16º - PSICOANÁLISIS Y PSIQUIATRIA  (1916-17)


Acción Sintomática: surge con absoluta independencia y es aceptada porque no se sospecha de ella finalidad ni intención alguna.
Tiene que:
·        Pasar por inadvertida
·        No despertar extrañeza
·        Producir efectos insignificantes

La acción sintomática no es contingente, sino que posee un motivo, un sentido y un propósito en sí misma. Pertenece a un enlace anímico indagable que en calidad de un pequeño indicio, anuncia la presencia de un proceso anímico más importante.
Quien lleva a cabo estas acciones no es consciente del proceso cuya marca es la acción misma. Estos actos desempeñan el papel del síntoma.

Acción sintomática: indiferente
Síntoma: sufrimiento subjetivo



Formación de Síntoma: es el resultado de un proceso especial, de una elaboración psíquica. Freud asimila al síntoma con el retorno de lo reprimido.
No es la represión en sí la que produce formaciones sustitutivas y síntomas sino que estos son indicios de un retorno de lo reprimido. Pero la formación de síntoma comprende no sólo el retorno de lo reprimido en forma de formaciones sustitutivas sino también en formaciones reactivas.


Diferencias entre Psiquiatría y Psicoanálisis

La Psiquiatría



1)
Intenta caracterizar el síntoma mediante una propiedad esencial. En esta conferencia  se diagnostica “delirio celotípico”




2)
Investiga la historia familiar del  paciente y dirá que las ideas delirantes son de transmisión hereditaria.




3)
No conoce caminos que hagan avanzar más en el esclarecimiento del caso.




4)
Se conforman con el diagnóstico.





El Psicoanálisis



1)
La idea delirante deja de ser disparatada e incomprensible. Posee un sentido y pertenece a una trama del vivenciar del paciente, rica en afectos.




2)
Es necesario como reacción frente al proceso anímico inconsciente inferido por otros indicios y precisamente a esta dependencia debe su carácter delirante.




3)
La vivencia que hay tras la contracción de la enfermedad, determina que habría de engendrarse una idea delirante celotípica y no otra cosa.


No hay contradicción entre ambas. La psiquiatría no aplica los métodos técnicos del psicoanálisis y sólo proporciona una etiología general en vez de poner de manifiesto primero la causación más particular y próxima. La terapia psiquiátrica no ha sido capaz de influir sobre las ideas delirantes.
El psicoanálisis no es impotente contra esta enfermedad como cualquier otra  terapia, sino que a partir de él se puede comprender qué ha ocurrido dentro del enfermo.


CONFERENCIA 17º - EL SENTIDO DE LOS SINTOMAS  (1916-17)


Diferencias entre la Psiquiatría y el Psicoanálisis en relación con la Neurosis Obsesiva

1)
La psiquiatría se preocupa muy poco de las manifestaciones y el contenido de los síntomas individuales. Ella da un nombre a las diferentes obsesiones e insiste en que los portadores de tales síntomas son degenerados.




2)
El psicoanálisis arranca de al posibilidad de encontrarle un sentido a los síntomas individuales y comprueba que estos se entraman en el vivenciar del enfermo.
El psicoanálisis pone en duda que los portadores de tales síntomas sean degenerados ya que tales síntomas se encuentran en personas sobresalientes, de capacidad de rendimiento elevada y significativa para la sociedad.
Para el psicoanálisis es posible eliminar duraderamente estos síntomas obsesivos.
El sentido de los síntomas neuróticos fue descubierto por Breuer mediante el estudio y la curación de un caso de histeria. Pero Janet aportó de manera independiente la misma demostración. Para éste, los síntomas neuróticos eran concebidos como externalizaciones de ideas inconscientes que dominaban al enfermo.


Características de la Neurosis Obsesiva

La neurosis obsesiva se porta como un asunto privado del enfermo y tiene pocas manifestaciones corporales a diferencia de la histeria. Todos sus síntomas  son a nivel del alma.
Se exterioriza del siguiente modo:

1)
Los enfermos son ocupados por pensamientos que en verdad no les interesan.




2)
Sienten en su interior impulsos que parecen extraños.




3)
Son movidos a realizar ciertas acciones cuya ejecución no les contenta pero les es imposible omitirlas.




4)
Los pensamientos obsesivos pueden ser disparatados e indiferentes y son disparadores de una esforzada actividad que los deja exhaustos




5)
Los impulsos internos pueden producir tentaciones a cometer actos delictivos y el enfermo no sólo los desmiente  como ajenos sino que huye atemorizado de ellos y se protege de ejecutarlos mediante prohibiciones, renuncias. El resultado siempre es la huida.




6)
Lo que el enfermo realmente ejecuta, las llamas acciones obsesivas, son cosas ínfimas. Son floreos ceremoniosos sobre actividades de la vida cotidiana que se convierten en fastidiosos y casi indisolubles.







7)
Lo que en la neurosis obsesiva abre paso a la acción, es sostenido por una energía que probablemente no tiene paralelo con la vida normal del alma.




8)
El enfermo sólo puede hacer una cosa, desplazar, poner en lugar de una idea estúpida otra de algún modo debilitada, ejecutar un ceremonial en vez de otro, puede desplazar la obsesión pero no suprimirla.

9)
El desplazamiento de los síntomas es un carácter principal de la enfermedad.




10)
El neurótico obsesivo ha sido al principio, de un carácter muy enérgico, poseedor de dotes intelectuales superior a lo normal y muestra una estrecha conciencia moral.


Acción Obsesiva

En esta conferencia Freud cuenta el caso de una señora que corría de una habitación a otra. Aquí la interpretación del síntoma fue hallada de golpe por la enferma sin guía del analista y la obtuvo por referencia a una vivencia que no había pertenecido a un pensamiento olvidado de la infancia sino que sucedió durante su vida madura y había permanecido ileso en su recuerdo.
La acción obsesiva es rica en sentido y tiene un propósito.

Ceremonial del dormir normal

Puede decirse que toda persona normal tiene su ceremonial del dormir. Todo lo que la persona sana requiere como condición para dormir se deja de comprender racionalmente y cuando las circunstancias externas le imponen un cambio, se adecua a él con facilidad y sin pérdida de tiempo.

Ceremonial patológico

El ceremonial patológico es inflexible. Se impone a costa de los mayores sacrificios, pero se lo justifica racionalmente y se lo considera superficial.
Comprende cosas que sobrepasan lo racional y otras veces directamente la contradicen.
Por ejemplo, la paciente de Freud argumentaba que el motivo de sus preocupaciones es el silencio para dormir, y que tiene que eliminar toda fuente de ruidos.
Siempre está presente la inquietud de que no se hizo todo con el orden debido entonces es preciso reexaminarlo, repetirlo y recae la duda.
En este ceremonial no se había precipitado una única fantasía sino toda una serie de ellas que por otra parte tienen en algún lugar un punto nodal. Los preceptos del ceremonial revelan los deseos, en parte como sustitución de ellos y en parte como defensa contra ellos.
Esa muchacha había caído en un vínculo erótico con su padre cuyos comienzos se remontan a la primera infancia.

Los síntomas neuróticos poseen un sentido, lo mismo que los actos fallidos y los sueños, y están vinculados íntimamente con el vivenciar del paciente.
Cuanto más individual sea la señal del síntoma, más fácil será el esclarecimiento del nexo. Para una idea sin sentido y una acción carente de fin hay que encontrar aquella situación del pasado, donde la idea estaba justificada y la acción respondía a un fin.
El ceremonial tiene mucho de típico, aunque también suficientes rasgos individuales cuyo fin es facilitar la interpretación histórica.
Lo que tienen en común los neuróticos obsesivos es la inclinación a repetir ciertos manejos y evitar otros, sufren de agorafobia, claustrofobia, etc.
Pero los sentidos de los síntomas son individuales por su referencia al vivenciar.


CONFERENCIA 18º - LA FIJACION AL TRAUMA, LO INCONSCIENTE (1916-17)


Fijación: hace que la libido se una fuertemente a una persona o representaciones, reproduzca determinado modo de satisfacción y permanezca organizada según la estructura característica de una de sus fases evolutivas.
Lo que ha constituido el origen de la neurosis es la “fijación al trauma”.

Trauma: acontecimiento de la vida del sujeto caracterizado por su intensidad, la incapacidad de responder a él adecuadamente y el trastorno y los efectos patógenos duraderos que provoca en la organización psíquica.
En términos económicos, el trauma se caracteriza por un aflujo de excitaciones excesivo, en relación con la tolerancia del sujeto y su capacidad de controlar y elaborar psíquicamente  dichas excitaciones.

En el caso de la primera paciente, fue su casamiento desistido en la realidad el que deparó la fijación. No ha podido consolarse de consumar su matrimonio y quedó pendiente del trauma.
El nexo con la escena que siguió a la desdichada noche de bodas y el tierno motivo de la enferma, conjugados, proporcionan el sentido de la acción obsesiva.
Este sentido le era desconocido mientras lo ejecutaba.

En la segunda paciente el vínculo erótico con el padre establecido en años anteriores a la pubertad, es lo que favoreció la fijación.
Esta primera fijación pareció pasajera e inofensiva, y sólo varios años después salió a la luz en los síntomas de la neurosis obsesiva.

Ambas pacientes estaban fijadas a un  fragmento del pasado y enajenadas del presente y del futuro.
Freud va a hablar también de “neurosis traumáticas” que tienen en su base una fijación al momento del accidente traumático (guerras) Estos enfermos repiten regularmente en sus sueños la situación traumática.
Esto nos muestra el camino hacia una consideración económica de los procesos anímicos. La expresión traumática no tiene otro sentido que el económico.
Se puede llamar traumática a aquellas vivencias a las que los neuróticos aparecen fijados. La neurosis sería equiparable a una enfermedad traumática y nacería de la incapacidad de tramitar una  vivencia teñida de afecto hiperintenso.

Toda neurosis contiene una fijación de esa índole, pero no toda fijación lleva a una neurosis ni  coincide con ella.
Un modelo paradigmático de fijación afectiva a algo pasado es el duelo, y  éste se distingue tajantemente de la neurosis. No obstante, hay neurosis que pueden definirse como una forma patológica del duelo.

Los procesos anímicos inconscientes son representaciones o impulsos que emergen y que no se sabe de donde. Pero dichas representaciones e impulsos obsesivos no son ellos mismos inconscientes. No habría devenido síntoma si no hubiesen irrumpido hasta la conciencia, pero sus precondiciones psíquicas así como los nexos dentro de los cuales los insertamos por vía de la interpretación, sí son inconscientes.
Los síntomas son retoños de procesos inconscientes que bajo diversas condiciones favorables pueden hacerse conscientes.
La posibilidad de dar a los síntomas neuróticos un sentido por medio de la interpretación analítica, es prueba de la existencia de procesos anímicos inconscientes. Por lo tanto, para que el síntoma se produzca, su sentido debe ser inconsciente. Tan pronto como deviene consciente, el síntoma desaparece.
La formación de síntomas es un sustituto de algo que está interceptado, por lo tanto ha ocurrido algo así como una permutación. Cuando el médico transfiere su saber al enfermo, comunicándoselo, esto no da resultado.
El hallazgo de Breuer es la base de la terapia psicoanalítica y es el enunciado según el cual  “los síntomas desaparecen cuando se logra que se hagan conscientes sus condiciones inconscientes” y esto sería “llenar todas las lagunas del recuerdo del enfermo, cancelando sus amnesias”.

En ninguno de los 2 casos expuestos por Freud hay una amnesia genuina sino que se ha interrumpido la conexión que provocaría la reproducción del recuerdo.
La neurosis histérica se caracteriza por vastísimas amnesias y cuando se logran hacer conscientes, los pacientes aseguran haber sido olvidadas hasta el momento.
Esto se remonta por un lado a la amnesia infantil y por otra parte a las  vivencias más recientes que pueden caer en el olvido, roídos por la amnesia. Por lo común, en este último, desaparecen detalles importantes o son sustituidos por falsos recuerdos.

            Sentido del Síntoma


Se debe tener en cuenta:
  1. El “desde donde” del síntoma: se resuelve en impresiones venidas desde el exterior que necesariamente fueron alguna vez consciente y después puede haber pasado a ser inconsciente por  el olvido.
  2. El “hacia donde” o “ para qué” del síntoma: su tendencia es todas las  veces un proceso endopsíquico que puede haber devenido consciente al principio pero va a ser inconsciente, o pudo haber sido siempre inconsciente.

Por eso no es muy importante que la amnesia haya hecho presa también del “desde donde” de las vivencias sobre las que se apoya el síntoma, como sucede en la histeria. El “hacia donde”, que desde el comienzo pudo ser inconsciente es lo que funda su dependencia respecto de lo inconsciente, que no es menos sólida en la neurosis obsesiva que en la histeria.



REPRESIÓN (1915)


Freud enuncia en “Pulsiones y sus destinos” (1915) los destinos posibles:

1.      Transformación en lo contrario
2.      Vuelta contra sí mismo
3.      Represión
4.      Sublimación

Dirá que los destinos de la pulsión pueden ser presentados también como variantes de defensa contra las pulsiones.
Los 2 primeros destinos de la pulsión dependen de la organización narcisista del Yo, ya que son anteriores a una organización psíquica, es decir, son anteriores a una separación consciente-inconsciente, a una separación entre Yo y Ello y a la constitución del Superyó.
La represión no es un mecanismo de defensa presente desde el origen; no puede engendrarse antes de que se haya establecido una separación entre la actividad consciente y la inconsciente.
Su esencia consiste en separar algo de la conciencia y mantenerlo alejado de ella.
Por lo tanto la represión es un mecanismo de defensa pulsional tardío.
En la teoría de Freud hasta 1926 utiliza el término “represión” como sinónimo de “defensa”, pero en “Inhibición, Síntoma y Angustia” (1926) establece una clara discriminación entre ambos términos:

1.      Defensa como la designación general de todas las técnicas de que el Yo se  vale en sus conflictos que eventualmente llevan a la neurosis.
2.      Represión es uno de esos métodos de defensa en particular.

Hay defensas normales y patológicas. Una defensa normal es la evitación. La represión es una defensa patológica, una defensa marcada por el proceso primario y la identidad de percepción que deja como secuelas la formación de síntomas.

Por lo tanto la represión sería un mecanismo intermedio entre la huida, ya que de la pulsión el Yo no puede escapar de sí mismo, y del juicio adverso (abatimiento de la satisfacción, cambio de meta, de objeto)
Es un proceso que ocurre entre los sistemas inconsciente y preconsciente-consciente, con el resultado de que algo es mantenido lejos de la conciencia.

1.      Desde el punto de vista tópico:  en la 1º Tópica la represión parte del sistema preconsciente. En la 2º Tópica parte del Yo.
2.      Desde el punto de  vista económico: serían las fuerzas que se oponen a lo pulsional y que funcionan como contrainvestidura.
·        Formación sustitutiva: Padre-caballo (caso Juanito)
·        Formación de síntomas: parálisis de Isabel
·        Formación reactiva: a la excitación anal que era placentera se le opone la contrainvestidura y ahora produce pudor, asco. Va a ser preconsciente.

3.      Desde el punto de vista dinámico: hablamos de un conflicto entre 2  fuerzas que serían la moción pulsional Vs. el Yo. La moción pulsional es el motivo de la represión.

Una moción pulsional va a ser reprimida cuando el logro de la meta pulsional depare displacer en lugar de placer. Pero una satisfacción pulsional es siempre placentera, por lo tanto, la represión no está dada cuando la tensión provocada por la insatisfacción de una moción pulsional se hace insoportablemente grande.
La satisfacción de la pulsión sometida a la represión sería siempre placentera en sí misma pero inconciliable con otras exigencias.
Tenemos así que la condición para la represión es que el motivo de displacer sea mayor que el de placer.
Así, se reconocen 3 fases de la represión:


1.      Represión primordial u original: consiste en que a la agencia representante psíquica de la pulsión se le deniega su admisión en lo consciente. Por lo tanto, no recae sobre la pulsión como tal sino sobre sus representantes, que no llegan a la conciencia y a los cuales queda fijada la pulsión. A partir de ese momento, la agencia representante en cuestión persiste inmutable y la pulsión sigue ligada a ella.
La agencia representante de la pulsión es una representación o un grupo de representaciones investidas desde la pulsión con un determinado monto de energía psíquica (libido, interés)
Represión e inconsciente son correlativos.
Aunque la represión originaria se encuentra en el origen de las primeras formaciones inconscientes, su mecanismo no puede explicarse por una  catexis por parte del inconsciente; tampoco procede de un retiro de catexis del sistema preconsciente-consciente, sino únicamente de una contracatexis o contrainvestidura. Esta contracatexis representa el gasto constante en una represión originaria, pero al mismo tiempo garantiza su presencia. La contracatexis es el único mecanismo de la represión originaria y la naturaleza de ella tiene su origen en experiencias arcaicas muy intensas.

2.      Represión propiamente dicha o con posterioridad: constituye un doble proceso que une a esta atracción, una repulsión por parte de una instancia superior. En igual medida debe tenerse en cuenta la atracción que lo reprimido primordial ejerce sobre todo aquello con lo cual puede ponerse en conexión, y la repulsión.
La represión no recae sobre la pulsión, ya que ésta al ser orgánica, escapa a la alternativa consciente-inconsciente, ni sobre su afecto. Sólo son reprimidas los representantes-representativos de la pulsión que van ligados a lo reprimido primordial, ya sea porque provengan de éste o porque entren en conexión fortuita con él.
La represión reserva a cada uno de ellos un destino diferente, individual, ya sea por su grado de deformación,  su distancia respecto del núcleo inconsciente, o su valor afectivo.
Por lo tanto recae sobre los retoños psíquicos de la agencia representante reprimida o sobre los itinerarios de pensamiento que proceden de alguna otra parte y que han entrado en vínculo asociativo con ella. A causa de ese vínculo tales representaciones experimentan el mismo destino que lo reprimido primordial. La represión propiamente dicha es entonces un “esfuerzo de dar caza”.

3.      Retorno de lo reprimido: es el proceso por el cual los elementos reprimidos, al no ser aniquilados por la represión, tienden a reaparecer y lo hacen de un modo deformado (síntomas, fallidos, chistes, etc.)
Freud llega a la conclusión de que el retorno de lo reprimido se produce por desplazamiento, condensación, conversión, e indica que las condiciones generales para que se den, son:
a)     Debilitamiento de la contracatexis
b)     Refuerzo del empuje pulsional (por ejemplo por la influencia biológica en la pubertad)
c)     Porque sobrevienen acontecimientos actuales que evocan el material reprimido


No es cierto que la represión mantenga apartado de lo consciente a todos los retoños de lo reprimido primordial. Si estos se han distanciado lo suficiente del representante reprimido, sea por las desfiguraciones que adoptaron o por el número de eslabones intermedios que se intercalaron, tienen libre acceso a lo consciente.
También los síntomas neuróticos tienen que haber logrado un distanciamiento pues son retoños que por intermedio de formaciones (síntomas) han terminado por conquistarse su denegado acceso a la conciencia.
Las desfiguraciones y el distanciamiento respecto de lo reprimido es algo que no se puede indicar en general. La represión trabaja de manera individual, cada uno de los retoños puede tener su destino particular.
La represión exige un gasto de energía, de fuerza constante. Lo reprimido ejerce presión continua en dirección a lo consciente, a raíz de lo cual el equilibrio tiene que mantenerse por medio de una contrapresión constante.
La movilidad de la represión encuentra su expresión en los caracteres psíquicos del estado del dormir.

