Winnicott, Escritos de pediatría y psicoanalisis, El odio en Contratransferencia


El análisis con los  psicóticos se ve comprometido, seriamente por el fenómeno del odio en contratransferencia, así esto se hace imposible para el propio analista hacer consciente y delimitado este fenómeno.

Por mucho que se quiera el psiquiatra no puede evitar odiarlos y temerlos y cuanto mejor se sepa esto será la incidencia del odio y el temor en su conducta respecto a sus pacientes.


Los fenómenos de la contratransferencia se clasifican en:


1) Anormalidad en los sentimientos de contratransferencia y relaciones e identificaciones fijas que se hayan bajo represiones del analista

2)las identificaciones y tendencias correspondientes a las experiencias personales del analista y a su desarrollo emocional que es positivo para la labor analítica.

3)la contratransferencia  verdaderamente objetiva es el amor y el odio como reacción ante la personalidad del paciente, es una contratransferencia basada en la observación objetiva.


es necesario ser consciente de esto para separar y estudiar las reacciones objetivas del paciente, estas tendencias de odio y amor son las que dan pie a una serie de problemas de dirección que fácilmente pueden agotar los recursos del analista, estos impulsos implican que hubo un  fallo ambiental en la historia del sujeto en el momentos de los primeros impulsos instintivos  en busca del objeto.


El analista no debe  negar un odio que esta justificado, debe mantenerlo en reserva para una posible interpretación.


Menciona a los sueños curativos, como una forma de intentar sanar el odio, y la perturbación que la ambivalencia del odio y amor causa en el analista.


Sostiene que la inmensa diferencia que existe en los pacientes que han vivido experiencias satisfactorias en la primera infancia, y que esto puede verse en la transferencia y las personas que cuyas experiencias en la infancia han resultado insuficientes y o deformadas que en algunos casos es el analista el que debe aportar ciertos puntos esenciales de tipo ambiental, con estos pacientes todo se vuelve importante, todo lo que rodea el análisis. En ciertas etapas el odio  llega a ser buscado por el paciente, en estos casos es necesario dárselo siempre que sea objetivo o justificado.


Menciona en relación al bebé, una fase teóricamente anterior  en la cual el pequeño haga daño y no lo hace por odio, a un posible momento de integración, "Amor cruel", que tiene que ver con una pasividad de percibirse en tanto persona completa.

La madre sin embargo odia a su pequeño desde el comienzo, sabemos del amor de la madre, pero también sabemos poco del odio de esta, por todos los cambios y desgaste físico que le genera, la demanda constante de satisfacción y la necesidad de cuidado, la exitación y la frustración, el no reconocimiento de los esfuerzos, que le provoca  y a pesar de eso ella lo seguirá amando.


El análisis de los psicóticos y de las personas normales se hallan en condiciones comparables con la madre de un niño recién nacido, así como la madre no puede expresar su odio, ni hacer nada al respecto, en analista solo lo puede hacer por medio de interpretaciones objetivas en un contextos de análisis determinado.



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