Monto de afecto: corresponde a la pulsión en la medida en que ésta se ha desprendido de la representación y ha encontrado una expresión proporcionada a su cantidad en procesos que devienen registrables para la sensación como afectos.
El destino general de la representación de la pulsión es desaparecer de la conciencia si antes fue consciente, o seguir coartado de la conciencia si estaba en vías de devenir consciente.
El factor cuantitativo tiene 3 destinos posibles:
a)     La pulsión es sofocada por completo (represión exitosa, como sucede en la histeria)
b)     Sale a la luz como un afecto coloreado cualitativamente (neurosis obsesiva)
c)     Se muda en angustia (fobia)

El destino del monto de afecto de la agencia representante de la pulsión importa mucho más que el destino de la representación.
Si la represión no impide que aparezca displacer o angustia, ha fracasado.
La represión deja síntomas como secuela. El mecanismo de formación de síntomas y el de la represión divergen. No es la represión la que crea formaciones sustitutivas y síntomas sino que estos deben su origen a procesos diversos:
a)     El mecanismo de la represión no coincide con el de formación de síntomas.
b)     Existen diversos mecanismos de formación de síntomas.
c)     Los mecanismos de la represión tienen algo en común, el retiro de catexis.


Histeria de Angustia (Fobia): la moción pulsional sometida a la represión es una actitud libidinosa hacia el padre, apareada con la angustia hacia él.
Después de la represión, esta moción ha desaparecido de la conciencia y el padre no se presenta como objeto de la libido.
Como sustituto se encuentra en posición análoga un animal, por vía de desplazamiento.
El quantum de afecto no desapareció sino que se muda en angustia (angustia frente al animal en lugar de amor al padre)
La represión eliminó y sustituyó a la representación, pero no consiguió evitar el displacer, y así se llega a la formación de un intento de huida que es la fobia.

Histeria de Conversión: consigue hacer desaparecer por completo el monto de afecto y otras veces esta sofocación no se logra por completo.
En contenido de la representación de la agencia representante de la pulsión se ha sustraído de la conciencia; como formación sustitutiva (síntoma) se encuentra una inervación somática hiperintensa sensorial o motora, sea como excitación o como inhibición.
Este lugar hiperinervado revela una porción de la agencia representante reprimida que ha atraído hacia sí por condensación la investidura íntegra.
Por lo tanto el monto de afecto es sofocado y se puede hablar de una represión exitosa.

Neurosis obsesiva: descansa en la premisa de una regresión por la cual una aspiración sádica reemplaza a una aspiración tierna. El impulso hostil hacia una persona amada es el que cae bajo la represión.
En un primer momento alcanza el éxito pleno porque el contenido de la representación es rechazado y hace desaparecer al afecto.
Como formación sustitutiva hay una alteración del Yo, pero no se puede hablar de síntoma. La formación reactiva aparece por fortalecimiento de un opuesto. La formación sustitutiva responde al mismo mecanismo que la represión pero se aparta de la formación del síntoma.
En un segundo momento esa represión no resiste. Se da lugar a un retorno de lo reprimido y el afecto desaparecido se muda en angustia social, en angustia de conciencia moral y la representación rechazada se reemplaza mediante un sustituto por desplazamiento, semejante al de la histeria de angustia (fobia)


                CONFERENCIA 23º - LOS CAMINOS DE LA FORMACIÓN DE SÍNTOMA (1916-17)



Freud habla de diversos temas en esta conferencia:

1.
Da su concepción acerca de la neurosis entendiendo que la misma es una enfermedad instaurada en la infancia.




2.
Focaliza el síntoma  para comprender la enfermedad  y establece una diferencia entre neurosis y síntoma.




3.
Describe el proceso de formación de síntoma recurriendo al concepto de conflicto, regresión, fijación, trauma y satisfacción sustitutiva.




4.
Al incluir la fijación en el proceso de formación de síntoma, se ve obligado a dar cuenta del origen de las fijaciones.




5.
Ubica las fijaciones en el tiempo de la  sexualidad infantil y le otorga a las mismas una participación fundamental en la estructuración de la neurosis (concepto de series complementarias)




6.
La sexualidad infantil se dirige hacia las fantasías, dado que es ahí donde perduran las fijaciones.




7.
Define el concepto de fantasía estableciendo la relación entre ellas y las fantasías originarias.




8.
Da el concepto de realidad psíquica




9.
Establece la relación entre fantasía y síntoma.


Freud empieza tomando la postura del lego o profano, y del médico respecto del síntoma y la enfermedad para  ver dónde se va a situar el psicoanálisis.
1.      El lego dirá que la enfermedad desaparece cuando desaparezcan los síntomas, dado que los síntomas son para él, la esencia de la enfermedad.
2.      Para el médico el síntoma es un efecto y consecuencia de la enfermedad. Pueden desaparecer los síntomas mientras que la enfermedad sigue estando y lo que queda es la posibilidad  de que aparezcan nuevos síntomas.
3.      Para el psicoanálisis, Freud establece una diferencia entre los síntomas y las neurosis. La neurosis se define por una serie de elementos y no por los síntomas. Para él la neurosis es una estructura, un conjunto de elementos en donde cada uno de ellos se define en su relación con los otros. Es una serie de complementos constitutivos de la neurosis.

La posición del psicoanálisis resulta intermedia entre el lego y el médico ya que la neurosis es la que subyace al síntoma, pero al mismo tiempo considerará un efecto de cura cuando los síntomas desaparecen a través de la dinámica del trabajo psicoanalítico (hacer consciente lo inconsciente llenando las lagunas mnésicas de los pacientes)
Freud no jerarquiza ningún síntoma en particular, sino escuchar la emergencia de lo reprimido en el discurso del paciente. El propósito del analista no es el de curar los síntomas. Justamente para lograr un efecto de cura hay que dejar de focalizar el síntoma para poder mantener la atención libremente flotante.


Desarrollo

Los síntomas neuróticos son el resultado de un conflicto que se libra en torno de una nueva modalidad de satisfacción pulsional. Es una transacción entre el deseo y la defensa.
Las 2 fuerzas que se han enemistado, vuelven a coincidir en el síntoma gracias al compromiso de su formación. Por eso el síntoma es tan resistente, ya que está sostenido desde ambos lados.
Una de las dos partes es la libido insatisfecha, rechazada de la realidad, que ahora busca otros caminos para la satisfacción. A pesar de que la libido está dispuesta a aceptar otro objeto en lugar del denegado, la realidad permanece inflexible, y la libido se verá exigida a abordar un camino regresivo y a anhelar satisfacerse dentro de una de las organizaciones ya superadas o por medio de uno de los objetos que ya renunció antes.
En el camino de la regresión, la libido es atraída por la fijación que ella ha dejado en esos lugares de su desarrollo.
Si estas regresiones no despiertan la  contradicción del Yo, no sobrevendrá la neurosis y la libido alcanzará alguna satisfacción real aunque no normal, típico de las perversiones.
La neurosis queda planteada si el Yo no presta su acuerdo a estas regresiones, por lo tanto la libido tiene que escapar, buscando salida para su investidura, según lo exige el Principio de Placer. Tiene que apartarse del Yo, y tal escapatoria se la permiten las fijaciones dejadas en su desarrollo, que ahora ella recorre en sentido regresivo y de las cuales el Yo se  había protegido por medio de represiones.
Las representaciones sobre las cuales la libido transfiere su energía en calidad de investidura, pertenecen al sistema inconsciente, sometidas al proceso primario (condensación y desplazamiento) De esta manera se establecen constelaciones semejantes a las de la formación del sueño.
El sueño es el cumplimiento de una fantasía inconsciente de deseo. Éste entra en transacción con un fragmento de la actividad preconsciente; la barrera de la censura disminuye y permite la formación de un sueño en calidad de compromiso.
Pero la diferencia entre la formación del sueño y la del  síntoma es que en el caso del sueño el propósito del preconsciente puede mostrarse más tolerante porque la situación del que duerme es menos amenazada. Por sí solo el estado del dormir bloquea la salida a la realidad.

La escapatoria de la libido bajo las condiciones de conflicto es posibilitada por la preexistencia  de fijaciones. La investidura regresiva de ésta lleva a sortear la represión y a una satisfacción de la libido en la que deben respetarse las condiciones de compromiso. Entonces aparecen ligados:

a)     La libido y el inconsciente, por un lado
b)     El Yo, la conciencia y la realidad por otro lado


            Formación de síntoma en la neurosis histérica


La libido halla sus puntos de fijación para debilitar la represión en:

  • las prácticas y vivencias de la sexualidad infantil
  • los deseos parciales abandonados
  • objetos resignados de la niñez

La importancia de este período infantil es doble, ya que:

  1. En él se manifiestan por primera vez las orientaciones pulsionales que el niño traía consigo en su disposición innata (lo heredado)

  1. En virtud de influencias externas, de vivencias accidentales, se le despertaron y activaron por primera vez otras pulsiones.

Las vivencias contingentes de la infancia son capaces de dejar como secuela fijaciones de la libido.
El traumatismo, que desencadena la neurosis en el adulto, constituye una serie complementaria junto con la predisposición que a su vez incluye 2 factores complementarios, uno endógeno y otro exógeno:




Etiología de la Neurosis
=
Disposición por fijación de la libido
+
Acontecimiento accidental (traumático)













Constitución Sexual
(Acontecimiento prehistórico)
Acontecimiento infantil














Se observa que en este cuadro dado por Freud en las “Lecciones de Introducción al Psicoanálisis” (1915-1917) el término traumatismo designa un acontecimiento que sobreviene en un segundo tiempo y no en las experiencias que se hallan en el origen de las fijaciones.
Las vivencias infantiles no tuvieron en su momento importancia y sólo cobran jerarquía cuando la libido ha vuelto a ellas regresivamente.
La observación muestra la existencia de neurosis infantiles donde la enfermedad se contrae como consecuencia directa de las vivencias traumáticas. Las neurosis infantiles son frecuentes aunque no se las ve o se las juzga de malas costumbres y son moderadas por los padres. En la mayoría de los casos se presentan en forma de histeria de angustia (fobia)
Si en períodos más tardíos de la vida estalla una neurosis, el análisis revela por lo general que es la continuación directa de aquella enfermedad infantil.
Por otro lado, sería inconcebible que la libido regresara a épocas de la infancia, si allí no hubiera nada que pudiera ejercer atracción sobre ella.
Por lo tanto existe una complementariedad entre las vivencias infantiles y las más tardías:

  1. Hay casos en que todo el peso de la causa recae en las vivencias sexuales infantiles (inhibición del desarrollo)
  2. Hay casos en que todo recae sobre conflictos posteriores y la insistencia en las impresiones  de la infancia aparecen como obra de la regresión.

Los síntomas crean un sustituto para la satisfacción frustrada y repiten de algún modo aquella modalidad de satisfacción de la infancia, desfigurada por la censura que nace del conflicto.
La modalidad de satisfacción que el síntoma aporta tiene en sí mucho de extraño. Es irreconocible por el sujeto que siente la presunta satisfacción como sufrimiento. Lo que antes fue para el individuo una satisfacción, está destinado a provocar hoy su resistencia o repugnancia.
El extrañamiento respecto del Principio de Realidad y el retroceso al Principio de Placer, es también un retroceso a una suerte de autoerotismo como el que ofreció las primeras satisfacciones pulsionales.
Las escenas infantiles a las que regresa la libido en búsqueda de satisfacción no siempre son verdaderas.
Hay casos en que pueden ser completamente falsas; otros verdaderas y otras  veces una mezcla de verdad y falsedad. Por lo tanto, los síntomas serán:

  • O la figuración de  vivencias que realmente se tuvieron y a las que puede atribuirse una influencia sobre la fijación de la libido.

  • O la figuración de fantasías del enfermo.

La fantasía es un guión imaginario en el que el sujeto se halla presente y que representa, en forma más o menos deformada por los procesos defensivos, la realización de un deseo, y en última instancia, de un deseo inconsciente.
Pero ellas poseen realidad psíquica, por oposición a la realidad material, y poco a poco se comprende que en el mundo del neurótico la realidad psíquica es la decisiva.
Entre los acontecimientos que siempre retornan en la historia juvenil de los neuróticos, están:

  1. La observación del comercio sexual entre los padres.
  2. La seducción por un adulto.
  3. La amenaza de castración.

Tales hechos de la infancia son necesarios y pertenecen al patrimonio indispensable de la neurosis. Si están contenidos en la realidad, muy bien; y si no es así, se establecen mediante la fantasía.
Estas fantasías primordiales son un patrimonio filogenético y en ellas el individuo supera su vivenciar propio hacia el vivenciar de la prehistoria.
Las producciones de fantasías más conocidas son los llamados “sueños diurnos” que son el núcleo y los modelos de los sueños nocturnos. No necesariamente son conscientes, y si son inconscientes son fuente de los sueños nocturnos y de los síntomas neuróticos. Por lo tanto esto marca la importancia de la fantasía para la formación de los síntomas.

            El camino que recorre la libido hacia la fijación


Todos los objetos y orientaciones resignados de la libido, no lo han sido todavía por completo. Ellos, o sus retoños, son retenidos con cierta intensidad en las representaciones de la fantasía. La libido tiene que volcarse a las fantasías para hallar, libre de estorbo, el camino hacia cada fijación reprimida.
Estas fantasías gozan de  cierta tolerancia y no se llega al conflicto entre la fantasía y el Yo mientras se observe una condición de naturaleza cuantitativa, infringida ahora por el reflujo de libido a las fantasías.
Por un aflujo, la investidura energética de las fantasías se eleva tanto, que ellas se  vuelven exigentes desarrollando un esfuerzo orientado hacia la realización y provocando el inevitable conflicto entre las fantasías y el Yo. Si antes fueron preconscientes o conscientes, ahora son sometidas a la represión por parte del Yo, y atraídas por el inconsciente.
Desde las fantasías ahora inconscientes, la libido vuelve a migrar hasta sus orígenes en el inconsciente, hasta sus propios lugares de fijación.
La retirada de libido hacia la fantasía es un camino intermedio hacia la formación de síntoma. Este proceso es llamado “introversión” y designa el extrañamiento de la libido respecto de las satisfacciones reales y la sobreinvestidura de las fantasías que hasta ese momento se toleraron por inofensivas.
Un introvertido no es todavía un neurótico, pero se encuentra en una situación lábil; al menor desplazamiento de fuerzas se verá obligado a desarrollar síntomas.
Una concepción dinámica de estos procesos anímicos es insuficiente; hace falta tener en cuenta el punto de vista económico. El conflicto entre 2 aspiraciones no estalla antes de que se hayan alcanzado ciertas investiduras. Es decisivo el factor cuantitativo para la capacidad de resistencia a contraer neurosis.
La vía de escape es la sublimación. Existe un camino de regreso de la fantasía a la realidad,  y es el arte.
Al comienzo el artista es un introvertido y está obligado por necesidades pulsionales hiperintensas, pero las evita por su facultad para la sublimación y sabe atenuarlas hasta el punto en que no dejen traslucir fácilmente su proveniencia de las fuentes prohibidas.

En la neurosis obsesiva las contrainvestiduras frente a las exigencias pulsionales pasan a primer plano, y por medio de las formaciones sustitutivas dominan el cuadro clínico.


                TEORÍAS SEXUALES INFANTILES (1908)



Las fuentes de donde Freud extrajo esta información es:

  1. De la observación directa de las manifestaciones y actividades infantiles, que es la más pura de todas las fuentes.
  2. De los recuerdos infantiles conscientes comunicados por individuos neuróticos adultos.
  3. De la traducción a lo consciente de los recuerdos inconscientes de tales individuos.

La educación y la distinta intensidad de los impulsos sexuales han de dar, seguramente, origen a grandes oscilaciones individuales en la conducta sexual infantil, determinando la emergencia más o menos temprana del interés sexual. Por esta causa Freud no ha articulado su exposición conforme a épocas infantiles sucesivas.
Las diferencias entre los neuróticos y los normales, dice Freud, son mucho menores en la infancia. Además, como los individuos posteriormente neuróticos, suelen traer consigo al mundo en su constitución una pulsión sexual muy intensa, que tiende a madurar y manifestarse prematuramente, sus recuerdos de la niñez permiten aprehender gran parte de la actividad sexual infantil, con una claridad y una precisión mucho mayores de las que es posible obtener aplicando sólo la observación.

El presente trabajo se refiere casi exclusivamente al desarrollo sexual en individuos masculinos.
El conocimiento de las teorías sexuales infantiles puede ser interesante en más de un sentido,  así resulta serlo también para la interpretación de los sueños y fábulas de la antigüedad. Pero para lo que se demuestra indispensable es para la concepción de las neurosis mismas, en las cuales conservan aún todo valor tales teorías infantiles y ejercen una influencia determinante sobre la estructura de los síntomas.

La curiosidad sexual de los niños no se despierta espontáneamente a consecuencia de una necesidad congénita de casualidad, sino bajo el influjo de las pulsiones egoístas en ellos dominantes, cuando son sorprendidos por la aparición de un nuevo niño en la familia. Aquellos niños que permanecen únicos en su  casa se transportan también a tal situación por sus observaciones en otras familias.
La disminución, experimentada o temida, del cuidado de los padres y la previsión de que en adelante deberá compartirlo todo con el recién nacido, despiertan la sensibilidad del sujeto y agudizan su pensamiento.
Una mayor diferencia de edad debilita, por lo general, la expresión de esta hostilidad primaria. Asimismo, en el niño que permanece único, puede llegar a dominar más adelante, el deseo de tener un hermanito que le secunde en los juegos.
Bajo el estímulo de estos sentimientos, se pregunta de dónde provienen los niños. Así, en muchos de los enigmas que nos plantean los mitos y leyendas creemos percibir el eco de esta primera interrogación, que por su parte es, un producto de la lucha del hombre con la vida.
El  niño acudirá en demanda de respuesta a sus padres que representan para él la fuente de todo conocimiento. Pero este camino falla en absoluto cuando las personas interrogadas eluden las respuestas, reprochan al niño su curiosidad o salen del paso recurriendo a una fábula cualquiera como por ejemplo la de la cigüeña. Igualmente, el mayor número de los niños no se satisface con esta explicación.

Por este suceso, viven la primera ocasión de un “conflicto psíquico” ya que ciertas opiniones suyas chocan con las mantenidas por los padres. Este conflicto puede dar origen a una ”disociación psíquica” ya que la “opinión oficial” (teóricamente la de los padres) limitará su actividad reflexiva y dominará en su psiquismo consciente. La otra, motivada por su labor investigativa, habrá de ser rechazada y pervivirá en estado inconsciente, quedando así constituido el complejo nodular de la neurosis.

Las transformaciones provocadas en el aspecto de la madre por el embarazo, no escapan a los ojos del niño, el cual tarda luego en establecer la relación exacta entre un aumento de volumen de la madre y la aparición de un nuevo infante.
La observación de los animales, que no disimulan su vida sexual y a los que tan afín se siente el niño, es lo que más coopera  a robustecer su desconfianza. Con el descubrimiento de que la criatura se  forma dentro del cuerpo de la madre, descubrimiento que el niño realiza aún por sí mismo, se encontraría ya el niño en camino de resolver el problema en que primeramente pone a prueba sus energías intelectuales. Pero llegado a este punto, ve impedido el progreso posterior de su labor investigadora por el desconocimiento de un dato insustituible (la vagina) y por teorías erróneas que le son inspiradas por el estado de su propia sexualidad. Estas falsas teorías sexuales, aunque se equivocan de un modo grotesco, cada una contiene alguna parte de verdad, lo que se explica por los componentes de sus impulsos sexuales, activos ya en el niño, pues tales hipótesis son una necesidad de la constitución psicosexual.
Por ésta razón podemos hablar de teorías sexuales infantiles típicas.

Primer teoría: se enlaza con el desconocimiento de las diferencias sexuales,  que consiste en atribuir a toda persona, órganos genitales masculinos como los que el niño conoce por su propio cuerpo.
El pene es la zona erógena directriz y el principal objeto sexual autoerótico, y el  valor que el sujeto le concede se refleja en la imposibilidad de representarse a una persona análoga a él, sin un elemento tan esencial.
Cuando el niño ve desnuda a su hermanita o a una amiguita, sus manifestaciones demuestran que su prejuicio ha llegado a ser lo bastante enérgico para falsear la percepción de lo real. No comprueba la falta del miembro sino que cree que está, y que es muy pequeño y que pronto crecerá.
La imagen de la mujer provista de un miembro viril retorna aún en los sueños de los adultos. Cuando esta representación llega a quedar “fijada” en el niño, resistiendo a todas las influencias de la vida posterior y creando la incapacidad de  renunciar al pene en el objeto sexual, el sujeto se hace necesariamente homosexual y busca sus objetos sexuales entre hombres que por algún carácter somático o anímico le recuerden a la mujer.

El niño, en el que domina principalmente la excitación del pene, contrae por lo general el hábito de procurarse placer por medio de estímulos manuales, y al ser sorprendido alguna vez por sus padres, es atemorizado con la amenaza de cortarle el miembro. El efecto de la “amenaza de castración” es extraordinariamente profundo y duradero.
La visión posterior de los genitales femeninos, cuya forma interpreta como el resultado de una mutilación, recuerda al sujeto la amenaza anterior.
La anatomía ha reconocido en el clítoris, el órgano homólogo al pene, y la fisiología ha añadido que este pene incipiente se conduce en la infancia de la mujer como un  verdadero pene y constituye la sede de estímulos que incitan a al sujeto a maniobras de carácter onanista.
La persistencia de la excitabilidad clitoridiana disminuye la  función sexual de la mujer, haciéndola anestésica para el coito. Inversamente, la represión antes indicada puede también resultar excesiva y quedar entonces parcialmente anulados sus efectos por la emergencia de productos sustitutivos histéricos.
La niña concede a los genitales masculinos un vivo interés, en el que no tarda en transparentarse la envidia. Se siente desaventajada, intenta orinar en la misma postura que los niños.

El hecho de que el niño se forme dentro del cuerpo de la madre no es, desde luego, una explicación suficiente. Es muy probable que el padre tenga algo que  ver en ello, puesto que declara que el niño también es suyo. Por otro lado, la excitación  que el niño siente en sus órganos genitales siempre que maneja en su pensamiento estas cuestiones, le hace sospechar que el pene ha de tener alguna intervención en tales enigmáticos procesos.
Pero cuando parece hallarse en el mejor camino para postular la existencia de la vagina y descubrir, en la penetración del pene paterno en el cuerpo de la madre, el acto por medio del cual nace la criatura en el seno materno, queda bruscamente interrumpida la investigación al tropezar con la teoría de que la madre posee también, como el padre, un pene, y el fracaso de sus meditaciones le hace cesar en ellas y olvidarlas más tarde.


Segunda teoría: “La teoría de la cloaca”. Si el niño se forma dentro del cuerpo de la madre, desprendiéndose luego de él, tal separación no puede tener efecto sino por un solo camino, esto es por el conducto intestinal, expulsados como un excremento. Luego surgirá una nueva explicación que es la de que los niños nacen a través del ombligo o de una abertura practicada en el vientre de la madre, para extraerlos.
En aquellos primeros tiempos, la defecación era algo de lo que se podía hablar sin asco. La teoría de la cloaca, observada en tantos animales, era la más natural y verosímil.
Si los niños son paridos por el ano, también el hombre puede parirlos. Así el niño puede fantasear que da a luz a un hijo, sin que por ello hayamos de imputarle tendencias femeninas. Tales fantasías son un resto de actividad de su erotismo anal. Cuando la teoría de la cloaca perdura en la conciencia del niño en posteriores años infantiles, trae también consigo una solución del problema de la génesis de los niños.
Se tiene un niño por haber ingerido algo es otra de las formas de esta teoría que en las enfermas mentales suele reanimarse.


Tercer teoría: “La teoría sádica del coito”. Surge cuando los niños  son testigos casuales del comercio sexual de sus padres. Su interpretación del coito es siempre de carácter sádico, viendo en él algo que la parte más fuerte impone violentamente a la más débil y comparándolo con una lucha cuerpo a cuerpo.
Pero los niños no descubren en tales escenas el dato que les faltaba para la solución del problema (la vagina)
La teoría sádica del coito es expresión de uno de los componentes sexuales congénitos más o menos intensos en cada niño (protofantasía)
Las huellas de sangre en las sábanas o en la ropa interior de su madre confirman también las hipótesis sádicas del niño, que ve en ellas una prueba de que el padre ha repetido durante la noche sus violencias.
El error infantil integra aquí de nuevo alguna parte de verdad, puesto que el flujo de sangre constituye, en determinadas circunstancias, una prueba de la iniciación sexual (menstruación, etc.)
Los niños se preguntan también “en qué consiste estar casados”, y dan a estas interrogaciones respuestas distintas según sus observaciones ocasionales. Tales respuestas no parecen integrar mas que un solo elemento común: el prometerse en el matrimonio una consecuencia de placer y una superación del pudor. La teoría más frecuente es la de que los casados orinan uno delante del otro.
Las opiniones infantiles sobre la esencia del matrimonio suelen perdurar en la memoria consciente del sujeto y entrañan gran importancia para la sintomática de las eventuales neurosis posteriores.


Estas serían las principales teorías sexuales típicas del niño, estructuradas en temprana edad infantil bajo la influencia de los componentes sexuales.
Un niño criado en un ambiente social más libre puede comunicar a los demás sus descubrimientos, pero otros reaccionan a las explicaciones de manera que la represión sexual ha alcanzado tan alto grado, que se niegan a dar oídos a toda explicación y logran permanecer ignorantes hasta una época avanzada.
Los primeros descubren casi siempre la verdad, esto es la existencia de vagina, pero el desconocimiento de la sustancia seminal impide ahora, como antes el de la vagina, la solución definitiva, pues el niño no puede adivinar que el miembro viril extrae una sustancia distinta de la orina.
Otras teorías, no muy desarrolladas son:
  • Teoría de que los niños son engendrados en un beso, lo que delata claramente el predominio de la zona erógena oral. Específicamente femenina.
  • Teoría de la couvade, donde ambos cónyuges participan en el parto y tienen que guardar cama.
  • Teoría según la cual el acto sexual es realizado una sola vez, y dura largo tiempo, hasta 24 horas, procediendo luego de esta única vez, sucesivamente, todos los hijos. Esto se ve en muchos insectos.


                LA ORGANIZACIÓN GENITAL INFANTIL (1923)



                En “Tres Ensayos sobre una Teoría Sexual” (1905):

                 

1.      Al comienzo el acento recayó sobre la diversidad entre la vida sexual de los niños y la de los adultos.

2.      Después pasaron a primer plano las organizaciones pregenitales de la libido.

3.      Por último reclamó su interés la investigación sexual infantil   y desde ahí se pudo comprender la notable aproximación del desenlace de la sexualidad infantil a su conformación final en el adulto.


Ya en la niñez se consuma la elección de objeto como la que había supuesto característica de la fase del desarrollo de la pubertad. Las aspiraciones sexuales se dirigen a una única persona,  y en ella quieren alcanzar su meta.
Aquí se encuentra el máximo acercamiento posible en la infancia a la conformación definitiva que la  vida sexual presentará después de la pubertad.
La diferencia respecto de esta última reside sólo en el hecho de que la unificación de las pulsiones parciales y su subordinación a la primacía de los genitales no son establecidas en la infancia, o lo son de manera incompleta. La instauración de ese primado al servicio de la reproducción es la última fase por la que atraviesa la organización sexual.
La aproximación de la vida sexual infantil a la del adulto no se cierra en la emergencia de una elección de objeto. Si bien no se alcanza una verdadera unificación de las pulsiones parciales bajo el primado de los genitales, en el apogeo del proceso de desarrollo de la sexualidad infantil el interés por lo genitales y el quehacer genital cobran una significación dominante.
Para ambos sexos, sólo desempeña un papel principal el genital masculino. Por lo tanto, no hay primacía genital sino un primado del falo.

Cuando el varón percibe la diferencia con una niña, al comienzo no tiene ocasión de relacionarla con la diversidad de sus genitales. Para él es natural presuponer en todos los otros seres vivos, humanos y animales, un genital parecido al que él posee.
Luego es invadido por las pulsiones de investigación que lo llevan a manipular su miembro.
Luego el niño descubre que el pene no es patrimonio común de todos lo seres semejantes a él. Esto es por la visión casual de los genitales de una hermanita o amiguita. Entonces:

4.      Primero desconocen esa falta. Creen ver un miembro a pesar de todo. Encubren  la contradicción entre la observación y el prejuicio mediante el subterfugio de que aún sería pequeño y ya le crecerá.
5.      Luego llegan a la conclusión de que estuvo presente y luego fue removido. La falta de pene es entendida como resultado de la castración.

Por lo tanto “sólo puede apreciarse rectamente la significatividad del Complejo de Castración si a la vez se toma en cuenta su génesis en la fase del primado del falo”.

Es notorio el menosprecio por la mujer y el horror a ella y la disposición a la homosexualidad que derivan del convencimiento final acerca de la falta de pene en la mujer.
Ferenczi recondujo el símbolo mitológico del horro, la cabeza de Medusa, a la impresión de los genitales femeninos carentes de pene.
Es notoria en el caso de la cabeza decapitada de Medusa. Decapitar sería sinónimo de castración. Esto se presenta cuando el niño, que hasta entonces no había creído en la amenaza, ve un genital femenino.
El arte figura la cabeza de Medusa con cabellos como serpientes, lo que mitiga el horror pues sustituyen al pene cuya falta es la causa del horror.
La visión de la cabeza de Medusa petrifica de horror a quien la mira. El petrificarse significa erección y en la situación originaria es el consuelo del que mira, porque posee pene y se lo asegura por su petrificación.
El mostrar el pene es una acción apotropaica, ya que lo que excita horror en uno mismo, provocará igual efecto en el enemigo.
También el miembro masculino erecto sirve para provocar efecto apotropaico. Enseñar el pene o sus subrogados significa “No te tengo miedo, yo te desafío porque tengo pene”.

El niño cree que sólo personas despreciables del sexo femenino, probablemente culpables de las mismas mociones prohibidas en que él mismo incurrió, habrían perdido el genital. Pero las personas respetables como su madre, siguen conservando el pene.
Para el niño, ser mujer todavía no coincide con la falta de pene. Sólo más tarde, cuando aborda los problemas de la génesis y el nacimiento de los niños, y deduce que sólo las mujeres pueden parir hijos, también la madre perderá el pene y se edificarán complejísimas teorías destinadas a explicar el trueque del pene a cambio de un hijo.

                    Las polaridades sexuales


  1. La primera oposición tiene que ver con la elección de objeto, que supone un Sujeto y un Objeto.
  2. En el estadio de la organización pregenital sádico-anal todavía no se puede hablar de masculino y femenino. La oposición es activo-pasivo.
  3. En el siguiente estadio hay por cierto algo de masculino, pero no algo de femenino. Por lo tanto la oposición aquí es fálico-castrado.
  4. Sólo con la culminación de la pubertad, la polaridad sexual coincide con masculino y femenino.

Lo masculino reúne el sujeto, activo y lo fálico.
Lo femenino reúne al objeto, pasivo y albergue del pene.

La castración es una operación simbólica de corte cuyo resto es la pérdida de un objeto imaginario que es el falo.
También es un desprendimiento que se opera por medio de una ley y posibilita la diferencia de los sexos.
El corte también produce un efecto sobre la satisfacción autoerótica que es además una satisfacción incestuosa.
La madre es el agente de seducción. En este punto de seducción, lo deja al hijo ubicado como objeto pasivo de ella, como objeto de su sexualidad, de su deseo, y esto funciona como traumático, porque el cúmulo de excitaciones es imposible de tramitar porque no tiene con qué y tampoco tiene palabra, para tramitarlo por ella. (Fijación al trauma – Conferencia 23)

                 

                CONFERENCIA 32º: ANGUSTIA Y VIDA PULSIONAL (1917)


En “El Yo y el Ello” (1923) Freud plantea que la sede de la angustia será el Yo, y simultáneamente es el mismo Yo el encargado de instrumentar los mecanismos de defensa. La coincidencia de localización debía establecer una relación entre la angustia y la defensa.
La angustia se muestra ahora como angustia de castración.
En realidad es a partir de la segunda teoría que no alcanza con pensarla como el saldo que queda de la pulsión cuando ésta se ha quedado interceptada.
Aparece así un nuevo desarrollo teórico y clínico: La angustia señal.

Primer teoría de la angustia. La represión crea la angustia

             

En la Conferencia 25º  Freud define a la angustia como un estado afectivo, es decir, ciertas sensaciones de la serie Placer-Displacer con las correspondientes inervaciones de descarga  y su percepción.
Recurrimos al proceso del nacimiento como el evento que deja tras de sí esa huella afectiva.
El nacimiento inscribe en el psiquismo esta primera huella afectiva, un cambio brusco en el que la respiración está garantizada por el oxígeno que llega a través del cordón umbilical, a un medio gaseoso en el que debe comenzar a respirar para no morir. Posiblemente indica además, la propia angustia de la madre, hecho que el incipiente bebé no deja de percibir.
La diferencia con Otto Rank es que para él los estados posteriores de angustia son intentos de abreacción del trauma de nacimiento, en cambio para Freud la primer angustia es de prototipo fisiológico que se resignifica en la angustia de castración, que es el prototipo psíquico.
Por lo tanto la primera angustia habría sido una angustia tóxica.

Luego distingue entre:

1. Angustia realista: Freud dice que parece más lógica que la angustia neurótica que es enigmática. Es un estado de atención sensorial incrementada y tensión motriz que llama apronte angustiado del que derivan 2 reacciones posibles:
·        La repetición de la antigua vivencia traumática se limita a una señal (una manifestación atenuada de angustia), apta para la defensa. El sujeto queda advertido del peligro y prepara por ejemplo una respuesta muscular (ataque o huída)
·        O bien domina  la reacción de lo antiguo, el desarrollo de la angustia se desencadena desbordando al sujeto, anulando su reacción. El individuo queda paralizado.

Aparece así un antecedente de la segunda teoría, la angustia señal formando parte de la angustia realista, que da lugar a la defensa. La defensa estará en la segunda teoría a nivel de la represión.

2. Angustia neurótica: es enigmática y la observamos bajo 3 constelaciones:

a) Angustia expectante, que es un estado de angustia libremente flotante pronto a enlazarse a una representación (Neurosis de angustia)
Se distinguen de las Neurosis Actuales en que el conflicto es psíquico y los síntomas constituyen una representación simbólica  de los traumas sexuales, producto de una transacción (un acuerdo) entre el deseo y la defensa. En cambio en ella la angustia se muda directamente al soma.

b) Ligada de manera firme a determinadas representaciones (Fobias)

             

            c) Histeria y Obsesión: es la angustia que acompaña a síntomas o bien emerge de manera independiente como ataque pero siempre sin que se descubra fundamento alguno en un peligro externo.

             


En este caso aparecen asociadas las neurosis de angustia y las de defensa o de transferencia porque ambas coinciden en lo esencial. Las 2 se sostienen en 2 proposiciones que ahora se muestran similares:

·        La angustia proviene de la  trasmudación de la libido.
·        Es la represión la que genera angustia

Aquí la oposición es entre Angustia Realista y Angustia Neurótica








Segunda teoría de la angustia La angustia crea la represión


La relación entre el desarrollo de la angustia y la formación de síntomas se contrapone a la primer teoría.
La angustia parece ser ahora lo primero, y el síntoma lo posterior. Las fobias demostrarían el relevamiento de la angustia por un síntoma. El síntoma protegería frente al estallido de la angustia.  De lo que se tiene miedo en la angustia neurótica es de la propia libido.
La angustia neurótica se sigue diferenciando de la realidad en que el peligro es interior y no exterior, y que no se comprende conscientemente.
Pero el fóbico se las ha arreglado para que la angustia neurótica tome la forma de angustia realista.
Al modo de una banda de Moebius, la angustia circula entre el interior y el exterior, y así la oposición entre neurótica y realista, se disuelve.

En “El Yo y el Ello” (1923) Freud dice que “el  Yo es el único almácigo de la angustia”.
Si entre las funciones del Yo se encuentra someterse a sus servidumbres, porque no pensar que podría ponerse en marcha por angustia frente a sus amos. Y así es. Las 3 variedades más importantes de la angustia muestran una correspondencia con los vasallajes (sumisiones) del Yo:
·        Angustia neurótica ante el Ello
·        Angustia moral ante el Superyó
·        Angustia realista ante el mundo externo

En la segunda teoría la libido no se muda en angustia por la represión. La angustia estaba primero y abre la puerta a la represión.
El Yo es la sede de la angustia y al mismo tiempo es quien instrumenta los mecanismos de defensa.
La angustia como señal de alarma, crea la represión que tiene carácter de defensa. Y ésta se instrumenta frente a la moción pulsional, incestuosa (trauma)Ahora la angustia tiene una función de señal, de alarma, para evitar el peligro.
Con esta concepción se ha pasado de una teoría económica, cuantitativa de la angustia a privilegiar una función cualitativa, la señal de angustia.

En el niño, el motor de la represión es la angustia frente a la castración. La fuente del peligro es ahora una amenaza que llega desde el exterior como amenaza de castración o sus sustitutos. En consecuencia el peligro interior, la moción pulsional incestuosa se hace angustiante porque convoca un peligro externo.
El complejo de castración no se trata de una realidad fáctica de arrancamiento de una parte del cuerpo, sino de un hecho al que el niño teme por su realidad psíquica.
Simultáneamente a la premisa universal del falo, el descubrimiento del genital femenino lo conmociona, no ve una vagina, sino que descubre la falta de pene, y considera que la amenaza es real bajo la forma de amenaza de castración.
Ahora, la angustia es angustia de castración, y el vínculo entre angustia neurótica y realista se clarifica.
El estudio de la estructura perversa confirma el postulado freudiano de angustia de castración, dado que esta amenaza se encuentra desmentida, renegada y la angustia se encuentra neutralizada. Y allí donde el neurótico se angustia y se inhibe, el perverso actúa.

En la niña, el motor de la represión es la angustia frente a la posibilidad de dejar de ser amada. Esto no quiere decir que el Complejo de Castración no tenga importancia en la niña.

El Yo instrumenta una técnica equivalente al pensar normal con pequeños montos de investidura, y advierte mediante la angustia señal que esa satisfacción pulsional convocará a la temida situación de peligro. Con asistencia del automatismo del principio de placer lleva a cabo la represión de la moción pulsional peligrosa.
La angustia intenta trazar una frontera, una protección antiestímulos,  resguardando al Yo del Más Allá del Principio de Placer.
La angustia neurótica se ha mudado en angustia realista.
Lo peligroso, lo temido en las situaciones de peligro es el trauma, es aquello de lo que la angustia protege.

Entonces:

1.      Una moción pulsional pide paso a la acción.
2.      El Yo sospecha y realiza tanteos con pequeñas investiduras libidinales.
3.      La señal de alarma indica que su satisfacción acarrea una recordada situación de peligro.
4.      El peligro es la amenaza de repetición del factor traumático.
5.      El Yo instrumenta la represión con ayuda del Principio de Placer
6.      El destino de la libido luego de la represión puede ser:
·        La moción pulsional retiene su investidura en el Ello bajo la vigilancia el Yo.
·        La investidura libidinal es destruida por completo.
·        Se produce una regresión libidinal dentro del ello (neurosis obsesiva)
·        La libido se procura satisfacciones sustitutivas en el síntoma
·        Los componentes agresivos de la moción pulsional reprimida se trasponen en sentimiento de culpa, incrementándolo.

Que la represión se opere con la ayuda del Principio de Placer, no significa que el síntoma neurótico lo procure. El Principio de Placer no coincide con el  deseo sino que parece estar directamente al servicio de las pulsiones de muerte. El objetivo el Principio de Placer es el descenso de los estímulos a través del camino más corto como por ejemplo en el autoerotismo y la fantasía. Éste es el límite de los síntomas neuróticos. Se podría decir que por angustia, el neurótico avanza hasta el Principio de Placer, pero se detiene en éste, en el síntoma, en su límite.
El síntoma procuró una defensa frente al trauma.



Articulación de ambas teorías de la angustia en una sola

La angustia no puede ser causa y consecuencia de la represión al mismo tiempo.
La angustia neurótica se diferencia de la automática y de la señal.
No se corresponde con la angustia automática porque ésta está directamente ligada a la situación traumática, y que el síntoma ha conseguido evitar.
Tampoco se corresponde con la angustia señal porque constituye un desarrollo constante de angustia y no una señal mitigada. No desencadena la represión sino que en todo caso su continuidad indica que no se ha podido instalar o reinstalar la angustia
En la Conferencia 32º  Freud se limita a especificar que la angustia neurótica corresponde al vasallaje del Yo frente al Ello.

La hipótesis no es pensar 2 teorías de la angustia, sino 2  tiempos de una sola teoría de la angustia, señal y neurótica articulados con 2 pasos de la represión (la propiamente dicha y el retorno de lo reprimido)

·        En un primer tiempo un desborde pulsional genera angustia; la angustia señal instrumenta la represión. Esta angustia no es evidente sino que suele pasar inadvertida.
  • En un segundo tiempo la angustia neurótica aparece como fracaso de la represión: el retorno de lo reprimido. Es la presión continua que ejerce el Ello sobre el Yo. El Yo se angustia frente a una moción pulsional que ya no puede reprimir con eficacia, ni tampoco puede dar curso a la acción.



Angustia automática: es la reacción o respuesta automática del individuo cada vez que se encuentra en una situación traumática, es decir, sometido a una afluencia de excitaciones de origen externo o interno, que es incapaz de controlar. Esta se opone a la señal de angustia.

Angustia señal: es un dispositivo puesto en acción por el Yo ante una situación de peligro, con vistas a evitar el ser desbordado por el aflujo de excitaciones. La angustia señal reproduce en forma atenuada la reacción de angustia vivida primitivamente en una situación traumática, lo que permite poner en marcha operaciones defensivas.


                VIDA PULSIONAL

                 

Lo primero que hace Freud es distinguir entre 2 pulsiones principales: hambre y amor.
El individuo sirve a 2 propósitos:
  1. Su propia conservación
  2. La conservación de la especie.

Como subrogados de esta concepción se introdujeron en el psicoanálisis:
  1. Las pulsiones yoicas o de autoconservación, donde se llega a conocer al Yo como el poder limitante y represor. Son inflexibles y no admiten su suspensión.
  2. Las pulsiones sexuales, como lo limitado y reprimido. Son plásticas  y tienen la capacidad de cambiar de vías sus metas, dejándose sustituir una satisfacción por otra.

También hablamos de pulsiones parciales que provienen de diversas partes del cuerpo y pugnan por alcanzar la satisfacción y la hallan en el placer del órgano. Entre estas zonas erógenas, los genitales son la más tardía, teniendo en cuenta las fases de la organización pregenital que culminan en la fase genital en la pubertad cuando las pulsiones parciales se unifican bajo la primacía de los órganos genitales.

Cuando comienza a estudiar el narcisismo comprende que el Yo es el principal reservorio de la libido.
De él parten las investiduras libidinales de los objetos, y a él regresan. Por lo tanto, sin se transmudan sin cesar la libido yoica en libido objetal, y viceversa.
Por lo tanto llega a la conclusión de que ellas no pueden ser de naturaleza diferente y no tiene sentido separar la energía de una y de otra, tomando a la libido como energía psíquica general.

Pero pronto encontró otra dualidad entre:
  1. Las pulsiones sexuales entendidas en el sentido más amplio como Eros.
  2. Las pulsiones de agresión cuya meta es la destrucción conocida como Tánatos.

Aquí habla del sadismo y el masoquismo, considerando

  • Sadismo como la satisfacción sexual que se anuda a la condición de que el objeto sexual padezca dolores, maltratos y humillaciones 
  • Masoquismo cuando la necesidad consiste en ser uno mismo ese objeto maltratado

Todas las pulsiones que se puedan estudiar consisten en tales mezclas o aleaciones de las 2 variedades de pulsión. Entonces las pulsiones eróticas introducirían en la mezcla la diversidad de sus metas sexuales.

El masoquismo es más antiguo que el sadismo y éste último sería la pulsión de destrucción vuelta hacia fuera, que cobra carácter de agresión. Un tanto de agresión originaria puede permanecer todavía en el interior y eso lo podemos percibir de manera patente bajo estas 2 condiciones:
  1. Que se haya conectado con pulsiones eróticas para formar el masoquismo
  2. Que vuelva hacia el mundo exterior como agresión.

A veces la agresión no encuentra satisfacción en el mundo por chocar con impedimentos reales. Si tal cosa sucede, puede que vuelva atrás y multiplique la escala de la autodestrucción.


            Manifestaciones de la pulsión de muerte


El “Más Allá del Principio del Placer”  resultó decisivo para la segunda teoría de la angustia. Determinados fenómenos clínicos como compulsión a la repetición, el sentimiento inconsciente de culpa o necesidad de castigo, la reacción terapéutica negativa, el sometimiento masoquista del Yo, el sadismo del Superyó, los que fracasan al triunfar,  etc. indicaba que no todo el aparato psíquico buscaba el placer. Una parte de él (las pulsiones no ligadas) no dejaba de colocarlo más allá de este principio, adquiriendo carácter demoníaco.
El Yo se defiendo de las pulsiones no ligadas psíquicamente. Son pulsiones situadas Más Allá del Principio de Placer.
La oposición pulsional se hace aquí entre Eros y Tánatos. Eros también puede ser una pulsión demoníaca.
Ciertas pulsiones tanáticas pueden desarrollarse sin angustia como por ejemplo las adicciones, una lesión psicosomática, una compulsión a la repetición. La ausencia de angustia señal en los enfermos psicosomáticos se suplanta por una angustiante pesadilla

Compulsión a la repetición: vivencias olvidadas y reprimidas de la primera infancia se reproducen en el curso del trabajo analítico en sueños y reacciones.
También fuera del análisis es posible observar algo semejante. Hay personas que durante la vida repiten  siempre las mismas reacciones o que parecen perseguidas por un destino cruel.

Sentimiento Inconsciente de culpa o necesidad de castigo: se comporta como un fragmento de la conciencia moral y ha de tener el mismo origen que ésta y corresponde a una porción de agresión interiorizada y asumida por el Superyó.
El Superyó actúa como cultivo puro de pulsión de muerte, abogado del Ello, cuando se torna hipersevero es tan sádico como aquél.
La amenaza de castración, angustia ante la misma, se revierte en su función y la angustia moral deviene sentimiento inconsciente de culpa o mejor llamada necesidad de castigo.

Acción terapéutica negativa: en las personas en quienes es hiperpotente la necesidad de castigo, se revelan en el tratamiento analítico por la reacción terapéutica negativa, de muy mal pronóstico. Cuando a estos pacientes se les comunica la solución de un síntoma, lo que con ello se consigue es, al contrario, un refuerzo momentáneo del síntoma y del padecimiento.



Si es cierto que alguna vez la vida surgió de la materia inanimada tiene que haber nacido en ese momento una pulsión que quisiera volver a cancelarla y reproducir el estado inorgánico. Esta sería expresión de la pulsión de muerte que no puede estar ausente de ningún proceso vital.
Entonces encontramos la oposición entre las pulsiones de vida y muerte y de la acción conjugada y contraria de ambas surgen los fenómenos de la vida, a que la muerte pone término.



                INHIBICIÓN, SÍNTOMA Y ANGUSTIA (1926)


Son numerosas las neurosis en las que no se presenta nada de angustia. Un ejemplo de ello es la genuina histeria de conversión.
Las fobias se hallan próximas a las histerias de conversión y Freud las situó en una misma serie con ellas bajo el título de histeria de angustia.

Los síntomas más frecuentes de la histeria de conversión son procesos de investidura permanente o intermitente. Mediante el análisis se puede averiguar el curso excitatorio perturbado al que sustituyen sus síntomas:

a)     El dolor estuvo presente en la situación en que sobrevino la represión
b)     La alucinación fue una percepción en ese momento
c)     La parálisis motriz es la defensa frente a una acción que habría debido ejecutarse en aquella situación, pero fue inhibida.
d)     La contractura suele ser un desplazamiento hacia otro lugar de una inervación muscular.
e)     El ataque convulsivo es expresión de un estallido afectivo que se sustrajo del control normal del yo.

1.       En los síntomas permanentes desplazados a la motilidad como parálisis y contracturas, la sensación de displacer casi siempre falta por completo y el Yo se comporta como si no tuviera participación alguna.
2.       En los síntomas intermitentes referidos a la esfera sensorial, se registran nítidas sensaciones de displacer. También se hay una lucha del Yo contra el síntoma.

El síntoma de dolor emerge de la misma manera cuando:
a)     Cuando ese lugar es tocado desde afuera
b)     Cuando la situación patógena que ese lugar subroga es activada por vía asociativa desde adentro y el Yo recurre a medidas precautorias para evitar el despertar del síntoma.

            Formación de síntomas en la neurosis obsesiva


Son en general de 2 clase y de tendencias contrapuestas:

1.
De naturaleza negativa: prohibiciones, medidas precautorias, renuncias, penitencias




2.
Formaciones sustitutivas: con un disfraz simbólico.


En casos extremos el enfermo consigue que la mayoría de sus síntomas agreguen a su significado originario el de su opuesto directo. A ello llamamos formaciones reactivas.

Los síntomas obsesivos producen una lucha continuada contra lo reprimido que se va inclinando cada vez más en perjuicio de las fuerzas represoras. El Yo y el Superyó participan muy considerablemente en la formación de síntomas.
La situación inicial de la neurosis obsesiva no es diferente a la de la histeria, es decir, la necesaria defensa contra las exigencias libidinosas del complejo de Edipo. Toda neurosis obsesiva parece tener un estrato inferior de síntomas histéricos, formados muy tempranamente, pero la configuración posterior es alterada por un factor constitucional.
Cuando el Yo da comienzo a sus intentos defensivos, el primer éxito que se propone como meta es rechazar en todo o en parte la organización fálica hacia un estadio anterior, es decir la organización sádico-anal.
La regresión no es sólo consecuencia de un factor constitucional sino también por uno temporal.
No se hará posible la regresión porque la organización fálica de la libido haya resultado muy débil, sino porque la renuncia del Yo se inició demasiado temprano, todavía en pleno florecimiento de la fase sádica. La observación analítica demuestra que el estadio fálico ya se ha alcanzado en el momento del giro hacia la neurosis obsesiva. Además esta neurosis estalla a edad más tardía que la histeria. Estalla en el segundo período infantil, luego de iniciada el período de latencia.

Metapsicológicamente la regresión tiene una explicación en una desmezcla pulsional, es decir en una separación de los componentes eróticos que al comienzo de la fase fálica se habían sumado a las investiduras destructivas de la fase sádica. Freud en “El Yo y el Ello” (1923) sostuvo que el progreso desde la fase sádico-anal a la fálica tiene por condición una añadidura de componentes eróticos.
En este punto, Freud hace un distingo entre “represión” y “defensa”. La represión es sólo uno de los mecanismos de defensa de los que se vale el Yo.
En la neurosis obsesiva se discierne con mayor claridad que en la histeria que el complejo de castración es el que instrumenta la defensa que recae sobre las aspiraciones del complejo de Edipo.
Estaríamos en el período de latencia donde sobreviene:

  • El sepultamiento del Complejo de Edipo

·        La creación del Superyó

  • La erección de las barreras éticas y estéticas en el interior del Yo.

Pero a todo esto, en el obsesivo se agrega

  • La degradación regresiva de la libido
  • El Superyó que proviene del Ello no puede despojarse de la regresión y la desmezcla pulsional allí ocurrida. Por ello el Superyó en la neurosis obsesiva es hipersevero.
  • El Yo elabora formaciones reactivas de la conciencia moral, la compasión y la limpieza, en obediencia al Superyó
  • Continua con el onanismo apuntado a representaciones regresivas

Entonces podemos admitir como un nuevo mecanismo de defensa junto a la regresión, a la represión. A diferencia de la neurosis obsesiva, en la histeria el único proceso defensivo es la represión. El Yo se extraña de la moción pulsional desagradable librada en su curso dentro de lo inconsciente y no participa en sus posteriores destinos.

La pubertad en el Neurótico Obsesivo

La sublimación de los componentes del erotismo anal desempeña un papel nítido.
La pubertad introduce un corte tajante en el desarrollo de la neurosis obsesiva. La organización fálica interrumpida en la infancia, se reinstala ahora con gran fuerza. Vuelven a despertarse las mociones agresivas iniciales y las nuevas mociones libidinosas se ven precisadas a marchar por vías de la regresión y a emerger en condiciones de propósitos agresivos y destructivos.
A consecuencia de este disfraz de las pulsiones eróticas y de las intensas formaciones reactivas producidas dentro del Yo, la lucha contra la sexualidad continúa bajo formas éticas.
El Yo se defiende contra las invitaciones crueles y violentas enviadas desde el Ello a la conciencia.
Así el conflicto se refuerza en 2  direcciones, ambas por la influencia del factor regresivo:

·        Lo que defiende ha devenido más intolerante
·        Aquello de lo cual se defiende ha devenido más insoportable.

Si la represión no ha roído el contenido de la moción pulsional agresiva, ha eliminado en cambio el carácter afectivo que la acompaña. Así la regresión ya no aparece al Yo como un impulso sino como un contenido de pensamiento que los deja fríos.
Ocurre que el afecto sale a la luz en otro lugar. El Superyó se comporta como si no se hubiera producido represión.
El Yo que por una parte se sabe inocente, debe por la otra registrar un sentimiento de culpa y asumir una responsabilidad que no puede explicarse. Esta contradicción prueba que por medio de la represión él se ha cerrado frente al Ello.
Existen neurosis obsesivas sin conciencia de culpa. En estos casos el Yo se ahorra de percibirla mediante una nueva serie de síntomas, acciones de penitencias, limitaciones, etc., pero ellos significan al mismo tiempo satisfacciones de mociones pulsionales masoquistas, que también recibieron un refuerzo desde la regresión.

La tendencia general de la formación de síntomas en el caso de la neurosis obsesiva consiste en intentar cada  vez mayor espacio para la satisfacción sustitutiva a expensas de la frustración. Estos mismos síntomas que originariamente significaban limitaciones del Yo, cobran más tarde el carácter de satisfacciones y es indiscutible que esta última significación deviene poco a poco la más eficaz.
Así, el resultado de este proceso es un Yo extremadamente limitado que se ve obligado a buscar sus satisfacciones en los síntomas.


La actividad del pensamiento en la Neurosis Obsesiva

El Yo es el escenario de la formación de síntomas, más que en la histeria y emplea todos los recursos intelectuales y la actividad de pensamiento aparece sobreinvestida y erotizada.
Las 2 técnicas de las que se vale el Yo que recaen sobre la esfera motriz son:

1.
Anular lo acontecido: tiene un gran campo de aplicación y llega hasta muy atrás. Mediante un simbolismo motor, quiere hacer desaparecer, no las consecuencias de un suceso sino el suceso mismo.
Se observa este mecanismo en un segundo tiempo, donde el segundo acto cancela al primero como si nada hubiera ocurrido, cuando en la realidad afectiva ocurrieron ambos.
El ceremonial de la neurosis obsesiva tiene en el propósito de anular lo acontecido una segunda raíz:
·        La primera es prevenir para que no se repita algo determinado. Son medidas precautorias acordes con la razón.
·        Las cancelaciones mediante la anulación de lo acontecido son desacordes con la razón. Es la actitud animista.




2.
Aislamiento: consiste en que tras un suceso desagradable, así como tras una actividad realizada por el propio enfermo, se interpola una pausa en la que no está permitido que suceda nada, no se hace ninguna percepción ni se ejecuta ninguna acción.
Esta vivencia no es olvidada, pero se la despoja de su afecto y sus vínculos asociativos son sofocados o suspendidos, de manera que permanece aislada del pensamiento.
El efecto de ese aislamiento es el mismo que sobreviene a raíz de la represión con amnesia.
En la persona normal, la concentración no sólo implica mantener alejado lo indiferente, sino sobre todo lo opuesto. En el neurótico obsesivo, el Yo es más vigilante y son más tajantes los aislamientos, probablemente a consecuencia de la elevada tensión de conflicto entre su Superyó y su Ello.
En tanto procura impedir asociaciones y conexiones de pensamientos, ese Yo obedece a uno de los mandamientos más antiguos de las neurosis obsesivas que sería el tabú del contacto.
El tabú de contacto es la meta inmediata tanto de las investiduras de objeto, tierna como de la agresiva.


Eros quiere el contacto pues pugna por alcanzar la unión, la cancelación de los límites espaciales entre él Yo y el objeto amado. Pero también la destrucción tiene como premisa el contacto corporal.
Tener contacto con una mujer es en el lenguaje usual una sugerencia para decir que se la aprovechó como objeto sexual.
La neurosis obsesiva persiguió al comienzo el contacto erótico.
El aislamiento es una cancelación de la posibilidad de contacto; un recurso para sustraer a una cosa del mundo de todo contacto.


                INTRODUCCIÓN AL NARCISISMO (1914)


Freud había usado el término narcisismo mucho antes de 1914.
En 1909 declaró que el narcisismo era un estadio intermedio entre el autoerotismo y el amor de objeto.
El término narcisismo proviene de la descripción clínica para designar  “a aquella conducta por la cual un individuo da a su propio cuerpo  un trato parecido al que daría al cuerpo de un objeto sexual; lo mira, lo acaricia, lo mima, hasta que alcanza la satisfacción plena”.
En este cuadro el narcisismo cobraría el significado de una perversión que ha absorbido toda la vida sexual de la persona.

De la observación clínica resulta que, rasgos aislados de esa conducta aparecen en muchas personas aquejadas de otras perturbaciones; así ocurre entre los homosexuales. A partir de esto surge la conjetura de que la libido narcisista podría tenerse en cuenta dentro del desarrollo sexual regular del hombre.
El narcisismo, en este sentido, no sería una perversión sino el complemento libidinoso del egoísmo inherente a la pulsión de autoconservación.


1.
Un motivo esperanzado para considerar la imagen de un narcisismo primario y normal, surgió a raíz de un intento de incluir bajo la premisa de la teoría de la libido, el cuadro de la Parafrenia. Los parafrénicos muestran 2 rasgos fundamentales de carácter:
  • El delirio de grandeza (megalomanía)
  • El extrañamiento de su interés respecto del mundo externo

La libido sustraída del mundo exterior es conducida al Yo y así surge el narcisismo. A este estado de la libido debería aplicarse la expresión de “retracción de la libido”.
El delirio de grandeza no es una creación nueva sino una amplificación y despliegue de un estado que antes había existido. Así concebimos al narcisismo como replegamiento de las investiduras de objeto, como un narcisismo secundario que se edifica sobre la base de uno primario, oscurecido por múltiples influencias.


2.
También el histérico y el obsesivo han resignado el vínculo con la realidad. Pero el análisis demuestra que no han cancelado el vínculo erótico con personas o cosas. Aún lo conservan en sus fantasías. Han sustituido los objetos reales por objetos imaginarios  y por otro lado han renunciado a emprender acciones motrices que les permita conseguir sus fines en esos objetos. A este estado de la libido debería aplicarse la expresión de “introversión de la libido”.

Freud en “El Caso Schreber” (1911) plantea que la retracción de la libido sexual lleva a la investidura del Yo, y posiblemente por esta vía se produce el extrañamiento de la realidad.
Él va a estar en desacuerdo con Jung con respecto al término introversión.
Jung plantea que si se partiese de esta condición, se obtendría una psicología de un anacoreta ascético y no de una Parafrenia.
Pero Freud lo que plantea es que un anacoreta que se esfuerza por distanciar todo rastro de interés sexual, ni siquiera tiene que presentar una colocación patógena de la libido. Pudo haber extrañado enteramente de los seres humanos su interés sexual, sublimándolo en el interés acrecentado por lo divino, lo natural, lo animal, sin que ello le hiciera caer en una introversión de la libido sobre sus fantasías ni en un regreso de ella al Yo.




3.
Otro aporte lo proporciona las observaciones sobre la vida anímica de los niños y de los pueblos primitivos.
En estos últimos se hallan rasgos que si se presentaran aislados, podrían imputarse al delirio de grandeza, caracterizado por la omnipotencia de pensamiento.
Con respecto a los niños, hay una actitud análoga frente al mundo externo por el animismo.


Diferencia entre libido yoica y libido de objeto

Cuanto más gasta una, más se empobrece la otra.
El estado de enamoramiento aparece como la fase superior del desarrollo que alcanza la libido de objeto. Se concibe como una resignación de la personalidad a favor de la investidura de objeto, distinguiéndose de su opuesto, que sería la introversión en la fantasía.
Al comienzo ambas energías psíquicas están juntas en el estado de narcisismo y son indiscernibles, y sólo con la investidura de objeto se vuelve posible diferenciar una energía sexual (la libido) de una  energía de las pulsiones yoicas.
El supuesto de una separación originaria entre las pulsiones sexuales y las yoicas se da:

    1. En primer lugar respondiendo al distingo entre hambre y amor.
    2. Por consideraciones biológicas, el individuo lleva realmente una existencia doble en cuanto:
·        Es fin para sí mismo
·        Es eslabón dentro de una cadena de la cual es dependiente contra su voluntad.
3.      Todas nuestras provisionalidades psicológicas deberán asentarse alguna vez en el terreno de los sustratos biológicos. La teoría de la libido descansa en bases psicológicas pero tiene apoyo en lo biológico.

Nos formamos así la idea de una originaria investidura libidinal del Yo, cedida después a los objetos; pero ella persiste y es a la investidura de objeto como el cuerpo de una ameba a los pseudópodos que emite. En esta metáfora no es muy claro definir 2 tipos de libido, ya que es la misma la que fluye y refluye.





Relación del narcisismo con el autoerotismo

Es un supuesto necesario que no esté presente desde el comienzo en el individuo una unidad comparable al Yo.
El Yo es un conjunto de identificaciones armoniosamente catectizadas. El Yo tiene que ser desarrollado. Ahora bien, las pulsiones autoeróticas son iniciales, primordiales, por lo tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva función psíquica (el Yo), para que el narcisismo se constituya.

Aproximaciones al conocimiento del narcisismo

El estudio de la Parafrenia y la Paranoia permiten comprender la Psicología del Yo.

1.
La influencia de la enfermedad orgánica sobre la distribución de la libido: la persona que sufre un dolor orgánico resigna su interés por todas las cosas del mundo exterior que no se relacionen con su sufrimiento. Mientras sufre retira de sus objetos de amor el interés libidinal sobre su Yo, para luego volver a enviarlas después de curarse.
Libido e interés tienen aquí el mismo destino y se  vuelven otra vez inseparables. El notorio egoísmo del enfermo los recubre a ambos.
A semejanza de la enfermedad, también el estado del dormir implica un retiro narcisista de libido sobre la propia persona, más precisamente sobre el  exclusivo deseo de dormir.




2.
Hipocondría: se exterioriza al igual que la enfermedad orgánica en sensaciones penosas y dolorosas y coincide también con ella por su efecto sobre la distribución de la libido. El hipocondríaco retira libido e interés de los objetos del mundo externo y los concentra sobre el órgano que lo aqueja. La diferencia con la enfermedad orgánica es que en la hipocondría no hay un fundamento en alteraciones orgánicas, aunque no ha de faltar la alteración funcional del órgano.
El modelo que conocemos de un órgano de sensibilidad dolorosa, que se altera de algún modo y a pesar de ello no está enfermo, son los genitales en su estado de excitación.
Las zonas erógenas podrían subrogar a los genitales y comportarse de manera análoga a ellos, por lo tanto se puede considerar a la erogeneidad como una propiedad general de todos los órganos, y ello autorizaría a hablar de aumento o disminución en determinada parte del cuerpo.
La hipocondría es a la Parafrenia lo que las otras neurosis actuales (neurastenia y de angustia), son a las neurosis de defensa. Vale decir, depende de la libido yoica así como las otras dependen de la libido de objeto.



HIPOCONDRÍA       NEUROSIS ACTUALES

      PARAFRENIA         NEUROSIS DE DEFENSA

La angustia hipocondríaca sería del lado de la libido yoica.
La contracción de la enfermedad en las neurosis de transferencia se debe al pasaje de la introversión a la regresión, conectándose con una estasis de libido de objeto, y esto llevaría a la aproximación de una estasis de libido yoica vinculándola con los fenómenos de la hipocondría y la Parafrenia.
Una estasis de libido en el interior del Yo se sentiría displacentera porque el displacer es la expresión de un aumento de tensión.

En la Parafrenia la libido liberada por la frustración, no queda anexada a los objetos en la fantasía, sino que se retira sobre el Yo. El delirio de grandeza procura el dominio psíquico equivalente a este volumen de libido.
Esta operación equivale a la introversión de las neurosis de transferencia, pero provoca la hipocondría de la Parafrenia, homóloga a la angustia de las neurosis de transferencia. En estas últimas la angustia puede relevarse a través de una formación reactiva o una fobia, pero en la Parafrenia no ocurre esto sino que hay un intento de restitución que serían las manifestaciones patológicas más significativas. (un intento de conexión con la realidad)




3.
La vida amorosa de los sexos: el niño elige sus objetos sexuales tomándolos de sus vivencias de satisfacción. Las primeras satisfacciones autoeróticas son vivenciadas a través de las funciones vitales que sirven a la autoconservación.
Las pulsiones sexuales se afirman al principio en la satisfacción de las pulsiones yoicas, y sólo más tarde se independizan de ellas.
La madre deviene el primer objeto de amor. Frente a este carácter de elección de objeto, conocida como de apuntalamiento o de tipo anaclítico hay un segundo tipo de elección donde ciertas personas no eligen su posterior objeto de amor según el modelo de la madre, sino según el de su propia persona, típico en perversos y homosexuales.
En realidad todos los seres humanos tenemos abiertos ambos caminos para la elección de objeto. Tenemos 2 objetos originarios, uno mismo y la mujer que nos crió, y por ello se presupone que el narcisismo primario puede expresarse de manera dominante según la elección de objeto.

Generalmente se observan diferencias fundamentales entre el hombre y la mujer:





a) En el hombre: es  característico el tipo de apuntalamiento. Muestra una llamativa sobrestimación sexual que proviene del narcisismo primario del niño, y así corresponde a la transferencia de ese narcisismo sobre el objeto sexual.
Tal sobrestimación sexual da lugar al enamoramiento, estado que le recuerda a la compulsión neurótica y se reconduce a un empobrecimiento libidinal del Yo en beneficio del objeto.

b) En la mujer: en la pubertad parece sobrevenirle un acrecimiento del narcisismo primario por el desarrollo de sus órganos sexuales.
Cuando el desarrollo la hace hermosa  se aman en rigor a sí mismas con intensidad pareja a la del hombre que las ama. Su necesidad no se sacia amando sino siendo amadas.
Para estas mujeres narcisistas hay 2 caminos que las llevan al pleno amor de objeto:
·        En el hijo que dan a luz, en el cual se les enfrenta una parte de su cuerpo como un objeto extraño al que ahora pueden brindar, desde su narcisismo, el pleno amor de objeto.
·        En las mujeres que antes de la pubertad se han sentido varones y después que esa aspiración quedó interrumpida por la maduración de la feminidad, les queda la capacidad de ansiar un ideal masculino que es en verdad la continuación del ser varonil que una  vez fueron.


Los caminos para la elección de objeto nos sugiere entonces que:

Se ama

1. Según el tipo narcisista

a) A lo que uno mismo es
b) A lo que uno fue
c) A lo que uno querría ser
d) A la persona que fue parte de sí-mismos

2. Según el tipo de apuntalamiento

a) A la mujer nutricia
b) Al hombre protector
c) A las personas sustitutivas




Narcisismo secundario: es una superestructura para la cual es necesaria la existencia de por lo menos 2 elementos: un narcisismo primario ligado a las pulsiones autoeróticas iniciales, y la constitución del Yo, ese “nuevo acto psíquico” indispensable para que el narcisismo secundario se constituya.
El Yo es ante todo un Yo-cuerpo.El cuerpo no es sólo un aparato con funciones biológicas sino que también es una construcción representacional. Es el producto del conjunto de marcas que el deseo ha impuesto sobre él.
En principio es la madre quien marca, erotiza, habla, el cuerpo del niño, con su propio deseo. Sólo a partir de allí, de estos deseos originarios de otro indispensable, se constituye el cuerpo.
Por lo tanto el narcisismo secundario es:
  • El narcisismo observable
  • Es válido también para la constitución del cuerpo
  • También la realidad se construye, y es un registro secundario a la elaboración psíquica.

Narcisismo primario: si Freud plantea que “un nuevo acto psíquico tiene que constituirse”, siendo este nuevo acto psíquico el Yo, sería éste el espacio en el que el narcisismo se introduciría. Por lo tanto el narcisismo existente y no perteneciente hasta ese momento al Yo del niño, debe ser un Yo prestado o recibido pasivamente a manera de herencia. Éste es el narcisismo de los padres que se vuelca sobre el niño a la espera de que el mismo constituya el propio.
Así narcisismo primario y autoerotismo son organizaciones que coexisten en el sujeto por tener diferentes orígenes. El narcisismo es prestado por los padres, mientras que el autoerotismo es propio del bebé.

El narcisismo primario en el niño es más fácil de aprehender por la observación directa. Si se considera la actitud de los padres tiernos hacia sus hijos, habrá de discernirla como renacimiento y reproducción de su propio narcisismo.
La sobrestimación gobierna este vínculo afectivo. Así, prevalece una compulsión a atribuir al niño toda clase de perfecciones y encubrir y olvidar todos los defectos.
Los padres buscan en sus hijos cumplir los sueños y los deseos irrealizados propios.
El varón será un gran hombre y un héroe en lugar del padre y la niña se casará con un príncipe como tardía recompensa para la madre.
Es lo que Freud llama “His Majesty, the Baby”


                FEDOR DOSTOIEVSKI   Y EL PARRICIDIO  (1927-28)



Dostoievski (1821-1881) escritor ruso

El ensayo consta de 2 partes:
  • Trata el carácter de Dostoievski en general, su masoquismo, su sentimiento de culpa, sus ataques “epileptoides”  y su actitud dual en lo que concierne al Complejo de Edipo.
  • Analiza en especial su pasión por el juego.


Dostoievski era el segundo hijo de 7 hermanos. Ingeniero militar hasta 1844,  período en el que abandona la milicia para dedicarse a la literatura.
Era una persona que tenía simpatía por los oprimidos y humillados sociales, y pasó a formar un grupo político de discusión de asuntos sociales y políticos.
Cuando el Zar se entera de este grupo, lo disuelve y condena a muerte a sus integrantes.
Dostoievski pasó por un simulacro de fusilamiento, pero fue perdonado de la pena de muerte y condenado a 4 años de prisión en Siberia. Éste se salva por desdecirse de sus ideas.
Luego sale de Siberia y decide convertirse en creyente en vez de formar un nuevo partido, y por lo tanto cambia sus principios.
Se casa con una viuda con la cual tiene un matrimonio desgraciado; la mujer tiene un amante que él toleró. A la muerte de su esposa, se casa con una mujer más joven con quien es más feliz.
Sus obras más conocidas son:
·        “El idiota”
·        “Crimen y Castigo”
·        “Los demonios”
·        “Los hermanos Karamazov”

En la personalidad de Dostoievski se distinguían 4 fachadas:

1.      El poeta, que estaba a la altura de Shakespeare.


2.      El moralista, donde le da importancia a considerar al hombre como moral. Pero para Freud, para que un acto sea moral, debe arrepentirse de los pecados antes de cometerlos, no luego. Freud plantea que no debe desdecirse después de las ideas sino que hay  que renunciar al acto, no como lo hizo él por conveniencia frente al Zar.

3.      El neurótico, quien tenía un carácter impulsivo, y era un sometido que estaba siempre en una posición femenina.
·        Primero se sometió al padre
·        Luego al Zar
·        A la religión
·        A la mujer soportando a su amante.

4.      El pecador, egoísta, que prefirió luego a los valientes, intolerante con respecto a sus seres queridos.

En Dostoievski se observan rasgos violentos, asesinos, egoístas, lo que indica la existencia de tales inclinaciones en su interior; además algún elemento fáctico de su vida era su manía por el juego y también el abuso sexual cometido contra una niña inmadura
La contradicción se resuelve comprendiendo que la fortísima pulsión destructiva de Dostoievski, que fácilmente lo habría convertido en un criminal, en el curso de su vida, se volvió sobre su propia persona y así se expresó como masoquismo y sentimiento de culpa. Pero tenía muchos rasgos sádicos  que se exteriorizaban en su irritabilidad, manía martirizadora, intolerancia hacia las personas amadas, etc.
En las pequeñas cosas era sádico hacia fuera, y en las grandes cosas era sádico hacia adentro, y por lo tanto masoquista.

La neurosis de Dostoievski no es más que una prueba sobre la base de sus graves ataques, acompañados de pérdida de conciencia. Él se calificó de epiléptico y por tal lo tuvieron los demás, pero esta epilepsia era sólo un síntoma de su neurosis, que por tanto, debería clasificarse como “histeroepilepsia”, es decir como una “histeria grave”.
Esta enfermedad le provocaba impredecibles ataques convulsivos, en apariencia no provocados; alteración en su carácter donde se volvía irritable y agresivo.
En realidad, las personas aquejadas de epilepsia la vida anímica padece de una perturbación de afuera, mientras que en la epilepsia de Dostoievski, la perturbación es expresión de la vida anímica misma.
La hipótesis más probable a la que arribó Freud fue que aquellos ataques se remontarían muy atrás en la niñez de Dostoievski y primero estuvieron suplidos por síntomas más benignos, cobrando sólo la forma de epilepsia sólo después, tras la vivencia atemorizada del asesinato del padre.

Freud encuentra un nexo entre el parricidio de “Los hermanos Karamazov”  y el destino del padre de Dostoievski, en donde hallaría el punto axial de su neurosis.
El sentido de los ataques de Dostoievski en su juventud, antes de la emergencia de la “histeroepilepsia”  se debía a una intencionalidad de muerte y consistían en estados de dormir letárgico.
En su juventud solía dejar notas diciendo que temía dormirse de noche y caer en un estado de muerte aparente, por lo cual rogaba se esperasen 5 días antes de inhumarlo.
El sentido de esos ataques de muerte significa una identificación con una persona que todavía no murió y que desea su muerte, y el ataque tiene así el valor de un castigo. Uno ha deseado la muerte de otro y ahora uno mismo es ese otro y está muerto. En el caso de los varones, ese otro por regla general es el padre.
El parricidio es el crimen principal y primordial tanto de la humanidad como del individuo, y es la principal fuente del sentimiento de culpa.

Complejo de Edipo

La relación del niño con el padre es ambivalente. Junto al odio hacia el padre como rival ha estado presente cierto grado de ternura.
Ambas actitudes se conjugan en la identificación con el padre, donde quiere ocupar el lugar de éste porque lo admira y  a  su vez quiere eliminarlo.
En cierto momento, el niño comprende que el intento de eliminar al padre como rival sería castigado mediante la castración y resigna el deseo de poseer a la madre y de eliminar al padre. Y este deseo inconsciente es el que forma parte del sentimiento de culpa.

Otra complicación sobreviene cuando el niño se ha moldeado con intensidad en la bisexualidad. Amenazada la virilidad por la castración, se fortificará la inclinación a  buscar escapatoria por el lado de la feminidad, a ponerse más en el lugar de la madre y adoptar un papel femenino. Sólo que la angustia de castración imposibilita también esta solución. Uno comprende que sería preciso admitir la castración si quisiera ser amado por el padre como una mujer. Así caen bajo la represión ambas mociones, odio y enamoramiento.
1.      El odio al padre es resignado a consecuencia de la angustia frente a un peligro externo, la castración. Este es un proceso normal
2.      En cambio el enamoramiento del padre es tratado como un peligro pulsional interior, pero se remonta igualmente a un peligro exterior. El refuerzo patógeno parece venir ante la actitud femenina, por lo tanto una fuerte disposición bisexual refuerza la neurosis.

En Dostoievski puede suponerse con certeza esta última salida, y una de sus formas posibles de existencia (homosexualidad latente) se muestra:
·        En el valor que tuvieron para su  vida sus amistades con hombres
·        En su conducta raramente tierna hacia sus rivales en el amor
·        En su notable comprensión para situaciones sólo explicables por una homosexualidad reprimida (como lo atestiguan muchas de sus novelas)

La identificación-padre es acogida en el Yo, pero allí se contrapone con el Superyó, el heredero del complejo de Edipo. Si el padre fue duro, violento, cruel, el Superyó toma de él esas cualidades y en su relación con el Yo vuelve a producirse la pasividad que justamente debía ser reprimida.
El Superyó ha devenido sádico y el Yo masoquista. Dentro del Yo se genera una gran necesidad de castigo que halla satisfacción en el maltrato por el Superyó (conciencia de culpa) En efecto, cada castigo es en el fondo la castración y como tal, el cumplimiento de la vieja actitud pasiva hacia el padre.

Esta es la fórmula para la personalidad de Dostoievski = una persona de disposición bisexual particularmente intensa, que puede defenderse con particular intensidad de la sumisión de un padre particularmente duro.



Ambos, el Yo y el Superyó, siguen desempeñando el papel del padre.
La fantasía ha devenido realidad, y entonces son reforzadas todas las medidas de defensa.  En adelante, los ataques cobran carácter epiléptico y  siguen significando la identificación-padre a modo de castigo, pero también se han vuelto temibles como lo fue la muerte del padre.

Dentro del aura del ataque es evidenciado un momento de dicha suprema que puede relacionarse con la liberación por la noticia de la muerte, a los que siguió en el acto el castigo tanto más cruel. Una sucesión de triunfo y duelo la hemos deducido también entre los hermanos de la horda primitiva.
Teóricamente, en su prisión en Siberia, no tuvo estos ataques y esto se puede correlacionar con el hecho de haber aceptado el inmerecido castigo del padre, referido al  Zar como sustituto del castigo que había merecido por sus pecados hacia el padre real. En lugar de autocastigo se hizo castigar por el subrogado del padre.

Dostoievski determinó también su conducta hacia los otros 2 campos en que es decisiva la relación con el padre:

1.      Hacia la autoridad política, donde terminó en total sumisión al Zar
2.      Hacia la fe en Dios, donde osciló hasta el último instante de su  vida entre la fe y el ateísmo. Esperaba hallar en el ideal de Cristo una salida y una liberación de la culpa.


Época por la manía del juego

Como no es raro que suceda en los neuróticos, el sentimiento de culpa se había procurado un reemplazo evidente mediante un cúmulo de deudas.
Dostoievski decía que quería conquistarse mediante la ganancia en el juego la posibilidad de regresar a Rusia. Pero era sólo un pretexto. Dostoievski sabía que lo principal era el juego en sí y por sí.
Nunca descansaba hasta perderlo todo. El juego era para él también una vía de autocastigo. De la miseria a la que podía llegar a conquistar fácilmente, extraía una segunda satisfacción patológica. Podía insultarse, humillarse ante la esposa e incitarla a despreciarlo, y tras ese alivio de la conciencia moral, el juego proseguía al día siguiente.
La esposa se acostumbró ese ciclo porque había notado que luego de perderlo todo, estaba incitado para la producción literaria.  Desde luego ella no comprendía los nexos. Cuando el sentimiento de culpa era satisfecho por los castigos que él mismo se imponía, cedía su inhibición para el trabajo y se permitía dar algunos pasos hacia el camino que lo llevaba al éxito.


Relación entre Edipo Rey de Sófocles, Hamblet de Shakespeare y
 Los Hermanos Karamazov de Dostoievski

·        Edipo Rey de Sófocles: Este tema aparece de manera más sincera. Es el protagonista el que asesina a su padre. También la conducta se acerca a una rivalidad sexual. Esta característica aparece velada por lo poético de la obra y en este caso, Edipo no sabía que estaba asesinando a su padre, por lo tanto, el hecho le es ajeno. El homicidio se comete intencionalmente y a la  vez que mata al padre, usurpa su lugar. Cuando descubre la verdad, Edipo se hace cargo de la culpa y se infringe un castigo (se quita los ojos y promueve su propio destierro)

·        Hamblet de Shakespeare: La expresión de esta obra es indirecta ya que el acto criminal no es cometido por el mismo protagonista sino que lo realiza otro sujeto. Para él, no tiene el significado del parricidio. En este caso no es necesario disfrazar el motivo de la  rivalidad sexual. El parricidio en el protagonista de devela por el hecho de que el debe vengar un crimen, pero no es capaz de realizarlo. Aparece la duda con relación a cumplir la venganza. Este sentimiento de impotencia de venganza surge por el sentimiento de culpa.

·         Los Hermanos Karamazov de Dostoievski: el crimen es cometido por otra persona que no es la protagonista y en este caso el que comete el crimen está en relación filial con el muerto y el protagonista. También aparece la rivalidad sexual y curiosamente el hermano que mató al padre, Dostoievski  le atribuye epilepsia. Aparece una identificación con Dostoievski y el parricidio, y esto a él le despierta compasión y respeto por el personaje.


                SEÑORITA ISABEL  VON  R. (1893)


Freud consideraba este caso como una histeria, aunque no se hallara en él nada de los signos habituales de las neurosis. Lo sobrellevaba con la “belle indifférence” de los histéricos.
Isabel era una dama de 24 años, al momento del tratamiento, que padecía dolores en las piernas y caminaba mal. Caminaba con la parte superior del cuerpo inclinada hacia delante, pero sin apoyo  y por otra parte ni siquiera era llamativamente torpe.
Ella se quejaba de grandes dolores al caminar, y de una fatiga que le sobrevenía muy rápido al hacerlo y al estar de pie. Al poco rato buscaba una postura de reposo en que los dolores eran menores pero no se ausentaban.
El dolor era de naturaleza imprecisa:

·        Una zona bastante grande, mal precisada, de la cara anterior del muslo derecho era indicada como el foco de los  dolores.
·        La piel y la musculatura eran ahí particularmente sensibles a la presión y pellizco.
·        La punción con agujas se recibía de manera más bien indiferente.
·        Esta misma hiperalgesia se registraba en casi todo el ámbito de ambas piernas.
·        Los músculos eran más sensibles que la piel al dolor.
·        Los reflejos eran de mediana intensidad.
·        No se registraban todos los síntomas necesarios para suponer una afección orgánica más seria.

¿Por qué se considera  que es una histeria?

1.      Era llamativo qué imprecisas sonaban todas las indicaciones acerca de los caracteres de sus dolores, considerándola una enferma de gran inteligencia. Un enfermo que padece de dolores orgánicos, si no sufre de neurosis además de esos dolores, los describiría con precisión.

2.      Cuando a un enfermo orgánico o a un neurasténico se le estimula un lugar doloroso, su fisonomía muestra expresión de desasosiego o dolor físico. Pero cuando se pellizcaba u oprimía la piel de Isabel, su rostro reproducía una sensación más de placer que de dolor. Lanzaba unos chillidos, su rostro se enrojecía, echaba la cabeza hacia atrás, cerraba los ojos, su tronco se arqueaba hacia atrás.

Esto dio pie a que Freud diagnosticara una histeria, y la estimulación afectaba una zona histerógena. El gesto concordaba con el contenido de los pensamientos escondidos tras ese dolor y que se despertaban en la enferma mediante la estimulación de las partes del cuerpo asociadas con ellos.
Era una historia clínica consistente en ligeras conmociones anímicas que no permitían explicar por qué la paciente debió contraer una histeria, ni cómo esa histeria hubo de cobrar precisamente la forma de una astasia-abasia.
Se creía que la enferma había establecido una asociación entre sus impresiones anímicas y los dolores corporales que por azar registrara de manera simultánea. Pero quedaba sin esclarecer qué motivo habría tenido para esa sustitución, y en qué momento se había consumado.

Complacencia o facilitación somática.

La dolencia más frecuente  culpable de la sensibilidad difusa y local de los músculos a la presión es la infiltración reumática de los músculos, el reumatismo muscular crónico común, cuya disposición colabora para crear el espejismo de una afección nerviosa.
En Isabel se encontraban muchos tendones duros en las masas musculares. Lo probable era que hubiera sobrevenido una alteración orgánica de los músculos en el sentido indicado, en la cual la neurosis se afianzó haciendo aparecer exageradamente grande su valor.
La terapia partió de la premisa de que se trataba de una enfermedad mixta.

Métodos utilizados

“La premisa de todo el trabajo era la posibilidad de que se demostrase un determinismo.”
Cada vez que investigó el determinismo de los síntomas histéricos, no descubrió una ocasión única, sino un grupo de ocasiones traumáticas semejantes.
En muchos de los  casos se pudo comprobar que el síntoma ya había aparecido por breves lapsos tras el primer trauma, para retirarse luego, hasta que un siguiente trauma lo volvió a convocar y lo estabilizó.
Los primeros traumas no habían dejado como secuela síntoma alguno, mientras que un trauma posterior, de la misma clase provocó un síntoma que no pudo excluir para su origen de la colaboración de las ocasiones anteriores.
En efecto, como sucedió con Isabel, puede producirse una conversión también por un afecto recordado. Por lo tanto el dolor somático no fue creado por la neurosis sino que fue aprovechado por ella, aumentado y conservado. Siempre había existido desde el comienzo un dolor real, de base orgánica.
Ese dolor originariamente reumático pasó a ser el símbolo mnémico de sus excitaciones psíquicas dolientes por 2 razones:

a)     Porque estuvo presente en la conciencia de manera aproximadamente simultánea con aquellas excitaciones.
b)     Porque se enlazaba de múltiples modos con el contenido de representaciones de aquella época.

1.      Freud prosiguió el tratamiento de las piernas con intensas descargas eléctricas (electroprognosis) con el fin de poder mantenerse en relación con la paciente. Parecían entusiasmarle los dolorosos golpes de la máquina inductora y cuanto más intensos eran, más parecían contener sus propio dolores.

2.      Al emprender el método catártico se preguntó si Isabel conocería el origen  de su padecer. Desde el comienzo creyó que ella era consciente de las razones de su padecer, pero que lo mantenía en secreto. Luego se dio cuenta que se  equivocó. Utilizó la abreacción que sería la descarga emocional, por medio de la cual el individuo se libera del afecto ligado al recuerdo de un acontecimiento traumático, lo que evita que éste se convierta en patógeno o siga siéndolo. La abreacción es provocada en el curso del tratamiento, dando lugar a la catarsis; pero también puede producirse en forma espontánea, separada del trauma inicial.

3.      Renunció a la hipnosis. Iba penetrando cada vez más a estratos más profundos del recuerdo aplicando una técnica parecida a la hipnosis.

4.      Al aplicarle el método del apremio, presionando sus manos sobre la cabeza de Isabel, ésta calló largo tiempo y luego confesó haber pensado en cierto atardecer en que un joven la acompañó a la casa después de una reunión social, la conversación que hubo entre ellos, y las sensaciones con que luego regresó a la casa a cuidar a su padre.

Historia

Isabel : era a menor de 3 hijas mujeres. Pasó su juventud con un gran apego a sus padres.
La salud de la madre se debilitó muchas veces a raíz de una dolencia ocular y estados nerviosos. Por dicho motivo ella se apegó estrechamente al padre, un hombre alegre y muy inteligente.
Éste solía decir que su hija le sustituía a un hijo varón y a un amigo con quien podía compartir ideas. La llamaba en broma “impertinente” y “respondona”, y solía pensar que le costaría conseguir marido.
Ella estaba muy resentida por su condición de mujer ya que estaba llena de planes y ambiciones, y se indignaba ante la idea de tener que sacrificar en un matrimonio sus inclinaciones y su libertad.



Su padre: padecía una afección cardiaca crónica. Cierto día lo trajeron a la casa inconsciente tras su primer ataque de edema pulmonar. A ello siguió el cuidado del enfermo durante 1 ½ año por parte de Isabel, quien lo asistía durante el día.



Hermana mayor: después de 1 año de la muerte del padre, se casó con un hombre talentoso y trabajador, de buena posición económica, pero en el círculo de la familia fue el primero que se atrevió a discutir con la madre de Isabel. Isabel no lo quería por ese motivo, y además porque se llevó a su hermana a vivir a una lejana ciudad de Austria.



La segunda hermana: se caso con un hombre menos dotado intelectualmente, pero muy cordial con las mujeres de la casa. Su conducta reconcilió a Isabel con el matrimonio y con la idea de sacrificios enlazada a ello. Además, ellos permanecieron en las cercanías de la madre.
Cuando nació el primer hijo de esta pareja, los problemas oculares de la madre de Isabel se agravaron y debieron operarla, y Isabel estuvo al cuidado de ella.


TRAMA

El comienzo de su afección se enlazó con el episodio del primer ataque del padre, pues ella pudo recordar que durante los últimos 6 meses de ese cuidado debió guardar cama por 1 ½ día a causa de aquellos dolores en la pierna derecha. Estos le pasaron pronto y fue sólo 2 años después de la muerte del padre cuando se sintió enferma y no pudo caminar a causa de sus dolores. Freud supuso que aquellos primeros dolores habían sobrevenido sin una relación psíquica, como afección reumática leve, y hasta pudo averiguar que esa enfermedad orgánica, el arquetipo de la posterior imitación histérica, debía situarse en un período anterior a la escena del acompañamiento

En una temporada veraniega los dolores le sobrevinieron por primera vez con violencia tras un baño caliente que tomó en la casa de salud de ese pequeño poblado de restablecimiento. Un paseo prolongado fue relacionado luego con la emergencia de estos dolores.
A partir de ese momento, Isabel fue la enferma de la familia. Debió retirarse del lugar junto con la madre por sus dolores hacia Gastein, pero 2 semanas después la llamaron porque su hermana del medio estaba en peligro de muerte.

En la estación ferroviaria tuvo ciertas sospechas que pronosticaban lo peor, y después, cuando entraron en la habitación de la enferma, la certeza de que habían llegado demasiado tarde para despedirla viva.
Isabel no sufrió sólo por la muerte de su hermana sino también por los pensamientos que esa muerte provocó y las alteraciones que trajo consigo. La hermana había muerto por una afección cardíaca agravada por el embarazo.
El cuñado, inconsolablemente se alejó de la familia de su esposa

Primer Período

Primero utilizó el método hipnótico, junto con la electroprognosis.
Un joven amigo, huérfano, se había apegado mucho a su familia. Era muy poco mayor que ella y no poseía recursos propios, pero estaba enamorado de Isabel.
Una noche fue a una reunión social con él y la forzaron a quedarse más de la cuenta.
Nunca había sentido tanta calidez hacia él como durante su acompañamiento.
Cuando llegó a la casa, se encontró con que su padre había empeorado y se reprochó por ofrecerse tanto tiempo a su gusto personal. Esa fue la última vez que abandonó a su padre. Sólo en raras ocasiones se volvió a ver con el amigo y tras la muerte de su padre él se alejó por respeto a su dolor y luego encaminó su vida por otros caminos.
Ese fue su primer fracaso en el amor.

El contraste entre la dicha que se había permitido y la miseria cuando encontró a su padre empeorado, se halla un primer compromiso. Como resultado de este conflicto, la representación erótica fue reprimida de la asociación, y el afecto fue  aplicado para elevar o reanimar un dolor corporal. No  quedó claro si este primer conflicto se presentó una sola vez o repetidas  veces, pero lo más probable es que haya sucedido más de una vez. Este proceso fue el arquetipo del otro, posterior, que llevó el estallido de la enfermedad.
Era pues el mecanismo de una conversión con el fin de la defensa.

VS.
MISERIA

CONFLICTO





DICHA

Por otro lado, otras escenas lo llevaron a la misma conclusión. Isabel relataba que saltaba de la cama con los pies desnudos en la habitación fría, y junto a la queja por los dolores en las piernas, estaba la queja por una martirizadora sensación de frío.

Un segundo conflicto de esta índole se  repitió unos años después. De nuevo un círculo de representaciones eróticas era el que entraba en  conflicto con todas sus representaciones morales, pues la inclinación recaía sobre su cuñado y era un pensamiento inaceptable. Este conflicto constituye el punto nodal del historial clínico.
En aquella época la enferma no era claramente consciente de la inclinación hacia su cuñado, por intensa que ella fuera, salvo en rarísimas ocasiones. De no haber sido así, habría devenido consciente de la contradicción entre esa inclinación y sus representaciones morales y por lo tanto sufriría martirios anímicos como los que padeció durante el análisis.
El amor por su  cuñado estaba presente en su conciencia al modo de un cuerpo extraño, sin que hubiera entrado en vinculación con el resto de sus representaciones. Había preexistido ese singular estado de saber y al mismo tiempo no saber con respecto a esa inclinación, el estado del grupo psíquico divorciado, un divorcio del libre comercio de pensamiento asociativo con los restantes contenidos de representaciones.
Este término Freud lo toma de la hipótesis de Breuer quien planteaba que la sintomatología que presentaba la histeria se debía a la retención de recuerdos. A esta retención, similar a la amnesia post-hipnótica, la denominó “estados hipnoides” que serían estado de conciencia en los cuales las representaciones surgidas en un momento, no se pueden asociar con otras, quedando como “grupos psíquicos separados” del libre comercio asociativo.
Durante la reproducción del primer período, Isabel acompañaba sus relatos con exteriorización de dolores, pero en la época que vivenció esas impresiones no había registrado dolor alguno.
Se supone que los dolores se generaron con efecto retardado, en un segundo período, cuando Isabel reprodujo esas impresiones en sus pensamientos. La conversión no habría seguido a las impresiones frescas, sino al recuerdo de ellas.

La conclusión a la que arriba Freud, es la siguiente:

1.      Los dolores histéricos se generaron al mismo tiempo en que se  formó aquel grupo psíquico separado. El mecanismo que utilizó era la conversión, es decir, en lugar de dolores anímicos emergieron los corporales; así se introdujo la trasmudación  de la que resultó, como  ganancia, que Isabel se haya desligado de un estado psíquico insoportable, al costo de una anomalía psíquica y de un padecer corporal.

2.      Isabel oponía una gran resistencia al intento de establecer la asociación entre el grupo psíquico separado y sus restantes contenidos de conciencia, y cuando esa reunión se consumó, sintió un gran dolor psíquico. El motivo de la escisión de la conciencia era la defensa, la revuelta del Yo a ajustarse con ese grupo de representaciones.

Este es un proceso que se consuma en un individuo bajo la impulsión del motivo de la defensa, cuando ese individuo es portador de una tendencia para ello (facilitación somática)
Lo que se muda en dolor corporal es algo desde lo cual habría podido y debido devenir dolor anímico. Pero es probable que sólo corresponda a una conversión incompleta ya que en ciertas oportunidades Isabel comprendía también conscientemente el amor hacia su cuñado.

Segundo Período

Fue más fructífero que el anterior.
Isabel ya sabía por qué los dolores partían siempre del mismo lugar en el muslo derecho. El motivo era que en ese lugar, cada mañana descansaba la pierna de su padre mientras ella cambiaba las vendas. Así ofreció la explicación para la génesis de una zona histerógena atípica.
Cada vez que se acercaba a un recuerdo de la época, comenzaban los dolores, y cuanto más se aproximaba al núcleo esencial, más profundos eran los dolores, y desaparecían con las últimas palabras pronunciadas.
En este período de abreacción el estado de Isabel mejoró de manera llamativa. Pronto llegó a pasar la mayor parte del tiempo sin dolores, estuvo de acuerdo en caminar mucho y abandonar el aislamiento que hasta entonces mantenía.

En este período Freud descubrió el modo en que se genera una histeria monosintomática:
·        La pierna derecha le dolía en el curso de la hipnosis cuando se trataba de recuerdos del cuidado del padre enfermo, del trato con aquel amigo de la juventud y otras cosas que caían dentro del primer período patógeno.
·        Mientras que en la pierna izquierda le dolía cuando recordaba a su hermana muerta, a los 2 cuñados, es decir, a la segunda mitad de su historia.

Por lo tanto no estaba frente a un síntoma corporal único que se enlazaba con múltiples complejos mnémicos psíquicos, sino frente a una multiplicidad de síntomas similares que al abordaje superficial parecían fusionados en un solo síntoma.
Freud agrupó todas las escenas conectadas con la impresión dolorosa según que en ellas hubiera estado sentada o de pie. Así, por ejemplo:

·        “estaba de pie junto a la puerta cuando trajeron a casa al padre tras sufrir el ataque al corazón”
·        “en su terror, ella quedó de pie como plantificada”
·        Entre las escenas que en las que recordaba por qué se le  había vuelto doloroso el “caminar”, resaltó la “la caminata que hizo en aquel lugar de restablecimiento junto con un grupo de personas”. El cuñado al principio no quería ir pues prefería permanecer junto a su mujer enferma. Pero ésta con una mirada lo convenció pues pensaba que ello alegraría a Isabel. Ambos permanecieron todo el paseo juntos y allí se le hizo hiperpotente el deseo de poseer a un hombre que se le pareciese.
·        Otra escena que desempeñó un papel de enlace de los dolores al estar “sentada”  fue cuando su hermana y su cuñado ya habían viajado y ella se encontraba añorante. Se levantó por la mañana temprano, se dirigió hacia una colina y se sentó sobre una piedra. Sus pensamientos volvieron a dirigirse a su soledad y el deseo de llegar a ser tan feliz como su hermana. De esa meditación matinal, volvió con fuertes dolores y la tarde de ese mismo día tomó el baño tras el cual aquellos le sobrevinieron de manera definitiva y duradera.
·        Al enterarse que su hermana estaba moribunda, partió en tren junto con su madre hacia la  casa, y los dolores la martirizaban mientras estaba acostado en el vagón.
·        Otro recuerdo fue cuando estaba parada enfrente del lecho de muerte de su hermana, y pensó: “ahora él está libre de nuevo y yo puedo convertirme en su esposa”. En esta oportunidad el deseo fue consciente, por ello se puede decir que la conversión es incompleta.
·        Un mecanismo importante que cooperó en la formación de la astasia-abasia fue el sentimiento de desamparo, la sensación de “no avanzar un paso”. Ella buscaba una simbolización para sus pensamientos de tinte dolido. Halló en su enfermedad una expresión somática de su falta de autonomía, y de que los giros lingüísticos “no avanzar un paso”, “no tener apoyo”, etc. constituyeron los puentes para ese nuevo acto de conversión, es decir, conversión por simbolización. (se diferencia de la conversión por simultaneidad)

De este modo resultaba más fácil encontrar un nexo entre la astasia-abasia  y el primer caso de conversión en el historial clínico.  Esta astasia no era equiparable sólo a una parálisis funcional asociativa psíquica, sino también a una parálisis funcional simbólica.
En tanto símbolo, hace presente en la conciencia la representación ausente por represión. Y si Isabel no caminaba era porque no podía caminar en ella esa representación intolerante que era el amor hacia su cuñado.
A estos momentos cabe designar “traumáticos”. En ellos ha sobrevenido la conversión cuyos resultados son la escisión de la conciencia y el síntoma histérico

Tercer Período

Isabel se sentía mejor. Estaba psíquicamente aliviada pero era evidente que los dolores no habían sido eliminados.
Lo incompleto del éxito terapéutico se correspondía con lo incompleto del análisis, ya que Isabel no todas las veces estaba dispuesta a comunicar sus pensamientos, ya sea porque le resultaran demasiado desagradables o porque no los hallaba valiosos.
Pero una percepción casual aportó un dato significativo.
Cierta vez, en medio del análisis, el cuñado fue a buscar a Isabel a terapia. Ella al escuchar su voz, se levantó con la petición de suspender por ese momento.
Hasta el momento había estado libre de dolores y tras esa perturbación su gesto y su andar denunciaban la repentina emergencia de fuertes dolores.
Fue ahí cuando Freud le preguntó por las circunstancias y causas de la primera emergencia de los dolores, e Isabel se remontó a la  residencia veraniega. Hasta entonces ella creía ser lo bastante fuerte para prescindir del apoyo de un hombre, pero un sentimiento de  debilidad se apoderó de ella y también la añoranza de amor, al ver lo bien que se trataban su cuñado con su hermana, y lo seguro que parecían el uno del otro.
Cuando Freud le resumió a Isabel el estado de la causa de sus dolores, Isabel volvió a quejarse de dolores crudelísimos y desmintió cada una de las palabras de Freud.
Para aliviarla le dio la oportunidad de descargarse por abreacción de esa excitación almacenada desde hacía tanto tiempo.
Allí surgió algo nuevo con respecto a su primer contacto con el cuñado:

·        En su primera visita a la casa, éste había creído que Isabel era la novia que le estaba destinada, y la saludó antes que a las hermanas mayores.
·        Un atardecer estaban charlando los dos con tanta vivacidad que la hermana de Isabel los interrumpió diciéndoles “en verdad, harían muy buena pareja”.
·        En una reunión social una mujer criticó cierto defecto del cuerpo del cuñado por una enfermedad que había tenido de chico. La novia permaneció inmutable, pero Isabel se sobresaltó y defendió  la buena figura de su cuñado con un celo que luego a ella misma le  resulto incompresible.

El sentimiento de ternura era de larga data, y por lo tanto esta abreacción le hizo muy bien.
Luego Freud tuvo una entrevista con la madre para hablar de los problemas de su hija, y cuando él habló de la relación entre Isabel y su cuñado, ésta dijo que ya hacía tiempo que había percibido la inclinación de Isabel hacia él, aunque no sabía que pudiera haberla tenido ya en vida de su hermana.
Freud le recomendó que hablase con Isabel del tema.
Pasado el verano, pusieron fin al tratamiento. De nuevo se encontraba mejor, aunque Freud sabía muy bien que el tratamiento no había sido del todo exitoso.
Algunas semanas después recibió una carta de la madre de Isabel comunicándole que en el primer intento de hablar con ella sobre sus sentimientos, ella se rebeló con total indignación y desde entonces sus dolores se habían vuelto más intensos.
Luego Freud se enteró por el colega que le recomendó a Isabel, que ella estaba mejor. Ya se comportaba como sana, y que sus dolores le volvían pero no muy seguido. Según este colega, se la debe considerar como curada. La relación del cuñado con la familia no había variado, y más tarde, por su libre inclinación, Isabel se casó con un extraño.

                LAS FANTASÍAS HISTÉRICAS Y SU RELACIÓN CON LA BISEXUALIDAD  (1908)


Las fantasías, como formaciones psíquicas en  forma de sueños diurnos, se presentan de manera regular en todas las psiconeurosis, en especial en la histeria.
Parecen ser enteramente eróticas en las mujeres, y de naturaleza erótica o ambiciosa en los hombres.
Estas fantasías proporcionan la clave para entender los sueños nocturnos, el núcleo cuya formación no es otro que estas fantasías diurnas desfiguradas.
Todos los ataques histéricos  demuestran ser tales sueños diurnos o fantasías, de emergencia involuntaria.
Estas fantasías tanto conscientes como inconscientes pueden volverse también patógenas, vale decir, expresarse en síntomas y ataques.
Las fantasías inconscientes pueden haberlo sido desde siempre, es decir, haberse formado en el inconsciente, o bien haber sido fantasías conscientes y luego haber caído en el olvido, cayendo en lo inconsciente, producto de la represión.
Para toda serie de síntomas histéricos, las fantasías inconscientes son los estadios previos más próximos. Los síntomas histéricos no son otra cosa que las fantasías inconscientes figuradas mediante la “conversión” y en la medida en que son síntomas somáticos, con mucha frecuencia están tomados del círculo de las mismas sensaciones sexuales e inervaciones motrices que originariamente acompañaron a la fantasía.
Se ha descubierto que el contenido de las fantasías inconscientes de los histéricos se corresponde en todos sus puntos con las situaciones de satisfacción que los perversos llevan a cabo con conciencia. Portan el componente sado-masoquista de la pulsión sexual.
El nexo de las fantasías con los síntomas no es simple sino múltiple y complejo. Por regla general, un síntoma no corresponde a una única fantasía inconsciente, sino a una multitud de ellas, no de manera arbitraria sino dentro de la composición sujeta a leyes:

1.      El síntoma histérico es el símbolo mnémico de ciertas impresiones y vivencias traumáticas eficaces.

2.      Es el sustituto, producido mediante la conversión, del retorno asociativo de esas vivencias traumáticas.

3.      Es expresión de un cumplimiento de deseo.

4.      Sirve a la satisfacción sexual y figura una parte de la vida sexual de la persona.

5.      Corresponde al retorno de una modalidad de satisfacción sexual que fue real en la vida infantil y desde entonces fue reprimida.

6.      Nace como un compromiso entre 2 mociones pulsionales o afectivas opuestas. Una moción libidinosa y una moción represora.

7.      Se le puede adjudicar la sustitución de diversas mociones inconscientes no sexuales, pero no puede carecer de un significado sexual.

8.      Un síntoma histérico es la expresión de una fantasía sexual inconsciente masculina por una parte, y femenina por la otra.

El significado bisexual de síntomas histéricos es una prueba de que la posición bisexual se puede comprender con particular nitidez en los neuróticos por medio del psicoanálisis. Un proceso análogo es la masturbación, donde el masturbador en sus fantasías concientes intenta compenetrarse empáticamente tanto con el varón como con la mujer.
Lo mismo se  ve en el ataque histérico cuando con una mano aprieta el vestido contra el vientre (en papel de mujer) y con la otra intenta arrancarlo (en el papel del hombre)

                APRECIACIONES GENERALES SOBRE EL ATAQUE HISTÉRICO (1909)


Los ataques histéricos son fantasías proyectadas sobre la motilidad, figuradas de una manera pantomímica. Esta figuración mímica ha experimentado bajo el influjo de la censura, unas desfiguraciones semejantes a la alucinatoria del sueño.
El ataque histérico se vuelve incomprensible por el hecho de que en un mismo material  se figuran a la vez varias fantasías por vía de condensación. Los elementos comunes de las fantasías constituyen, como en el sueño, el núcleo de la figuración.
Por ejemplo, un abrazo es figurado echando los miembros superiores hacia atrás formando el aro del círculo.
Otra cosa que se observa en el gran ataque histérico es la inversión de la secuencia temporal.

La emergencia de los ataques histéricos obedece a leyes. El complejo reprimido consta de una investidura libidinal y un contenido de representaciones (fantasías), por lo tanto el ataque puede ser convocado:

  1. Asociativamente cuando un anudamiento de la vida consciente se refiere al contenido del complejo, suficientemente investido.

  1. Orgánicamente cuando por razones somáticas internas y por una influencia psíquica exterior la investidura libidinal supera cierta medida.

  1. Al servicio de la tendencia primaria como expresión del refugio de la enfermedad cuando la realidad efectiva se vuelve dolorosa o terrible

  1. Al servicio de las tendencias secundarias con que se ha vinculado la condición patológica, toda vez que mediante la producción del ataque es posible alcanzar un fin útil para el enfermo. El ataque es premeditado hacia ciertas personas y puede ser desplazado en el tiempo hasta que ellas estén presentes y produce la impresión de una simulación consciente.

El ataque está destinado a ser el sustituto de una satisfacción autoerótica antiguamente ejercida y desde entonces resignada. En un gran número de casos esta satisfacción retorna en el ataque mismo.

La pérdida de conciencia o “ausencia” del ataque histérico, proviene de aquella pasajera pero inequívoca privación de la conciencia que se  registra en al cima de toda satisfacción sexual intensa (aún autoerótica)
Los llamados “estados hipnoides”  tan frecuentes en los histéricos, permiten comprender ese mismo origen. El mecanismo de tales ausencias es:

  • Primero toda la atención se acomoda el curso del proceso-satisfacción, y cuando esta última sobreviene, la investidura de atención íntegra, se cancela. Así se genera un momentáneo vacío de conciencia.
  • Luego, esta laguna es ensanchada por la represión hasta que puede recoger todo cuanto la instancia represora arroja de sí.

                 TÓTEM Y TABÚ (1912-13)


                    El tabú y la ambivalencia de las mociones de sentimiento


                    Tabú: se refiere


  • Por una parte a lo sagrado, santificado.
  • Por otra parte a lo ominoso, peligroso, prohibido, impuro.

Las prohibiciones del tabú son diferentes a las prohibiciones religiosas o morales. Ellas, prohíben desde ellas mismas, y carecen de  fundamentación. Son de origen desconocido, incomprensible y parecen natural a todos aquellos que están bajo su dominio.


Clases de tabú:

1.      Natural o directo: es el resultado de una fuerza misteriosa inherente a una persona o cosa.

2.      Comunicado o indirecto:  puede ser
·        Adquirido
·        Impuesto por un sacerdote

3.      Tabú situado entre los otros 2: cuando entran en cuenta ambos factores, como por ejemplo en la apropiación de una mujer por un hombre.

Clases de tabú según afecten:

1.      Animales: consiste esencialmente en la prohibición de matarlos y comerlos y constituye el núcleo del totemismo.

2.      Seres humanos: está restringido a unas condiciones que para la persona tabú crean una insólita situación vital. Así los adolescentes son tabú durante ceremonias de iniciación, las mujeres durante la menstruación y un lapso tras el parto, etc.

3.      Cosas: vestimenta, instrumentos, armas, plantas, casas, lugares.


Tabúes permanentes y transitorios

1.      Permanentes: sacerdotes, jefes, los muertos

2.      Transitorios: se da en ciertos estados, como la menstruación y puerperio. También en la condición del guerrero antes y después de su expedición. En las actividades de la caza y la pesca.

Metas del tabú:

1.      Proteger de posibles daños a personas importantes (jefes, sacerdotes, reyes)

2.      Poner a salvo a los débiles (mujeres, niños, hombres comunes) de la fuerza mágica de los sacerdotes o jefes.

3.      Proteger de peligros derivados del contacto con cadáveres, el consumo de ciertos alimentos, etc.

4.      Prevenir perturbaciones a los actos vitales como el nacimiento, iniciación, menstruación, etc.

5.      Proteger a los seres humanos frente al poder o cólera de los dioses o demonios.


Lo contrario de tabú se llama “noa” que significa “ lo acostumbrado o lo  común”. Queda sujeto a un tabú lo que por cualquier causa excita horror o es ominoso.
Originariamente, el castigo por la violación de un tabú se dejaba librado a un dispositivo interno, de efecto automático. El tabú violado se vengaba a sí mismo. Así, el inocente infractor, que por ejemplo comió de un animal prohibido, era presa de una depresión profunda y esperaba su muerte.
En otros casos, la sociedad misma se encargaba del castigo del ofensor cuyo proceder había puesto en peligro a sus compañeros.
Quien ha violado un tabú, por ese mismo hecho se vuelve tabú, porque posee la peligrosa aptitud de tentar a otros para que sigan su ejemplo. Despierta envidia. Es realmente contagioso en la medida en que todo ejemplo contagia su imitación. Por esa razón es preciso evitarlo.


Wundt llama tabú al código legal no escrito, más antiguo de la humanidad. Universalmente se supone que el tabú es más antiguo que los  dioses y se remonta a las épocas anteriores a cualquier religión.
Él  lo considera como toda prohibición cristalizada en los usos y costumbres o en leyes formuladas de manera expresa, de tocar un objeto, usufructuarlo o emplear ciertas palabras prohibidas. Así no existiría ningún pueblo, ni ningún estadio cultural que no estuviera afligido por el tabú.
El mandamiento tácito que hay tras las prohibiciones tabú, las cuales varían en el tiempo y lugar, es originariamente uno sólo: “Guardarse de la cólera de los demonios”

Freud está en desacuerdo con Wundt. Para Freud, Wundt no desciende hasta las fuentes de las representaciones del tabú ni muestra sus raíces últimas. Ni la angustia ni los demonios pueden considerarse en la Psicología como los elementos últimos que desafiarían toda reconducción posterior. Distinto sería si los demonios existieran realmente, pero ellos, como los dioses, son creaciones de las fuerzas anímicas del hombre.

Relación entre la neurosis obsesiva y el tabú

La neurosis obsesiva es conocida como “la enfermedad de los tabúes”.
La concordancia entre las prohibiciones de la neurosis obsesiva y las prohibiciones tabú consiste en que:

·        Ambas son injustificadas y de origen enigmático.
·        Surgieron alguna vez y provocan una angustia irresistible.
·        No hay necesidad de amenaza externa de castigo porque existe una conciencia moral interna.
·        La  violación conllevaría una desgracia insoportable.
·        En ambas, la prohibición rectora y nuclear es el contacto, de allí la designación “angustia de contacto”, no sólo por un contacto directo sino también por el pensamiento. En la neurosis se trata por lo general de la prohibición del contacto sexual. En los primitivos es evidente que no es sólo el contacto sexual sino, más bien, el significado general de agarrar, apoderarse. El predominio de los componentes sexuales por sobre los sociales es el factor característico de las neurosis.
  • El carácter principal es la conducta ambivalente del individuo hacia un objeto

Es característica de las neurosis obsesivas una gran desplazabilidad de los objetos tabú, que se propaga de un objeto a otro.
Al igual que las prohibiciones tabú, las prohibiciones obsesivas sufren una gran renuncia y unas limitaciones para la vida, pero una parte puede ser cancelada mediante la ejecución de ciertas acciones. Éstas tienen carácter compulsivo y son ceremoniales y/o rituales de naturaleza  de penitencias, reparaciones, medidas defensivas, etc. La acción obsesiva es la repetición de lo prohibido.
La conducta ambivalente hace que el individuo quiera realizar una y otra vez la acción (el contacto) ya que ve en ella el máximo goce, pero no lo tiene permitido, pero al mismo tiempo aborrece de la acción. La prohibición es expresa y consciente, en cambio el placer de contacto es inconsciente. Esta prohibición debe su intensidad al nexo con su contraparte inconsciente, el placer, que persiste inmutable. El placer pulsional se desplaza e intenta ganar reemplazos para lo prohibido (objetos y acciones sustitutivas) Por eso se desplaza y se extiende a las nuevas metas de la moción desterrada.
Es  una ley  de la contracción de neurosis que esas acciones obsesivas entren cada vez más al servicio de la pulsión y se aproximen a la acción originariamente prohibida.
El tabú no es una neurosis, sino una formación social.
De la violación del tabú, los primitivos temen al castigo, mientras que en la neurosis obsesiva, si el enfermo ejecuta lo prohibido, tiene miedo al castigo que sufrirá otra persona, uno de los seres más allegados a él.
El neurótico se comporta en este punto como un dadivoso, y el primitivo como un egoísta.

a) El trato dispensado a los enemigos

Los salvajes realizaban prácticas de apaciguamiento frente al enemigo asesinado. Cuando una expedición guerrera regresaba triunfante con la cabeza de los enemigos abatidos, se ofrecían sacrificios para apaciguar el alma de ellos. Se ejecutaba una danza en la que se lamentaba al enemigo caído y se le rogaba perdón.
Otros pueblos hallaron recursos para convertir en amigos, guardianes y protectores a los enemigos que habían matado. Nada tiene que ver esto con la ambivalencia, sino que estas prácticas se refieren al miedo supersticioso de los espíritus de los abatidos.
En la conducta hacia los enemigos se expresan otras mociones además de las hostiles, como el arrepentimiento, la estima, la mala conciencia.

Otra práctica era la restricción para el matador. Al jefe de la expedición le construían una choza especial donde pasaba unos meses obedeciendo a diversos preceptos purificadores. Durante ese tiempo no estaba autorizado a ver a su mujer, ni podía alimentarse por sí mismo, porque todo quien haya dado muerte en combate a un enemigo se volvía impuro.

b) El tabú de los gobernantes

A los jefes, reyes, sacerdotes, debían cuidarlos y debían cuidarse de ellos. Estos eran portadores de aquella fuerza mágica y peligrosa, por lo tanto se evitaba el contacto mediato o inmediato.
Los gobernantes tenían el derecho de hacer o usufructuar aquello de que los hombres comunes debían abstenerse en virtud del tabú. Pero en oposición a esa libertad, los restringen otros tabúes que no oprimen a los individuos comunes.
Estos pueblos también consideraban necesario vigilar a sus reyes para que empleasen  sus virtudes en el sentido correcto. Aquí se pueden observar sentimientos ambivalentes hacia los gobernantes.
Además de la ternura dominante, existe, como sucede en la neurosis, una corriente contraria pero inconsciente, de hostilidad. Y esa hostilidad se denuncia por un aumento hipertrófico de la ternura, que se exterioriza como un estado de angustia y se vuelve compulsiva porque de otro modo no podría cumplir su tarea de mantener en la represión a la corriente contraria inconsciente.
La desconfianza, sería la exteriorización de la hostilidad inconsciente.

Otro fragmento de la conducta de los primitivos hacia sus gobernantes que concuerda con la neurosis, se manifiesta con claridad en el llamado “delirio de  persecución”.
Aquí es exaltada la significación de una persona determinada y ello con el objeto de imputarle la responsabilidad de toda contrariedad sufra el enfermo.
En verdad, los salvajes no proceden de otro modo con sus reyes cuando les atribuyen el poder de la lluvia, el viento, etc. y luego los degradan o matan si la naturaleza los defrauda.
El arquetipo que el paranoico recrea en el delirio de persecución, se  sitúa en el vínculo del niño con su padre. En la representación del hijo, por regla general se atribuye al padre una plenitud de poder como la indicada, y puede demostrarse  que la desconfianza hacia el padre se enlaza de una manera íntima con su alta estimación. Cuando el paranoico señala a una persona de su círculo como el perseguidor, con ello la eleva hasta la serie paterna, la pone en las condiciones que le permiten hacerla responsable de su desdicha.

c) El tabú de los muertos

Entre los primitivos, una de las más extrañas, pero también más ilustrativa práctica del tabú en el duelo es la prohibición de pronunciar el nombre del difunto.
El nombre del muerto, para los salvajes, era una parte de su persona y se convertía en objeto de tabú. También al dejar de mencionar el nombre del muerto se deja de tener contacto con él. Los primitivos tenían miedo a la presencia y al retorno del espíritu del fallecido y practicaban muchas ceremonias para mantenerlo alejado

Respecto del nombre, y como cabía esperar, los neuróticos obsesivos se comportan de un modo semejante al de los salvajes. Muestran evitaciones para pronunciar y escuchar determinadas palabras y nombres, y del trato que privilegian a su propio nombre derivan un buen número de inhibiciones a menudo graves. Una de las enfermas de tabú que conoció Freud, había establecido la evitación de escribir su nombre, por angustia de que cayera en manos de alguien que así se posesionaría de una parte de su personalidad.
Cuando una mujer pierde a su marido o a un familiar querido, no es raro que el doliente se vea aquejado por unas penosas consideraciones, que se llaman “reproches obsesivos”. Dudan sobre si ellos mismos no son culpables por descuido o negligencia. Esos reproches están de alguna manera justificados y sólo por eso son irreductibles a cualquier objeción.
No es que el doliente fuera de hecho culpable, pero dentro de él está presente un deseo inconsciente al que no le descontenta la muerte.
Ahora bien, tras consumada la muerte, el reproche reacciona contra ese deseo inconsciente, y esa hostilidad inconsciente escondida tras un tierno amor existe en casi todos los casos de intenso enlace. El ejemplo clásico es el de la ambivalencia de las mociones de sentimientos de los seres humanos.
Se llama “proyección” a este mecanismo de defensa donde el doliente desconoce que haya tenido alguna vez mociones hostiles hacia el muerto amado. La hostilidad de la  que uno nada sabe ni quiere saber, es arrojada desde la percepción interna hacia el mundo exterior. Así se la desprende de la persona propia y se la coloca en la otra persona. Este proceso de proyección hace de los difuntos unos enemigos malignos.
El tabú de los muertos proviene de la oposición entre el dolor consciente y la satisfacción inconsciente por el lamentable suceso.

Ahora bien, la proyección no ha sido creada para la defensa; sobreviene también donde no hay conflicto alguno. La proyección de  percepciones internas hacia fuera es un mecanismo primitivo al que están sometidas asimismo, por ejemplo nuestras percepciones sensoriales, y por lo tanto normalmente ha desempeñado el papel principal en la configuración de nuestro mundo exterior. Y así, percepciones internas, pensamientos y sentimientos son proyectados hacia fuera como percepciones sensoriales.

El duelo  tiene una tarea psíquica bien precisa que cumplir.  Es el difícil proceso que realiza el yo para  elaborar la pérdida de un objeto real o fantaseado. Está destinado a desprender los recuerdos del muerto y  las expectativas del doliente.
Consumado ese trabajo, el dolor cede y con él el arrepentimiento y los reproches, y por lo tanto también la angustia por los demonios.
Las personas neuróticas que padecen de angustia ante los espectros o que la padecieron en la niñez, suelan relacionarse con el miedo a sus padres.

             

            Naturaleza y génesis de la conciencia moral 



  1. Conciencia moral del tabú: es la forma más antigua. Es la percepción interior de que desestimamos determinadas mociones de deseo existentes en nosotros. Es posible que la conciencia moral nazca sobre la base de una ambivalencia de sentimientos proveniente de las relaciones humanas y que nazca bajo condiciones que se hacen valer en el caso del tabú y de la neurosis obsesiva (lucha de fuerzas contrarias)

  1. Conciencia de culpa del tabú: es la percepción del juicio adverso interior sobre aquellos actos mediante los cuales hemos consumado determinadas mociones de deseo. Se manifiesta en forma de autorreproches, de ideas obsesivas contra las que el sujeto lucha porque parecen censurables, y por último en forma de vergüenza provocada por las mismas medidas de protección

El tabú es un mandamiento de la  conciencia moral, y su violación origina un horrorizado sentimiento de culpa.
En el carácter del neurótico obsesivo se destacan rasgos de  conciencia moral como un síntoma reactivo frente a la tentación sujetada en lo inconsciente, que al agudizarse la condición patológica se desarrollan a partir de los escrúpulos, la conciencia de culpa.
La conciencia de culpa  tiene naturaleza de angustia de la conciencia moral. La angustia apunta a fuentes inconscientes y la psicología de las neurosis nos enseña que  si unas mociones de deseo caen bajo la represión, su libido es mudada en angustia. También en la conciencia de culpa hay algo desconocido e inconsciente, que es la motivación de la desestimación. A eso desconocido corresponde el carácter angustioso de la conciencia de culpa.
Freud hace del sentimiento inconsciente de culpa  el principal obstáculo en el camino de la cura psicoanalítica. Esta necesidad de castigo  es algo subyacente a toda neurosis. Es el residuo, lo no resuelto del conflicto edípico, la persistencia de la relación incestuosa con los primeros objetos generador del malestar en tanto se trata de un vínculo ambivalente.
Este sentimiento de culpabilidad o necesidad de castigo, es una consecuencia del pasaje del animal humano desde un supuesto estado natural al estado de la cultura. Este tránsito implica la pérdida de felicidad y un aumento de dicho sentimiento. La culpa es lo que aparece en el lugar de un goce perdido. Como todo displacer neurótico, la culpa mórbida es un placer que no puede ser sentido como tal.

                    Existe una concordancia entre las neurosis y las producciones sociales como el arte, la religión y la filosofía, y por otra parte aparecen como unas deformaciones de ellas. La histeria es una caricatura de una creación artística; la neurosis obsesiva  de la religión y el delirio paranoico de un sistema filosófico.


Concepción de Robinson Smith

El clan en ocasiones solemnes, mata cruelmente y devora crudo a su animal totémico, su sangre, su carne y sus huesos.
Los miembros del linaje se disfrazan asemejándose a su tótem, imitan sus gritos y movimientos como si quisieran destacar la identidad entre él y ellos.
Ninguno tiene permitido excluirse de la matanza y del banquete. Consumada la muerte, el animal es llorado y lamentado, arrancado por el miedo a una amenaza de represalia, como para sacarse la responsabilidad por la muerte.
Esto demuestra la esencia de la fiesta. Una fiesta es un exceso permitido; es la violación solemne de una prohibición, donde se levantan las restricciones de obediencia y convierte en obligatorio renovar el crimen del parricidio en el sacrificio del animal totémico. El exceso mismo está en la esencia de la fiesta.
Los miembros del clan se santifican mediante la comida del tótem, se refuerza en su identificación con él y entre ellos.

Concepción psicoanalítica

El animal totémico en realidad es el sustituto del padre.
La actitud ambivalente de sentimientos que caracteriza todavía hoy al complejo paterno en los niños y prosigue a menudo en la vida de los adultos, se extendería también al animal totémico, sustituto del padre.
La horda primitiva darwiniana no deja espacio para los comienzos del totemismo. Hay ahí un padre violento, celoso, que se reserva todas las hembras para sí y expulsa a los hijos varones cuando crecen.
Lo que hallamos como la organización más primitiva son las ligas de varones compuestas por miembros de iguales derechos y sometidos a las restricciones del sistema  totemista, que heredan por línea materna.
Un día los hermanos mancomunados por sentimientos hostiles, mataron y devoraron al padre y así pusieron fin a la horda paterna.
Que devoraran al padre muerto era cosa natural para unos salvajes caníbales. El violento padre primordial era por cierto el arquetipo envidiado y temido de cada uno de los miembros de hermanos.
En el acto de la devoración, consumaban la identificación con él. El banquete totémico, tomada como la primera fiesta de la humanidad, sería la repetición y celebración recordatoria de aquella hazaña memorable y criminal con la cual tuvieron comienzo tantas cosas, como las organizaciones sociales, las limitaciones éticas y la religión.

Complejo paterno

Tótem y Tabú establece que en el Complejo de Edipo se encuentran las raíces de la moral, la religión y los sentimientos sociales.
Los primitivos odiaban a ese padre que tan gran obstáculo significaba para su necesidad de poder  y sus exigencias sexuales, pero también lo amaban y admiraban. Tras eliminarlo, tras satisfacer su  odio e imponer su deseo de identificarse con él, forzosamente se abrieron paso las mociones tiernas dominadas. Esta nueva actitud de sentimientos se vio favorecida por el hecho de que la hazaña no pudiera satisfacer plenamente a ninguno de quienes la perpetraron. En cierto sentido había ocurrido en vano. En efecto, ninguno de los hijos varones pudo abrirse paso en su deseo originario, de ocupar el lugar del padre. Ahora bien, como sabemos, el fracaso es mucho más favorable que la satisfacción para la reacción moral.
A partir del arrepentimiento aparece la conciencia de culpa.
El muerto se volvió aún más fuerte de lo que fuera en vida. Lo que antes él había impedido con su existencia, ellos mismos se lo prohibieron ahora en la situación psíquica de “obediencia de efecto retardado”. Reformaron su hazaña declarando no permitida la muerte del sustituto paterno, el tótem, y renunciaron a sus frutos denegándose las mujeres liberadas. Desde la conciencia de culpa del hijo varón, ellos crearon los 2 tabúes fundamentales del totemismo que coinciden con los 2 deseos reprimidos del complejo de Edipo.
Estos 2 tabúes no son psicológicamente del mismo valor:

·        La prohibición del incesto tenía también un poderoso fundamento práctico. La necesidad sexual no une a los varones, sino que provoca desavenencias entre ellos.  Si eran rivales entre sí respecto de todas las mujeres, cada uno habría querido tenerlas todas para sí, como el padre, y en la lucha de todos contra  todos se habría ido a pique la nueva organización. A los hermanos no les quedó otra opción que instituir la prohibición del incesto, con la cual todos al mismo tiempo renunciaban a las mujeres por ellos anheladas. Sólo uno, el respeto por el animal totémico, descansa por entero en motivos de sentimientos.

·        El respeto por el animal totémico descansa por entero en motivos de sentimientos. A este tabú se vinculan los títulos del totemismo para ser apreciado como un primer ensayo de religión. La religión totemista había surgido de la conciencia de culpa de los hijos varones. Todas las religiones posteriores demuestran ser unos ensayos de solucionar el mismo problema.

Conclusiones

El mito del Urvater, el padre de la horda primitiva, intenta dar cuenta de los orígenes de la ley y la cultura.
Este protopadre no es representante de la ley, sino que ofrece una representación mítica de un supuesto estado precultural del hombre. Su figura encarna la idea de una satisfacción absoluta. Si bien impide a los hijos el acceso a las mujeres, esto no implica “prohibición “ sino tan sólo el ejercicio de su voluntad omnipotente.
La ley y la cultura nacen precisamente después de la muerte del padre mítico. Los hermanos se hacen iguales entre sí porque han renunciado a ocupar el lugar del protopadre. Todos se encuentran marcados por una ley universal que impone la renuncia a ese goce absoluto que sólo el padre primordial poseía.
Que el Urvater esté muerto significa que está perdido y con él se pierde el goce que él encarnaba.
La instauración de la cultura implica una separación violenta con este estado ancestral, en el que los deseos no conocían las restricciones de la ley.

La situación edípica se ubica en un plano ontogenético. En contra de la actividad masturbatoria se funda una amenaza de castración proveniente del mundo exterior, de la realidad. Esta realidad es una realidad psíquica sustentada en la figura del padre, que impone la necesaria renuncia a esa tendencia.
El Yo deberá debatirse entre el Ello y la Realidad.
En la medida en que prevalezca la Realidad, el niño renunciará al objeto incestuoso y se identificará con el padre en tanto representante de la realidad. Ésta es una identificación secundaria, posterior a la elección de objeto. Así se internaliza la instancia prohibitiva la cual funcionará como un muelle contra el incesto y como representante de la realidad que lo prohíbe.
En este sentido, los términos ley y realidad son homólogos. He aquí porque Freud dice que el Superyó es un representante ante el Yo, del mundo exterior y de los intereses de la cultura, los cuales imponen la renuncia al incesto por vía de la amenaza de castración y autoridad paterna.
Sin embargo, esta instancia paterna prohíbe el incesto con la madre y/o hermana pero también posibilita el acceso a las otras mujeres. No se agota en la pura prohibición sino que constituye el Ideal del Yo.
Por eso vemos ciertas diferencias entre el padre edípico y el padre de la horda:


                    EL PADRE DE LA HORDA



                    EL PADRE EDIPICO


1.
Pertenece al plano filogenético vinculado a lo reprimido primordial y al Ello

1.
Pertenece al plano ontogenético y los conflictos vinculados a su figura podrán se objeto de represión secundaria

2.
Encarna el goce absoluto (Ello)

2.
Prohíbe el goce absoluto (realidad-castración)

3.
No está sujeto a ninguna ley

3.
Es el agente de la ley que prohíbe por un lado pero abre posibilidades por otro lado

4.
Sirve de garantía a la ley por su ausencia dado que su presencia implica la abolición de la ley.

4.
Garantiza la ley por su presencia y la ausencia determina el no funcionamiento de la ley.


                        La Formación del Superyó

                         

                        El Superyó es el resultado de la introyección de la figura paterna.

                        En la normalidad, esto sería el abandono y la renuncia de los objetos incestuosos, y la instalación en su lugar del Superyó, que funcionaría como representante internalizado de la realidad y su agente es el padre edípico.

Realidad, padre y autoridad aluden a la castración y la exigencia de la renuncia al incesto.
La expresión “El Superyó es el heredero del Complejo de Edipo” tiene esta perspectiva, es decir, a esa parte del Superyó que es el Ideal del Yo.
El mecanismo interviniente es la Identificación Secundaria, posterior a la elección de objeto y consistente en querer ser como el objeto en lugar de tenerlo.

La represión misma muestra que las mociones incestuosas persisten y que no se ha producido un abandono de la relación de objeto; este vínculo incestuoso perdura enmascarado bajo la relación que mantiene el Yo con el Superyó. Pero aquí no se trata del Superyó como representante de la realidad sino como “Abogado del Ello”. El padre aquí es perverso, atormenta al sujeto, es tentador y acusador a la vez, es agente de castigo pero de un castigo que nunca llega a compensar las faltas cometidas, y así la conciencia moral es tan insaciable como la pulsión.
En el aspecto sádico del Superyó encontramos la evocación del padre de la horda primitiva.
El mecanismo formador de este Superyó sádico es la Identificación Primaria, pero como proceso previo a la elección de objeto.
Es el vínculo preedípico y ambivalente consistente en la incorporación oral canibalística del objeto, una identificación primaria con el padre de la prehistoria personal.

Entonces

1.
Lo prehistórico reúne


a) La prehistoria personal
b)Lo filogenético


Todo lo que tiene lugar en el plano de lo preedípico, las fantasías originarias y las primeras mociones pulsionales constituye el núcleo de lo inconsciente, lo reprimido primordial.
Estas son fijaciones fundamentales del sujeto. Pero esto es ajeno al sujeto, por ser traumático y en tanto no es simbolizable, no forma parte de la historia del sujeto.


2.
                            Lo histórico reúne


                            a) El Complejo de Edipo
                            b) El Complejo de Castración



                            Esto sería lo narrable, lo que puede acceder a una estructura de relaciones simbólicas.


El Complejo de Castración es un hito fundamental que modifica retroactivamente todo lo prehistórico.
El Edipo y la castración tienen la función de sustituir lo arcaico, que por ser traumático no puede simbolizarse.
El trauma de castración viene a sustituir a todos los traumas anteriores vinculados con lo originario. Así, todo lo que es analizable en un Sujeto, lo es en función de su posición frente a la castración.
En la conferencia 32º se pueden establecer 3 pasos lógicos:

1.
En el origen hay una angustia de carácter traumático, ligada a la represión primaria. Se trata de un peligro interno representado por el ataque de la pulsión y frente a la cual el Sujeto se encuentra indefenso. Este peligro proviene del Ello y más tarde evocará la figura del Padre Mítico.




2.
Al llegar a la fase fálica, frente al peligro interno se levanta otro peligro, ahora real, representado por el Padre Edípico, en tanto agente de amenaza de castración. Aquí se puede distinguir 2 determinantes:





a) Empíricos: visión del genital femenino que convoca la amenaza de castración.

b) Estructural: que está dado por el reconocimiento del deseo en la madre. Que la madre esté castrada, significa que es deseante.




3.
Se reinstala este peligro exterior, conformándose la instancia prohibitiva. Aquí se trata del Superyó como representante de la realidad (Ideal del Yo)
La angustia de castración en tanto angustia señal, permite anticipar la situación traumática, es decir, nombrarla.


Comentarios

  1. Ley el Ey hace muchos años y no lo encontraba a mano en mi biblioteca, me ha encantado encontrar aquí toda una síntesis. Gracias, Maruxa Oñate Español
    Concretamente acabo de escribir un artículo sobre el Aislamiento base de mi tesis doctora Doña Juana I de Castilla y precisaba todo lo que fuera en el Ey de Aislamiento. No lo encuentro. Buscaré entre mis libros pero yo no recuerdo haber leído algo concreto sobre el aislamiento. Sí puse mucho de Ey por el valor a lo externo pero no recuerdo. De todas formas gracias, Un saludo Maruxa Oñate Español Dra. en Psicología Clínca Correo maruxita@telefonica.net

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